Image: Emilio Gutiérrez Caba

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El Cultural

Emilio Gutiérrez Caba

"Los vampiros financieros nos han chupado hasta la última gota de sangre"

24 enero, 2012 01:00

Emilio Gutiérrez Caba. Foto: Sergio González.

Interpreta al doctor Van Helsing en el montaje de 'Drácula' del Teatro Marquina

Son ya casi cincuenta años en el oficio de interpretrar los que lleva encima Emilio Gutiérrez Caba (Valladolid, 1942). Pero a él sigue trabajando a tope. En el cine: ha intervenido en cuatro películas en los últimos dos años. En la televisión: con la serie Gran reserva, cuyo éxito está haciendo que se rueden nuevas temporadas. Y ahora en el teatro, de nuevo: interpreta al doctor Van Helsing en el montaje que Eduardo Bazo y Jorge de Juan han levantado en el Teatro Marquina. Esa hiperactividad le provoca, no obstante, "un cierto agobio". Por la mañana rueda y por la tarde se sube a las tablas. Dice que la falta tiempo para hacer una de las cosas que más le gusta: leer. Quizá para entender esta crisis que le tiene 'indignado', en la que los vampiros financieros succionan a los ciudadanos en presencia de unos "gobiernos acobardados".

Pregunta.- El profesor Van Helsing gasta un tono envolvente en la obra. Más que público, los espectadores parecen alumnos ante una conferencia...
Respuesta.- Eduardo Bazo y Jorge de Juan han tomado textos de Bram Stoker, en los que el profesor Van Helsing se dirige a unos alumnos y les ilustra sobre el vampirismo y la inmortalidad a través de la succión de sangre ajena, y luego empieza a relatarles el caso que él mismo vivió en Londres. La conferencia sirve para explicar lo que han visto los espectadores sobre el escenario y además es el hilo que da pie a nuevas escenas.

P.-¿Le hace justicia la versión teatral de Hamilton Deane a la novela de Bram Stoker?
R.-La novela está estructurada como un diario, es un texto muy abierto, que permite muchas posibilidades. En la obra de Deane, que ha sido luego en la que se han basado la mayor parte de las versiones cinematográficas, como la de Tod Browning con Bela Lugosi, el cambio más notable es que lleva la historia a su terreno, a Inglaterra.

P.-¿Ha acudido a esas películas para componer su papel?
R.-Las he visto todas. Son películas que uno lleva grabadas en el subconsciente, aunque no me son del todo útiles para preparar mi personaje. En nuestra versión Van Helsing es el padre de Lucy, la chica fallecida por los mordiscos de Drácula. Ese vínculo no está en estas películas. Por eso, además del terror, aquí hay más odio del profesor hacia los vampiros, y por eso debía hacer un trabajo más personal. >

P.-¿Y a qué cree que se debe este el auge del universo vampírico en esta época?
R.-El mito de la búsqueda de la vida eterna a través de la sangre es muy potente. Es normal que perdure, como el de la juventud eterna que trata El retrato de Dorian Gray. A finales del siglo XIX los avances de la ciencia hicieron concebir la posibilidad de vivir eternamente. De ahí surgieron estos mitos. La gente busca ahora emociones más viscerales, no tan intelectuales. Quizá se deba a los tiempos tan difíciles que atravesamos: hay una necesidad de fuga generalizada.

P.-¿Y los vampiros financieros qué tal le caen? Estos no tienen mucho de románticos, ¿no?
R.-Han sido un núcleo de privilegiados que nos han succionado hasta la última gota. Es intolerable escuchar ya a agencias de calificación que toman la licencia de exigir a los estados recortes en sanidad y educación. Deberían pensar en recortar su propia existencia mentirosa. Los gobiernos deben enfrentarse a ellas. Si no, acabaremos como en el mayo del 68, que no fue algo agradable precisamente. Yo lo viví en París. Fui de viaje de placer y me encontré en mitad de los disturbios.

P.-A usted parece que la crisis no le ha pasado factura. No para de trabajar, en cine, en teatro, televisión...
R.-La verdad es que he sido muy afortunado, siempre he tenido trabajo, los parones han sido cortos. El estreno de este Drácula lo he tenido que posponer casi un año porque me coincidía con el rodaje de Gran reserva. Ahora estoy con las dos cosas, y me siento un poco agobiado. Apenas encuentro tiempo para leer.

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