María Pagés. Foto: Sergio Enríquez-Nistal

La bailaora y coreógrafa María Pagés, representante de un flamenco abierto a las nuevas corrientes de la danza, regresa a los Teatros del Canal con su espectáculo Dunas en el que comparte protagonismo con Sidi Larbi Cherkaoui, figura clave de la danza contemporánea. El paso de la sevillana por Madrid durante tres jornadas consecutivas, en las que desplegará todo su arte sobre el escenario, siempre es una gran noticia pues sus espectáculos son demandados por todos los rincones del mundo y no se prodiga lo suficiente por su tierra natal. Sin ir más lejos, el día 26 coge un avión a Pekín para bailar Autorretrato en el National Centre for the Performing Arts. Mientras tanto, Pagés atiende a El Cultural.

Pregunta.- Llega a los Teatros del Canal con el espectáculo muy rodado. ¿Esto da una cierta tranquilidad?
Respuesta.- La experiencia siempre da tranquilidad pero Madrid te la quita. Siempre da un poquillo de nervio actuar en casa porque viene mucha gente a verte, buenos amigos, y quieres que todo salga bien. Pero se compensa porque ya pasamos por este escenario en el Festival de Otoño. Además, Dunas lo tenemos en el cuerpo y los disfrutamos mucho.

P.- ¿Han introducido algún elemento nuevo?
R.- La estructura quedó muy clara al principio pero al contar con música en directo tenemos mucha libertad para interpretar y sugerir. La propia vida de cada uno da experiencia a Dunas y siempre descubrimos cosas nuevas. La bonito es esto, que las creaciones siempre están vivas. El directo además te da libertad.

P.- ¿A qué hacen referencia las dunas del título?¿De qué trata el espectáculo?
R.- Precisamente escogimos Dunas como lugar simbólico que representara un espacio de libertad, de amplitud, de apertura. Algo que se transforma continuamente. El espacio en el que nos queríamos encontrar Cherkaoui y yo. Hay raíces de ambos en todo esto. Antes de desarrollar el espectáculo fuimos a ver el desierto del Sahara: los colores, el viento, la transformación del paisaje... Fue el primer viaje de todos los viajes que hemos hecho con Dunas.

P.- ¿Cómo fue el proceso para poner en común dos maneras de entender el baile en este espectáculo?
R.- Desde mi punto de vista tenemos la misma manera de entender el baile, la danza. Ahí creo que coincidimos. Somos de dos mundo diferentes pero en realidad tenemos mucho en común. Yo entiendo el flamenco como danza contemporánea y eso es algo que comparto con Cherkaoui. Este encuentro ha sido así de armónico. Tenemos cosas en común como la libertad, la apertura... El flamenco también tiene ese componente conservador pero yo lo entiendo como una continua evolución. La tradición es solo una parte de él, también tiene un gran potencial de compartir y evolucionar, pero eso la danza contemporánea ya lo tiene incorporado. Por su parte, Cherkaoui siempre ha indagado mucho en artes que vienen de la tradición. Por eso en Dunas hay una ida y una vuelta y Cherkaoui y yo nos encontramos en el medio. Otro aspecto en el que nos parecemos es el estético, ambos nos expresamos con los brazos y las manos y ahí sí que logramos un lenguaje común, hasta el punto que el público no sabe bien a quien pertenece un brazo u otro.

P.- ¿Cómo es Sidi Larbin Cherkaoui a un nivel más personal?
R.- Siempre hemos conectado muy bien. La palabra que mejor lo define es creador. Cuando admira algo se entrega, es generoso y respetuoso. Coincidimos en muchos aspectos por eso el proceso de creación y las giras de Dunas han ido acompañadas de un proceso vital muy rico. Él es muy creativo y reflexivo.

P.- ¿Qué ha aprendido de Cherkaoui?
R.- Trabajar con Cherkaoui supone una continua estilización. Aunque realmente uno no se sabe lo que ha aprendido hasta que sigue con su vida y reflexiona sobre lo que ha compartido. El poso de lo que él ha sido para mí quedará en lo que haga en el futuro. Te aporta y te inspira. Así es la vida.

P.- ¿Qué proyectos tiene en el horizonte cuando finalicen estas representaciones de Dunas?
R.- Pues el 25 acabamos aquí en Madrid y el 26 nos marchamos para Pekín a donde llevamos Autorretrato. Lo cierto es que son citas muy potentes en dos semanas. Y ya estoy preparando un nuevo trabajo. He iniciado el proceso creativo: música, ensayos... Es salirse un poco de la vorágine que son las giras. Puede parecer una contrariedad pero el hecho de tener en mi cabeza una nueva creación hace que me calme un poco. Me siento y ya estoy pensando en notas, en movimientos... Soy muy activa, no me aburro.