Chus Gutiérrez, por Gusi Bejer.

En el festival Cinema Jove, que arranca hoy en Valencia, Chus Gutiérrez (Granada, 1962) recibe un homenaje a su carrera. Con filmes arraigados en el compromiso social -Poniente, El calentito o Retorno a Hansala-, la directora adelanta que prepara una pieza sobre los movimientos del 15-M.

Pregunta: No ha cumplido aún los 50 y ya recibe homenajes… ¿Cómo se lo toma?

Respuesta: Bueno, con sorpresa. Creo que es la evidencia de que me estoy haciendo vieja, de que tengo un pasado pero me gusta más pensar en el futuro.



P: Cinema Jove ya premió su debut con Sublet (1991), ¿ha cambiado mucho su concepción del cine desde entonces?

R: Antes era ingenua y kamikaze, ahora soy menos ingenua y más kamikaze. No sé como acabará todo esto, pero no pienso dejar de hacer cine aunque la industria se caiga a pedazos.



P: Es que no parece fácil justificar 130 películas al año y una cuota de mercado menor al 15%, ¿no?

R: Quizá esos porcentajes hablen de la salud de autoestima de nuestro país. Tenemos una herencia emocional un poco catastrófica. No amamos ni respetamos nuestra cultura. Nuestras películas y artistas tienen mucha mejor recepción en el exterior.



P: Se asocia su obra con el compromiso social y la defensa de los desarraigados. ¿Le hace justicia esta visión?

R: Hay un tema con el que me identifico siempre, el ser diferente, la emigración. Mi primera experiencia de emigrante es a los 8 años cuando mi familia se viene de Granada a Madrid. La segunda fue cuando a los 18 me voy a Londres. Me puse a trabajar en un hotel haciendo camas y sirviendo desayunos. A los 21 me voy a Nueva York a estudiar pero sigo siendo una emigrante. He sentido miedo en una frontera, he trabajado ilegalmente y he tenido problemas de comunicación como cualquier emigrante.



P: La inmigración, de hecho, es el tema principal de Poniente y Retorno a Hansala. ¿En qué medida cree que el cine puede intervenir en estos asuntos?

R: Si una película consigue emocionar al espectador está cambiando su mirada. El cine no puede cambiar el mundo pero sí puede cuestionar sensibilidades.



P: Quizá su película más autobiográfica sea El calentito, sobre "la movida". Ha dicho que después de verla "entran ganas de bailar y de follar". ¿Recuerda así esos años?

R: Los recuerdo como un chute de efervescencia. Teníamos la posibilidad de construir una sociedad nueva y eso lo inundaba todo. No teníamos miedo y creo que por eso hago cine. Diez años antes no me hubiera atrevido.



P: No sé si ha habido muchos cineastas españoles filmando el 15-M. ¿Estuvo allí?

R: Sí, claro. Me fui con una cámara a rodar a la Puerta del Sol. Necesitaba recoger lo que se vivía en ese lugar, respirar el ambiente y debo decir que recibí cosas que hacía tiempo que no sentía. Una alegría en el aire, un espacio de esperanza y una sensación de concordia entre la gente. Quiero montar una pieza con el material.



P: ¿Por qué el cine español no se ha atrevido a hacer nada con el 11-M?

R: Porque está muerto de miedo. ¿Cómo se va hacer una película con contenido político si la gente sólo quiere ver ‘torrentes'? Hay una enorme confusión en cuanto a contenidos. Hay muchas películas que deberían funcionar y que no funcionan. ¿Nos vamos a la ruina? ¿Cerramos el chiringuito? ¿Qué hacemos?



P: Nuestro cine también le ha dado la espalda a la crisis económica... R: En estos momentos de desesperanza y de vacío ideológico siento que el público no tiene ningunas ganas de que le cuenten la realidad. Creo que nunca ha tenido tanto público el cine fantástico y de terror. Será por algo.



P: ¿Qué filmes recientes le han impactado?

R: Me impactó muchísimo Inside Job. Creo que es la descripción más cruda que he visto de la sociedad absurda e hipócrita que hemos construido.Ver a esos frívolos ejecutivos estafadores totalmente alejados de la empatía más básica con el ser humano me dejó horrorizada. Son monstruos devoradores de gente, usureros y ambiciosos. La acumulación de riqueza como único objetivo vital. Solo de pensarlo me dan ganas de vomitar. P: ¿En qué proyectos anda metida ahora?

R: En el estreno de un monólogo en el Festival de Mérida. Acabo de llegar de Colombia y ando metida en una película que se llama Delirio. Una comedia romántica en torno al mundo de la salsa en Cali, con un guión muy sexual que espero rodar algún día.