Antonio Colinas
"La poesía, sobre todo a mi edad, es un viaje al silencio"
24 abril, 2014 02:00Antonio Colinas. Foto: Carlos S. Campillo.
El escritor presenta hoy su último poemario, Canciones para una música silente (Siruela), en la Facultad de Filología de la Universidad Complutense de Madrid.
Pregunta.- ¿Qué representa para usted esa música silente a la que alude en el título del libro?
Respuesta.- Existen dos músicas, la que podemos oír y otra interior, la que yo llamo silente, que nos lleva a un conocimiento más profundo y de sentido órfico, que ha sido una constante en mi poesía. El término canción remite a tres de las secciones de este libro, en las cuales el poema se va sintetizando y condensando, y nos lleva a pensar que, a la larga y sobre todo a mi edad, la poesía es un viaje al silencio.
P.- Es un poemario muy extenso, con ocho secciones bien diferenciadas, pero ¿reconoce alguna idea o sentimiento que opere como hilo conductor en él?
R.- El hilo conductor es la búsqueda de conocimiento. Uno es poeta para conocer mejor la realidad, hacer preguntas y buscar respuestas. Yo lo hago por muy distintas vías. Hay poemas cercanos a la canción, pero también dos poemas muy extensos; hay lirismo y hermetismo, y se produce un diálogo, constante en mi obra, entre mis raíces del noroeste y el mundo mediterráneo y oriental.
P.- Le cito: "¡Perennidad del arte, que apacigua y salva todavía a los seres humanos de ser fieras!". ¿Es el arte nuestra tabla de salvación?
R.- Sí, por eso seguimos apostando por la poesía. El arte es sinónimo de paz, de armonía, es una búsqueda de conocimiento desde dentro, es una fidelidad a los ideales de verdad y belleza y, como dijo Ezra Pound, la belleza es difícil, y llega después de superar las dificultades de la vida.
P.- En su poesía se combina la sensorialidad con el pensamiento. ¿Cuál de las dos entra primero en juego?
R.- Esa mezcla se ha ido intensificando a lo largo de mi trayectoria. Al comienzo el poeta solo siente, y a medida que avanzamos aparece el pensamiento. Para mí lo ideal es que el poeta sienta y piense a la vez, y esto lo encontramos en este libro, sobre todo en los poemas finales.
P.- Dice que "todo es sacro en el mundo para aquel que lo mira con ojos de piedad". ¿Hasta qué punto su búsqueda de la trascendencia tiene que ver con lo religioso?
R.- El término sagrado no remite obligadamente a lo religioso, sino que es toda la realidad en armonía y humanizada. Por tanto, ese diálogo con lo mistérico expone una búsqueda del más allá. El poeta no es un fotógrafo de la realidad, sino que debe trascenderla con la palabra.
P.- Una sección del libro está formada por 14 retratos de mujer. ¿Quiénes son?
R.- La mujer está muy presente en este libro y es un símbolo polivalente y polimórfico, es decir, es la amada, pero también la amiga, remite a lo telúrico, conecta con la naturaleza, es un ideal de belleza y verdad. En definitiva, la mujer es también una vía de conocimiento.
P.- Dedica un poema a Vicente Aleixandre, que fue su maestro. ¿Qué otros ha tenido?
R.- Podría citar aquí a todos los poetas que me han gustado. Aleixandre fue mi maestro en el sentido más literal del término. Lo conocí al llegar a Madrid con 18 años y me daba consejos. También considero mi maestra a María Zambrano sobre todo por su razón poética, que establece un diálogo entre poesía y pensamiento. También han sido mis profesores algunos clásicos y los místicos de las distintas culturas, del lejano Oriente, de Oriente Medio y el sufismo, y también en poetas nuestros como Fray Luis de León, con un sentido órfico, pitagórico y un racionalismo fértil.
P.- ¿Esa relación de magisterio entre los poetas veteranos y los noveles sigue siendo habitual?
R.- Sí que se da. Yo, hasta donde puedo y mi tiempo me permite, estoy abierto a dar consejos y recomendar lecturas. Ese es mi principal consejo para los jóvenes: que lean mucho y de todo, clásicos, modernos y contemporáneos; y que piensen que lo primero para escribir es enfrentarse al papel en blanco en la soledad de su cuarto. Todo lo demás es secundario.
P.- ¿Por qué le ha interesado siempre tanto la cultura oriental?
R.- Porque esa literatura está en los orígenes de todo lo demás. En China o en Sumeria hay poesía desde el siglo XX a.C. y mantiene todavía su frescura. Desde muy temprano surgen fenómenos como el taoísmo, el budismo, el zen, que nos llevan al campo del pensamiento, de una filosofía originaria de la que más tarde encontramos resonancias en los presocráticos y en Heráclito.
P.- Ayer recogió Elena Poniatowska el Premio Cervantes. ¿Qué opinión tiene de la autora?
R.- Es curioso, hace unos días murió García Márquez y la única vez que lo vi fue en una comida en Coyoacán [barrio de México DF] en la que también estaba Elena Poniatowska. Me parece una autora con una trayectoria muy colmada y, como García Márquez, establece en su obra un interesante diálogo entre la creatividad y la crónica periodística de la realidad.