Maria de Medeiros. Foto: Archivo.

Esta noche presenta su disco 'Pájaros eternos' en el Teatro Conde Duque

Tras el éxito de sus dos primeros álbumes, A little more blue (2007) y Penínsulas y continentes (2010), la camaleónica y desbordante María de Medeiros (Lisboa, 1965) se estrena como compositora en ocho de los diez temas de Pájaros eternos, que presenta esta noche (21h) en el Teatro Conde Duque dentro de la programación del XXIX Festival de Jazz de Madrid. En este último disco, la inconfundible voz de la artista portuguesa visita diferentes latitudes musicales (fado, salsa, bossa nova, flamenco, jazz...) de la mano de Raimundo Amador y The Legendary Tigerman (alias de su "queridísimo" Paulo Furtado). Como sugiere la propia compositora, "cada canción es un universo propio" que ha sido recreado en varias ciudades (de Madrid a París, pasado por los estudios cordobeses Eureka del productor Fernando Vacas) y en cinco idiomas (inglés, italiano, francés, portugués y castellano). "Por eso hay que escucharlo con los todos sentidos", sin perder detalle de las ilustraciones (Javier Mariscal, Jorge Colombo, Pedro Proença, Pascal Rabeté...) que acompañan las letras de este cuidado libro-disco.



Pregunta.- ¿Qué impidió que se lanzara antes a la composición?

Respuesta.- En realidad nada. Pájaros eternos es mi primer disco de temas propios, pero el tercero que he grabado hasta la fecha. La idea de este proyecto surgió de la manera más natural, como evolución lógica de los trabajos anteriores y de los encuentros con gente que me ha influido mucho. Hablo, sobre todo, de Raimundo Amador y The Legendary Tigerman, con quien ya colaboré en París en un espectáculo homenaje a Jim Jarmusch. Sí es cierto que la figura de mi padre, que es compositor y pianista clásico, me cohibió un poco al principio. Pero al final entendí que son mundos diferentes. Nunca me olvido de mis queridísimos Mahler y Stravinsky, y sigo recurriendo a Beethoven cuando quiero ordenar mis ideas, pero a la hora de componer mis canciones soy bastante espontánea e intuitiva.



P.- ¿Cómo recuerda el encuentro con Amador?

R.- Coincidimos en un programa de televisión en Sevilla. Enseguida congeniamos. Así que le invité a tocar con mi grupo, al día siguiente, en el Teatro Lope de Vega. Por la mañana vino a los ensayos y por la noche ofrecimos un concierto increíble. Me contó que tenía un par de temas interesantes en su ordenador que quizá podrían servirme, y así empezó todo...



P.- La letra de aquel tema, Nace el día en la ciudad, terminaría dándole nombre al disco...

R.- Me imaginé una niña en actitud contemplativa frente a una ciudad inmersa en su rutina cotidiana de atascos, tertulias de radio, debacles económicos... Desde el cristal de su ventana, la niña sopla las nubes, que son como pájaros, pájaros efímeros pero al mismo tiempo eternos, que se mueven en su imaginación, porque es capaz de soñar, de imaginar una realidad mejor.



P.- En ¿Quién eres tú? habla de la deshumanización de las tecnologías. ¿Otra crisis, además de la económica, que nos acecha?

R.- En realidad recurro al sentido del humor para tratar un asunto que nos afecta a todos: ¿qué hacer con esos nombres que tenemos en nuestra agenda de contactos o en nuestro Facebook pero que, en realidad, no nos suenan de nada? No me preocupan tanto los peligros como los misterios de esa gente que vive en nuestro ordenador y que no conocemos. Mi canción está dedicada a eso cientos de amigos desconocidos que vamos acumulando.



P.- ¿Se identifica con el protagonista de Trapichana, un músico con el corazón partido entre la bossa nova y el flamenco?

R.- Bastante, aunque en mi caso hay más compartimentos e influencias (risas). Por encima de cualquier barrera cultural, el flamenco y la bossa nova comparten un mismo latir entre popular y sofisticado. En mi disco, confluyen diferentes estilos y folclores, pero desde una perspectiva muy personal e íntima. Mi fado, por ejemplo, es muy sui generis. Soy portuguesa, llevo el fado en los genes, pero he pasado mi infancia en Viena escuchando música clásica. No soy una purista, sino una intérprete espontánea que no duda en acompañar su fado de una guitarra eléctrica... Muchos lo considerarán un sacrilegio.



P.- ¿Qué experiencias inspiraron Noche, sobre los suburbios madrileños?

R.- En este tema hablo de una chica que viaje de los afueras de la ciudad hasta el centro. Me inspiré en los días de rodaje de Airbag de Juanma Bajo Ulloa. Estábamos en Madrid en pleno agosto. Desde la ventana de mi habitación del hotel veía la plaza de Santa Ana sin un alma. Pero, de pronto, dieron las dos de la mañana y eso se llenó de gente, de energía, de conversaciones... Ésa es la imagen que tengo de Madrid.



P.- Paralelamente al disco, ha dirigido Los ojos de Bacuri, un documental sobre la dictadura brasileña. ¿Qué la animó a volver a coger una cámara?

R.- Fue el propio Ministerio de Justicia de Brasil el que me propuso el proyecto. Su comisión de amnistía y reparación promueve iniciativas de reconstrucción de la memoria histórica que incluyen la recuperación de la identidad de los represaliados, como fue el caso de Bacuri y su familia. Todos los países tienen capítulos negros en su historia sobre los que hay que ir arrojando luz poco a poco.



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