Operarios de la RDA construyendo el Muro de Berlín, en agosto de 1961

"Nadie tiene la intención de levantar un muro". Son las palabras que empleó Walter Ulbricht, líder del partido único de Alemania Oriental, para desmentir el 15 de junio de 1961 lo que ya muchos sospechaban. Dos meses después, el 13 de agosto, los berlineses despertaban atónitos para contemplar lo que la RDA había construido con nocturnidad y alevosía: una cárcel de hormigón de 3,6 metros de alto por 155 km de largo. De ellos, 43 sirvieron partieron la ciudad en dos. El resto sirvió para aislar el sector aliado, ya que Berlín estaba dentro del territorio de la RDA.



Esta semana se cumplen 50 años del levantamiento del "muro de contención antifascista", según los dirigentes de la Alemania comunista, o "muro de la vergüenza", según el mundo occidental. La crisis y el gasto en las recientes celebraciones relacionadas con él -el vigésimo aniversario de su caída en 2009 y el de la reunificación de las dos Alemanias en 2010- han dejado para esta ocasión un presupuesto ajustado, pero aun así la agenda berlinesa estará dominada estos días por los debates, las exposiciones y los homenajes dedicados a las víctimas que murieron al intentar pasar de la zona este a la próspera parte occidental.



Unas 100.000 personas intentaron la proeza en los 28 años que permaneció en pie el muro. Sólo 5.000 lo consiguieron y, según el Centro de Investigación de Historia Contemporánea de Potsdam, al menos 136 perdieron la vida, en su mayoría abatidas a tiros por la policía, aunque algunas investigaciones multiplican esa cifra. Además, otras 251 murieron durante o después de los rigurosos controles fronterizos, casi todas por ataques al corazón.



El acto principal para honrar la memoria de las víctimas tendrá lugar el próximo sábado y estará presidido por la canciller, Angela Merkel, y el presidente del país, Christian Wulff. Se celebrará en el monumento y centro de documentación de la Bernauerstrasse, una de las calles más importantes por las que pasaba el muro y conocida como la "franja de la muerte". Otro de los actos destacados ha sido la entrega al excanciller Helmut Kohl (1982-1998), conocido como el "canciller de la Unificación", de un segmento original del muro de 3,6 metros de alto y 2,7 toneladas de peso.



Además, en los próximos días están previstos decenas de actos, como exposiciones fotográficas, representaciones teatrales, vigilias nocturnas de conmemoración y sesiones cinematográficas temáticas. A los actos especialmente programados para el aniversario se suman los espacios permanentes para el recuerdo. La Bernauerstrasse se configura como una milla histórica que reúne, además del centro de documentación, un monolito a las víctimas, la Capilla de la Reconciliación, varias exposiciones fotográficas al aire libre y luna exposición en la estación Nordbahnhof. Otros sitios conmemorativos se reparten a lo largo del recorrido del muro, como el que recuerda a Günter Litfin, la primera víctima acribillada, tan sólo once días después de la construcción de la frontera de hormigón.. La Zimmerstrasse recuerda también a otra víctima, Peter Fechter, que fue disparado el 17 de agosto de 1962 por soldados fronterizos de la RDA cuando intentaba cruzar a Berlín Occidental. Fechter, gravemente herido, quedó tirado sobre la franja fronteriza, al pie del muro, sin recibir atención médica alguna. La policía de Berlín Occidental tenía prohibido intervenir y los guardias de los aliados occidentales del Checkpoint Charlie tampoco intervinieron. Casi una hora más tarde, los propios guardias de la RDA transportaron a Peter Fechter, ya desangrado.



Hasta los servicios secretos germanos (BND) se han sumado de alguna forma a la conmemoración con la publicación de unos 5.000 documentos secretos sobre el muro, fechados en los años y meses previos a que empezase su construcción y que demuestran que Alemania Occidental tenía conocimiento de las intenciones del vecino estado comunista.



El Muro de Berlín en cifras

En los dieciséis años que separan la II Guerra Mundial y la construcción del Muro de Berlín, 3,5 millones de personas abandonaron el sector soviético de Berlín y la República Democrática Alemana (RDA).

200.000 personas abandonaron la RDA en 1960, el último año en el que permaneció abierta la frontera entre las dos Alemanias.

100.000 personas intentaron cruzar el Muro entre su levantamiento en 1961 y su caída en 1989. Sólo 5.000 lo consiguieron. Al menos 136 perdieron la vida en el intento.

12 kilómetros de hormigón y 10.000 kilómetros de alambre de espino conformaban el material utilizado para el Muro de Berlín.

193 calles resultaron afectadas por el levantamiento de la "franja de la muerte" en Berlín, entre las que destaca la Bernauerstrasse, también conocida como la "calle de las lágrimas". 12 líneas de tren y metro quedaron interrumpidas por la construcción del llamado "Muro de la Vergüenza". La tierra de nadie entre las dos zonas de Berlín ocupaba una superficie de 500.000 metros cuadrados.

14 pasos fronterizos regulaban el tráfico de personas y mercancías entre Berlín Occidental y la parte oriental.

251 viajeros de la RFA y la RDA murieron durante o después de los controles fronterizos, en su mayoría por ataques al corazón.

11.500 soldados y 259 perros vigilaban la frontera de Berlín Occidental.

35 tramos y pedazos del Muro permanecen en la actualidad en pie, entre los que destacan los de la "East Side Gallery", los de Bernauerstrasse, los del Parlamento de los Árboles y los colocados en la moderna Postdamerplatz.

La frontera entre los dos estados tenía un total de 1.400 kilómetros de longitud, en los que se erigían 302 torretas de vigilancia.