Vinicio Capossela

Presenta su disco 'Rebetiko Gymnastas' en el Teatro Cervantes de Málaga este domingo, el lunes en Joy Eslava (Madrid) y el miércoles en Luz de Gas (Barcelona)

Grecia es un país estigmatizado por la economía. Sus números rojos son vistos como una vergüenza por políticos, burócratas y contables presuntamente rectos y rigurosos. Pero fueron tipos pertenecientes a priori a esta especie los que propiciaron su bancarrota. A Vinicio Capossela (Hanóver, 1965) se lo llevaban los diablos cuando escuchaba a los encorbatados jerarcas italianos decir: "No acabaremos como Grecia". Como si fuera un país apestado. Contra ese discurso esgrime el arma del rebético, género musical tradicional griego, surgido también en un momento histórico de profunda crisis de identidad de Grecia, cuando en 1922 perdió sus últimas posesiones en Turquía. El cantante italiano, un infatigable investigador musical, lo define como "una música de rebeldes que ensalza la rabia sobre el miedo". Rebetiko Gymnastas es su último disco, una "conspiración" frente a un destino marcado por políticos, burócratas y contables presuntamente rectos y serios. Eso: presuntamente.



Pregunta.- ¿Cuándo descubrió el rebético y cómo empezó a sentirlo como propio?

Respuesta.- Uf, hace muchos años, ya en los 90. Cuando viajaba a Grecia iba más las tabernas que al mar. La primera vez que entré en una de ellas donde lo estaban tocando me impresionó que no había un cantante y un público. Todos cantaban. Era como una conspiración. Sentía como si se alzase un aire de revuelta en el interior de todos ellos. Esa experiencia me inspiró la escritura de un relato, Il girone dei ribetici, y una canción en la que describía mi manera de ser un rebético, Contratto per Karelias. Luego, siempre que he ido a Grecia, he acabado en las mismas tabernas, profundizando en el rebético.



P.- Es una música de fatigas, dolores, ausencias, migraciones... Muy cercana al tango, al blues, al fado... Y muy apropiada para la Grecia actual.

R.- Cierto. Aunque en esas dificultades también puede englobarse toda la Europa mediterránea. No es una música que pueda decirse que tenga contenido político porque habla siempre de historias personales, pero sí tiene una naturaleza anárquica y libertaria, que enciende el anticonformismo. Tiene la urgencia de la verdad, por eso está conectando de nuevo tan bien con la gente joven de Grecia. Las nuevas generaciones vuelven a cantar canciones de hace 80 años pero que tienen mensajes muy cercanos a la situación que atraviesan ahora. El rebético se configura como lo conocemos hoy a partir de 1922, en un momento también de profunda crisis para los griegos, cuando pierden todas sus posesiones en Turquía. De ahí la conexión con el pasado. Yo diría que su esencia es la defensa de la rabia por encima del miedo.



P.- Dicen que etimológicamente la palabra rebético significa rebelde. ¿Es así?

R.- Bueno, hay muchas teorías. Es una palabra que se pierde en el tiempo. En turco sí significa resistente. En griego, su significado va referido a una actitud, no a una música, la de alguien que no se somete a las convenciones, que se sujeta a sus propios códigos personales, aunque estos provoquen fricciones con los códigos colectivos. También se piensa que puede proceder de otra palabra griega que significa errar. Todas esas hipótesis juntos dan una buena idea de lo que es.



P.- La mayoría de los temas son canciones suyas llevadas al rebético, pero también se ha lanzado a cantar en griego. Todo un desafío, ¿no?

R.- Era una gran oportunidad. Canto algunas cosas. El griego es una lengua maravillosa. Todos los hablantes de lenguas latinas deberíamos estudiarla. Descubriríamos que la mitad de las palabras que usamos provienen de una base griego, una base impregnada de filosofía, como la palabra máscara que en griego significa persona. Es decir, persona para ellos es nuestra presencia exterior.



P.- ¿Y qué ha aportado el rebético a tus canciones de siempre?

R.- Me da la impresión que se han hecho más espinosas y que han realizado un esfuerzo para sonar con un ritmo diferente. Ha sido como hacer un ejercicio físico, y por eso he titulado al disco Ribetiko Gimnastas.



P.- ¿Y a los griegos qué les ha parecido escuchar su música autóctona en italiano?

R.- Bueno, es un poco extraño e interesante que un italiano haya decidido tocar rebético. Pero más interesante todavía ha sido exportar ese género griego a Italia y a otros países europeos, porque de música griega fuera se conoce muy poco, algún sintaki y poco más. En Grecia tiene un sentido de identificación completa con su música. Cuando toqué en el Teatro Herodion de la Acrópolis canciones de Markos Vamvakáris, considerado el padre del género, fue impresionante. Yo adoro a Vamvakáris.



P.- ¿Para usted este disco es una reivindicación de Grecia en un momento tan delicado para ese país?

R.- A mí me molesta mucho cómo se está hablando de Grecia en los últimos años, como si fuese un país apestado que se debe evitar. Y que sólo se hable de ella por las cuestiones de la deuda y todo eso, sin tener para nada en cuenta las personas y su cultura. Yo he querido mostrar, con una cosa tan pequeña como un disco, la importancia de su maravillosa música, que es algo que se lo debemos nosotros a ellos.



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