Kiko Veneno, música clásica. Foto: Sony

Celebra los 20 años de su mítico disco 'Échate un cantecito' con una esmerada edición aniversario y un concierto hoy en La Riviera para "los que lo compraron en el 92"

Kiko Veneno no era nuevo cuando los noventa lo auparon a la fama definitiva ni era un recién llegado cuando unos meses antes se plantó en Londres para grabar Échate un cantecito, su disco de confirmación. Hacía años que había viajado a Estados Unidos para traerse a Frank Zappa en la maleta y hacía ya bastante tiempo que se había convertido en el ideólogo de la fusión del flamenco con el rock de los setenta, con más que aportaciones a hitos como La leyenda del tiempo. Es más, en 1977, cuando era un chaval, reunido en su piso junto a Raimundo Amador y compañía, había soltado el veneno que le faltaba a la descafeinada música española de aquellos años, Veneno que hoy está considerado como uno de nuestros mejores discos. Pero eran los noventa y Kiko, Lobo López, seguía sin ser un artista conocido o reconocido. Todo lo anterior, cuenta hoy con cierto resentimiento, tragando saliva, no había servido para nada y había quedado hecho poco menos que "por amor al arte". Y en cambio, se echó el cantecito aquel y las radiofórmulas le contaron al mundo del Mercedes blanco, del Joselito y del Echo de menos.



Pero Kiko no echa de menos nada y hasta siete veces repite en esta entrevista que lo suyo es el presente. A pesar de todo, Sony le ha hecho una edición de lujo mayúsculo para los 20 años de aquel trabajo que cambió su carrera, con el diario de la grabación, las maquetas, fotografías... Hoy lo celebrará en La Riviera con "los que lo compraron entonces", para los únicos en los que pensó cuando dijo sí, quiero a la nostalgia. Así que, venga, ponme, ponme la cinta otra vez.



Pregunta.- 20 años desde que se echó el cantecito, parece mentira... ¿Siente nostalgia?

Respuesta.- La única nostalgia que tengo es la gente que ha tenido que esperar 20 años para darse cuenta de cómo son las cosas. No puedo sentirla en otro sentido porque el disco está vivo, se sigue escuchando. Prefiero dirigirme al futuro más que mirar para atrás.



P.- Aunque por detrás de Veneno, este disco siempre aparece en las listas de los 100 mejores del pop español. Es un clásico. ¿Cree que los que se enganchen ahora a sus melodías lo entenderán bien? ¿Casa su optimismo con el tiempo presente?

R.- La reedición es un guiño al pasado, busca confraternizar con a los que entonces les gustó el disco, por eso se han incluido las maquetas, un diario... No se trata de ofrecer a las generaciones actuales un disco de música alegre. Es un disco histórico para los fans míos y sobre todo para la gente que lo escuchó y lo compró entonces. Pero como los españoles somos tan así, cuando vemos que hay bulla, eso nos atrae. Es un disco de la fidelidad de los fans conmigo y mía con ellos, para demostrar que estoy ahí. Es un acto de confraternización. Para los jóvenes preparo otras cosas.



P.- Vive en el presente entonces.

R.- Sí, los humanos somos seres de presente, esa es una realidad, y ahora hago la música que quiero. Sólo hay un presente e invito a la gente a que lo viva, les invito a que descubran lo que hoy hay de auténtico, que digan: "esto quiero". Tenemos que decidir ya lo que queremos y abrazarlo, hay cosas de ahora muy buenas.



P.- Pero este es un disco de aniversario. Le pido que volvamos al pasado por un momento. Cuénteme, al menos, alguna anécdota de la grabación o cómo se sentía usted cuando el disco empezó a dar los frutos que dio, cuando lo colocó en la popularidad.

R.- No soy persona de anécdotas, no. Hay muchas cosas que han quedado expresadas en el disco. Recuerdo la felicidad que tuve de trabajar para algo, porque por primera vez estaba haciendo algo que servía, no por amor al arte.



P.- El disco está poblado de personajes que uno recuerda casi como a amigos de otro tiempo. ¿Qué fue de su alter ego Lobo López?

R.- ¿Lobo López? Muy bien, muy bien, se encontró con su amada y les fue bien, vivían en una caravana, iban a parajes naturales y por las noches veían las estrellas y la luna.



P.- ¿Y Joselito?

R.- Al que yo le canto murió hace dos años, era un marinero de Conil, estuvo bien todo este tiempo. Murió con su gente, en su tierra, bien, bien, bien.



P.- ¿El del Mercedes blanco?

R.- Sigue habiendo muchos de esos, sigue habiendo ferias de 'ganao' y personajes así, del mundo rural. Y siguen viéndose Mercedes blancos, yo acudiré en uno al concierto en la Riviera.



P.- ¿En serio?

R.- Sí, seguramente sí.



P.- ¿Y a Kiko Veneno qué tal le ha ido estos años en la música?

R.- Yo estoy contento, hay gente que confía en mí y ven que no les voy a engañar, pero me da pena que hayan tardado tantos años en darse cuenta. En España nos gusta mucho eso, arrimarnos a los aniversarios. Pero que a mí lo que me interesa no son los últimos 20 años sino la gente de ahora. Hoy nos gusta mucho profetizar, pero es el presente lo que te da la magnitud real de las cosas, estoy muy feliz de estos 35 en la música, ha sido un viaje alucinante, he hecho cosas que nunca pensaba que podía hacer. Hay mucha gente que no ha confiado en mí hasta que no han pasado estos 30 años, pero no quiero dejar de recibir esa tardía confianza y traducirla en ilusión. Y, en cambio, no quiero palmaditas en la espalda ahora, las que me alimentaron fueron las de hace 30 años.



P.- Una reedición de un disco es lo que tiene...

R.- España es un país de efemérides, de gente que espera a que otros se mueran. Yo quiero pasar por encima de eso, quiero ser un músico para la gente de ahora, porque los del 'cantecito' van a seguir estando ahí.



P.- Pues como no quiere hablar más del 'cantecito', cuénteme de sus nuevos proyectos.

R.- Esos son los que me tienen contento de verdad. Estoy feliz de poderlos hacer, de seguir teniendo ideas. Cuando no tenga nada más que decir, cuando no se me ocurra nada, me quedaré en mi casa, pero de momento sigo teniendo inquietudes y conecto con el mundo de ahora, a pesar de la grandísima crisis que tenemos encima, a pesar de todas las incertidumbres. Estoy preparando un disco con el uruguayo Martín Buscaglia, que saldrá en América y otro con Refree, estamos muy esperanzados de que quede algo bonito. Y por lo pronto, pues iré a la Riviera y será un día bonito, de mucha felicidad. Me hace ilusión.

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