Así será en el nuevo World Trade Center, con las torres de SOM, Foster, Rogers y Maki

El nuevo World Trade Center avanza según lo planeado. Seis nuevos rascacielos abrazarán las antiguas Torres Gemelas, convertidas hoy en fuentes. A ellas se une el Memorial, el Museo del 9/11, un intercambiador de transporte firmado por Calatrava, un área comercial y un centro de artes escéncias, de Frank Gehry. Un Nueva York que tendría que estar listo en 2014.

La herida abierta en el corazón de Manhattan producida por el atentado del 11-S dejó un lugar devastado con los escombros de las masas destruidas de las Torres Gemelas. Intereses inmobiliarios, sensibilidades y memoria han sido objeto de un conflicto difícil de resolver. Inicialmente se optó por convocar a los grandes nombres internacionales y sustituir las dos torres por una mayor hazaña arquitectónica, más alta, audaz y evocativa del poder y optimismo de la ciudad. Pero no concilió con las sensibilidades de las víctimas que exigían un espacio propio de respeto. Tampoco la propuesta que finalmente ganó Daniel Libeskin pudo convencer al poder inmobiliario, que requería mayor flexibilidad de mercado y mayor eficiencia.



Varios concursos, muchas propuestas, un apasionado debate y mucho tiempo se ha necesitado para la resolución de un problema con tantas variables, donde ninguno de los poderes podía imponerse a los demás. Finalmente, una solución equilibrada, farragosa en su proceso pero consensuada y democrática, ha puesto en la balanza los intereses de tantos agentes.



Seis torres sobre el Memorial

El plan completo contempla 6 nuevas torres, el Memorial, un museo, el intercambiador de transportes diseñado por Santiago Calatrava, un área comercial y un centro de artes escénicas. La torre 1WTC diseñada por SOM (el estudio norteamericano Skidmore, Owings & Merrill) es un monumento a la cultura corporativa. Y a ella debe su diseño. Será la más alta de América y ésta su única cualidad que destacar. Tendrá algo más de medio kilometro de altura, unos 250.000 metros cuadrados de oficinas, así como un observatorio que sí sustituirá al mirador con el contaban las Torres Gemelas para, desde el sur de la isla de Manhattan, poder divisar la totalidad de Nueva York.



Falta de ambición

2WTC diseñada por Norman Foster, tendrá 88 plantas y será el segundo más alto de Nueva York. Tiene la figura coronada con secciones con forma de diamante, contendrá un centro comercial en la parte inferior y sesenta plantas de oficinas. La tercera en altura, 3WTC, con 350 metros, se confía nuevamente a un arquitecto británico, Richard Rogers. Y en la escala decreciente de altura, 4WTC, diseñada por Fukiko Maki, reduce su enorme escala hasta los 300 metros, sin variar ninguna un tono constructivo de apariencia cristalina. 5WTC no apunta grandes variaciones en el diseño corporativo estándar que prima en el conjunto y será construida más adelante por el estudio KPF (Kohn Pedersen Fox Associates). La ultima, 7WTC se la reserva nuevamente SOM, heroica firma de ingeniería cuyas hazañas del pasado le permiten todavía avalar grandes proyectos inmobiliarios sin el carácter innovador ni audaz de sus fundadores. El conjunto crea una composición jerárquica sin más, donde cada edificio campa sin relacionarse, aunque rodeando con respeto el parque y el Memorial.



Todos son buenos edificios, construidos con los contemporáneos estándares medioambientales, sin mayor ambición. El primer impulso arquitectónico en los concursos iniciales se ve ahora sometido por las imposiciones lideradas por David Childs, renegando de la arquitectura a favor de un servicio inmobiliario para la ciudad, dejando todo el contenido poético al Memorial, oportuna y sensible intervención entre escultórica y paisajística de los arquitectos Michael Arad y Peter Walker. Davis Brody y Snohetta han diseñado un pequeño museo anexo al espacio para la memoria. Tampoco el museo se inscribe con naturalidad en el conjunto, con una difícil escala y lenguaje arquitectónicos que desean destacarse del conglomerado corporativo sin mucho éxito.



Calatrava despega

Sin embargo, el intercambiador de transportes sí que se desliga del contexto urbano, pareciendo despegar por su forma de la ciudad. Su audaz estructura de nervios resuena, según Calatrava, a las formas de una paloma que quiere alzarse en vuelo. Será, sin duda, uno de los hitos arquitectónicos del complejo WTC. Cubre un enorme espacio donde toda la infraestructura de transportes de la ciudad se ha reconstruido tras una enorme cirugía, y conectará todas las redes de transporte público, aparcamiento, así como calles interiores peatonales que conectan los edificios entre sí. Hay que destacar el enorme jardín de árboles autóctonos de la isla de Manhattan que rodean el espacio del Memorial, un bosque en torno a las cascadas de agua, y también un centro de artes escénicas que ha diseñado Frank Gehry. Al igual que las Torres Gemelas, se comienza su construcción en un periodo incierto, y también supondrá, como lo fueron las Gemelas, el símbolo que restaure la confianza en el desarrollo del sur de Manhattan.



El nuevo complejo WTC habla, por lo tanto, del renacimiento de Nueva York. Y también de pasar página. De reconstrucción de la memoria. De un lugar de paz. Un silencio que tiene en su arquitectura expresión de calma, como interpretado con sordina, en voz baja. No se buscan gestos, ni resonancias. Un tributo, por la composición y la escala, a la huella que reconstruye el asiento de las Torres Gemelas y que se inunda de agua circulante que cae en un enorme agujero, misterioso y poético. Las torres nuevas escoltan este espacio.



El equilibrio del vacío

El volumen enorme de las edificaciones no puede con la intensidad del espacio vacío del Memorial. Y en este difícil equilibrio es donde radica el éxito del proyecto. Es la batalla entre el espacio y el volumen, vieja disputa arquitectónica, que en este caso lidera el espacio, más perceptivo, evocador y profundo, que se impone a las enormes masas que lo circundan. La visibilidad de la ausencia de las Torres Gemelas se consagra con el movimiento infinito de las cascadas de agua, con el sonido envolvente de la naturaleza. Será un lugar espiritual, cuya monumentalidad se provoca por la sutil mezcla de emociones, espacios negativos extraídos a la tierra, y la presencia leve de las Torres Gemelas, cuya ruina late aún.