Trinidad Jiménez y González-Sinde, durante la presentación del Plan Nacional de Acción Cultural Exterior. Foto: Alberto Cuéllar.

La marca España. ¿A eso queda reducido un país en tiempos de crisis? ¿A una marca? La expresión ha hecho fortuna en los discursos oficiales. Esta mañana también ha salido a relucir, en la presentación del Plan Nacional de Acción Cultural Exterior, que se ha celebrado en el Instituto Cervantes. Las titulares de los ministerios de Cultura y Asuntos Exteriores, Ángeles González-Sinde y Trinidad Jiménez, han escenificado el acuerdo que pretende coordinar ambas carteras en un objetivo común: "Potenciar la imagen de la marca España a través de la cultura". Así lo han formulado ambas.



La herramienta de que se han dotado para conseguirlo es el Plan Nacional de Acción Cultural Exterior (PACE). "Es algo que ya viene funcionando desde hace tiempo. Hoy simplemente confirmamos lo que es una realidad", ha explicado Trinidad Jiménez. Y ha reconocido que "todavía quedan muchas cosas por hacer" pero que a partir de este momento "tienen más claro cómo hacerlo". El primer paso se dio el 19 de noviembre de 2009, cuando ambos ministerios (el de exteriores entonces dirigido por Miguel Ángel Moratinos), firmaron un convenio para aunar fuerzas de cara a la promoción de nuestra cultura fuera de España.



Antes el acuerdo no había sido posible. Durante la gestión al frente de Cultura de César Antonio Molina (entre 2007 y 2009) los acercamientos entre ambos ministerios no fructificaron. Molina acabó su mandato bastante decepcionado. En una entrevista concedida a elcultural.es fue bastante claro: "La cultura de España, dentro y fuera, tiene que llevarla el Ministerio de Cultura, que no debe ser colonizado por otros ministerios. No puede quedar en manos de funcionarios de Ministerio de Asuntos Exteriores a los que no les interesa lo más mínimo". Con este plan se busca que la representación de nuestra cultura no quede en exclusiva en manos de los embajadores. La idea es que sean profesionales de la cultura los que se encarguen de esa labor.



Ahora parece que las aguas bajan más tranquilas. Pero hay que ver en qué iniciativas concretas se traducen las buenas intenciones explicitadas en el plan presentado hoy. Una de ellas es la creación un Consejo de Acción Cultural Exterior, que se reunirá una vez al año, presidido por los ministros de ambas carteras y compuesto "por los responsables de todas las instituciones y administraciones con competencias en la política cultural exterior", como, por ejemplo, el Instituto Cervantes, la Sociedad Estatal de Acción Cultural... Su finalidad será trazar un Plan Bienal que fije "las directrices y criterios de actuación" del Gobierno en esta materia.



En principio, este plan no tiene asignada una partida presupuestaria específica. Cada ministerio se encargará de sufragar los costes de las políticas de forma consensuada. Para González-Sinde estamos ante un proyecto "fundamental", porque "cultural es un arma de construcción masiva". "La cultura es una de las mejores cartas de presentación de un país y hay un gran margen de expansión en este ámbito". También ha advertido de la importancia económica de la cultura, que en España genera el "4% del PIB" y da trabajo a "800.000 personas". "La cultura puede ser "una locomotora que tire de otros sectores". Falta hace.