Millán Salcedo

El actor protagoniza 'Los sobrinos del capitán Grant' en el Teatro de la Zarzuela (hasta el 8 de enero)

Millán Salcedo era, en los tiempos de Martes y Trece, un tipo casi tan popular como el mismísimo presidente del país. Su histrionismo facial permanece grabado en el inconsciente colectivo de miles de españolitos que, por Navidad, descorchaban champán y succionaban cabezas de langostinos mientras se carcajeaban con su humor desbocado. Aquello pasó y ahora sigue con su carrera, que pasa más desapercibida que antes, pero en la que brillan también algunos hitos. En particular, la quinta reposición de Los sobrinos del capitán Grant en el Teatro de la Zarzuela. Otra navidad, la versión paródica que compuso el maestro Caballero sobre la novela de Verne llega al coliseo madrileño, con Salcedo de protagonista en el papel de Marcial Mochila. Un trabajo que le valió la consideración de mejor actor de zarzuela en los Premios Líricos del Teatro Campoamor. ¿Quién se lo iba a decir?

Pregunta.- ¿Cuál ha sido el principal reto que le ha planteado este montaje? ¿Lo de cantar?
Respuesta.- No tanto lo de cantar. En Martes y Trece nuestros shows tenían mucho cante y mucha música. Aquí lo que impone es hacerlo en directo, sin micrófonos, en un marco como el Teatro de la Zarzuela, con un coro y una batuta que surge del foso en sombras. La batuta me impone más que un bazoka. Cuando te da la entrada es impresionante. Es algo extraño, como le ocurre a esos hombres capaces de acariciar un león y que luego les aterroriza una araña. Pero creo que ya lo he superado.

P.- Es la quinta reposición la de este año. ¿Cómo lleva lo de quedarse sin vacaciones por Navidad?
R.- ¿A quién le importa eso? Para mí, dedicarme a esta profesión es como si me hubiera tocado el gordo. Lo de Los sobrinos del capitán Grant empezó hace once años, cuando sonó mi teléfono y Paco Mir me lo propuso. No le pregunté ni el papel que iba a hacer, pero sabía que sería algo bueno si venía de él y si iba a representarse en la Zarzuela.

P.-¿Y, una vez pasadas las navidades, qué proyectos tiene en el horizonte?
R.- Lo que más me gusta es girar de pueblo en pueblo, de aldea en aldea, como los titiriteros. Ahora he terminado de escribir otra obra, El entretenedor, en la que hay un actor, un pianista y trabajos manuales que se proyectan en una gran pantalla. Está en manos de una productora. A ver qué pasa, porque ahora hay mucha incertidumbre. Pero intentaré volver a llenar teatros.

P.- Eso es complicado...
R.- Alguien tiene que dar un puñetazo en la mesa, no sé, alguien, y acabar con la dictadura del fútbol. El rey, que dé un coronazo en la mesa y pase los partidos de fútbol a las 12 de la mañana. Así luego la gente irá después a comer a los restaurantes y, por la tarde, a los teatros y las cafeterías. A mí me encanta el fútbol, pero no lo puede copar todo.

P.-¿Desde cuándo escribe?
R.- Pues desde el vientre de mi madre. Yo creo que en él dejé pinturas rupestres y grafitis. A lo mejor he heredado algo de la pluma de Gala, que es de mi mismo pueblo... La verdad es que siempre he tenido muchas inquietudes, entre ellas la escritura. Tengo tres libros publicados y espero algún día ser capaz de escribir dos líneas bien. Escribir es algo muy difícil, muy sacrificado. Admiro mucho a quien le fluye la pluma.

P.- En Los sobrinos del capitán Grant coincide con Fernando Conde, tercera pata de Martes y Trece cuando erais un trío. ¿Cómo recuerda esa época en que era más popular que el presidente de gobierno?
R.- Con mucho cariño y con mucho farde. No todo el mundo puede decir que perteneció a Martes y Trece. Sólo tres personas: Fernando Conde, Josema Yuste y yo. Es algo de lo que siento mucho orgullo y tengo claro que aquella andadura luego me ha permitido hacer ciertas cosas que no hubiera podido hacer de otra manera. Lo bien que se venden los DVDs de Martes y Trece ahora revela que todavía estamos en la memoria colectiva y creo que eso se debe a que supimos cortar en el momento adecuado. Ahora intento hacer mi carrerita y he cambiado la 'c' de cantidad por la de calidad.

P.-¿Se ríe con los humoristas que salen hoy en la televisión?
R.- Sí, soy un espectador buenísimo, que se entrega. Hay gente con una vis cómica tremenda. Es probable que haga una separata con Julián López [Muchachada Nui]. Aunque a veces parece que lo que hay ahora no existía antes, que se acaba de inventar, como los monólogos del Club de la Comedia. Ya hace tiempo estaban haciendo eso mismo Gila, quizá el máximo exponente de este género, y gente como Pedro Ruiz, Pedro Reyes... También hay otros que copian descaramente.