Image: Antonio Méndez Esparza

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El Cultural

Antonio Méndez Esparza

"He querido reflejar la dignidad de la inmigración, no su miseria"

1 marzo, 2013 01:00

Antonio Méndez Esparza

El director estrena hoy 'Aquí y allá'

A medio camino entre la ficción y el documental, el madrileño Antonio Méndez Esparza (1975) construye en Aquí y allá una notable película en la que retrata con sensibilidad la experiencia de esos cientos de miles de emigrantes suramericanos que trabajan en Estados Unidos de forma clandestina para mantener a sus familias. Lo que vemos en Aquí y allá es el regreso de Pedro de los Santos (que, como los demás actores, se interpreta a sí mismo) a Guerrero, un poblado de México en el que le aguardan su esposa e hijas. Con ecos de Pedro Costa, el filme construye un vibrante retrato íntimo que, sin caer en tremendismos, propone una visión realista y cercana a esas millones de personas que muchas veces nos resultan anónimas. Esparza se licenció en derecho en España, estudió cine después en Columbia y ha vivido en Estados Unidos durante largos años. La película ganó el Gran Premio de la semana de la crítica en Cannes y ha ganado importantes premios en festivales como el de Bombay, Jerusalén o Montreal.

Pregunta.- ¿Cómo entra en contacto con el mundo de la inmigración mexicana en Estados Unidos que describe en Aquí y allá?
Respuesta.- No pertenecía a mi entorno más inmediato porque yo estudiaba en Columbia, una universidad de la Ivy League, y no tuve mucho trato. Cuando viví en Los Ángeles tuve un poco más. Siempre me intrigó ese universo de ilegales que trabajan como chóferes o cocineros. Cuando conocí a Pedro él fue la llave para poderlo conocer a fondo. Siempre he sentido admiración por estas personas, por su coraje para salir adelante. Cuando rodamos el corto con Pedro, Una y otra vez, no quedé muy satisfecho porque mi visión era demasiado "peliculera". Sentía la necesidad de volver a ello para poder hacerlo de un modo correcto.

P.- ¿Cómo fue ese encuentro con Pedro?
R.- Cuando comenzó a contarme su vida me di cuenta de que tenía una película. Su experiencia como boxeador, su grupo de música... es todo muy romántico. Al mismo tiempo todo lo que me contaba era muy relevante y muy común.

P.- Los personajes se interpretan a sí mismos, ¿dónde empieza la ficción y dónde el documental?
R.- Yo creo que todo es ficción. Cuando rodamos, Pedro hacía tiempo que había regresado a Guerrero y la familia hizo mucho más que recrear lo que sucedió porque había un guión y una historia. Se parece mucho a la verdad y hay elementos verídicos pero al final no lo es. Lo que sí era importante es ese tono documental, buscar la forma más natural y realista posible de contar las cosas. Está todo un poco desincronizado, los personajes tardan mucho en responder como en la vida real.

P.- ¿Cómo es trabajar con actores no profesionales?
R.- Es curioso lo rápido que aprendieron. A la semana eran capaces de detectar cuándo habían estado bien y cuándo mal y te lo decían ellos mismos. Se movían en un entorno muy familiar y en seguida sabían cuándo no habían sido naturales. Era gracioso porque veían las telenovelas y criticaban a los actores como verdaderos profesionales.

P.- Vemos la dureza de la vida en Guerrero pero no carga las tintas.
R.- Trabajaba con un director de fotografía rumano y una vez me propuso que grabáramos una escena de enorme miseria. Estuve dudando pero luego me di cuenta de que, más como extranjero, lo importante era mantenerme fiel a mi mirada sobre ese lugar. Yo quería reflejar su calidez y su dignidad. Por ejemplo, quizá sería todo más dramático si Pedro fuera con la camisa sucia, pero él no va así y si lo hubiera pretendido me habría sido más difícil convencerlo.

P.- Ha mencionado su condición de extranjero, ¿le influyó de alguna manera?
R.- Tuve muchas dudas a la hora de hacer esta película. No quería hacer un cuento bucólico ni tampoco una película que no represente nada. Tenía que ser mi punto de vista sobre el lugar y por tanta abrazar mi "extranjeridad" para que mi mirada fuera lo más clara y transparente posible.

P.- ¿Dónde están sus referentes?
R.- Me ha influido mucho el cine asiático: desde Ozu hasta Hou Hiao-Hsien. Me gusta su forma de retratar lo cotidiano, los momentos aparentemente poco relevantes que reflejan de una manera muy cinematográfica. Me gusta mucho también Pedro Costa, me fascina su manera de abordar los proyectos y cómo trabaja la imagen al máximo.

P.- Es curioso porque en España estamos pasando rápidamente de ser receptores de inmigrantes a emigrar nosotros mismos.
R.- Desde luego, en un momento en el que tantos españoles tienen que partir al extranjero para poder trabajar, muchos podrán sentirse identificados con la experiencia de Pedro. Sucede algo curioso al regresar y es que hay una parte que en teoría sigue igual pero en realidad todo ha cambiado. Existe esa dualidad por la que no te acabas de sentir en casa en ninguna parte.

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