Image: Jesús Ferrero

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El Cultural

Jesús Ferrero

"A muchos adolescentes hoy los cría internet"

12 marzo, 2012 01:00

Jesús Ferrero. Foto: Santi Cogolludo.

Presenta este martes (19.30 h.) en la Librería Tipo Infames su última novela, 'El hijo de Brian Jones', ganadora del Premio Fernando Quiñones

La vida descontrolada y excesiva de Brian Jones en el 'Swinging London' de los 60 dejó como herencia un rastro de hijos ilegítimos. Fue uno de los miembros fundadores de los Rolling Stones, el que le imprimió su estilo al grupo en sus comienzos. Pero las drogas y ciertas inestabilidades psíquicas le condujeron a una muerte prematura y podría decirse que ridícula, ahogado en su piscina. De uno de esos cabos sueltos filiales tira Jesús Ferrero (Zamora, 1952) para armar su última novela, El hijo de Brian Jones (Alianza). Alexis, su protagonista, nació como consecuencia de las relaciones del guitarrista con una niña bien española. Él vive en el Nueva York de los 90, bajo una sensación de orfandad sólo paliada por su abuela. El autor de Bélver Yin conecta ambos momentos históricos ("crepusculares los dos") en una obra en la que, como él mismo reconoce, más profundamente ha entrado en las almas y los sentimientos de sus personajes.

Pregunta.- Brian Jones es una de sus mitomanías antiguas. Llevaba ya varios años dándole vueltas a una novela en la que él estuviera presente, ¿no?
Respuesta.- Sí, aunque lo que no se me ocurriría nunca sería escribir una novela sobre una de estrella pop. La novela se centra en un hijo ilegítimo de Brian Jones, que no conoció a su padre y ha sido criado por su abuela. Ha sido un niño que ha padecido diversas alteraciones psíquicas, entre ellas el autismo, y eso ha provocado que acceda a experiencias primordiales como el amor, el sexo y la pasión con cierto retardo, por lo que mantiene un grado de inocencia y pureza mucho mayor que el resto de los miembros de su generación.

P.- Sí, Alexis es el protagonista pero Brian Jones aparece como una especie de espectro que sobrevuela toda la trama.
R.- Cuento su derrumbe prematuro en algunos fragmentos. Es la parte de él que más me interesa. De todas formas, el Brian Jones que está en la novela es mi Brian Jones, bastante alejado del que consta en la 'historia oficial' del pop, mucho más profundo y abisal. Cuando tenía 27 años, edad con la que murió, parecía que tenía 48. Basta con ver sus fotos. Es lo que le ha sucedido también a tantos ídolos del cine y de la música.

P.- Los 27 años, esa edad fatídica para estos ídolos con pies de barro. La última en entrar en el club ha sido Amy Winehouse. ¿El caso de Brian Jones es equiparable al del resto de miembros de este trágico club?
R.- Detrás de su autodestrucción están las mismas razones. Por muy narcisista que seas, es muy complicado encauzar tanta admiración. Su yo acabó agotado. Hay que ser de hierro para soportar algo así. Y Brian Jones era un personaje frágil. No como Keith Richards y Mick Jagger. Ellos sí que son de hierro. Han sabido nadar y guardar la ropa. Es algo que explica muy bien Marianne Faithfull. Ella decía que Jagger te conducía al abismo pero él nunca se tiraba. Los dos tenían mucha envidia de Jones, que fue la figura dominante en los comienzos del grupo. Cuando empezó a fallar musicalmente, en los ensayos y las grabaciones, como consecuencia de sus abusos con las drogas, aprovecharon para hacerle un vacío. Le apuntillaron.

P.- Los dos escenarios de la novela son el 'Swinging London' de los 60 y el Nueva York de los 90. ¿Qué hay en común entre ambos momentos?
R.- Son dos momentos crepusculares. Los finales de los 60 en Londres coinciden con las primeras muertes por los excesos con las drogas. Empieza el fin del sueño pop. Y el Nueva York de los 90 es el del fin de una cierta posmodernidad que venía de los 80. Los que vivieron aquel Londres son los padres de los jóvenes que pulularon en el Nueva York noventero.

P.-¿Qué hay de verdad (de posible o probable) en que Brian Jones tuviera un hijo ilegítimo con una jovencita de la aristocracia española?
R.- Brian Jones tuvo varios hijos ilegítimos. El pop rompió las barreras sociales. Fue un movimiento que unió a los niños bien con los proletarios. Entre los aristócratas enrollados y las estrellas del rock se daba una atracción mutua. Algo parecido a lo que ocurre en España entre los señoritos y los toreros. A los Stones y a los Beatles les encantaban las pijas, y viceversa.

P.-¿En qué se parece Alexis a los adolescentes de hoy?
R.- En mucho. A muchos adolescentes de hoy no los crían sus padres sino internet. En ese sentido son unos huérfanos y deben hacer su camino por su cuenta, con los riesgos que ello conlleva.

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