Juan Carlos Rubio

El director teatral lleva al Auditorio San Lorenzo de El Escorial Miguel de Molina al desnudo, un texto escrito e interpretado por Ángel Ruiz.

"Yo tuve un novio barbero y una vecina me lo quitó; tuvieron tres churumbeles con la cabeza como un farol", empieza la canción Compuesta y sin novio de Miguel de Molina, uno de los primeros hombres en dedicarse a la copla. Creó las camisas de volantes y renovó el género. Pero pagó cara su rebeldía: si se quedaba en España debía dejar los escenarios. Era eso o el exilio. Como dejar de cantar y actuar suponía matarle en vida, huyó. Sus canciones siguen vigentes, muchos las recuerdan pero es poco lo que queda de su figura como persona. Para dejar atrás el desconocimiento de este espíritu rebelde, Juan Carlos Rubio (Montilla, 1967) lleva al Auditorio San Lorenzo de El Escorial Miguel de Molina al desnudo, un texto escrito e interpretado por Ángel Ruiz, que se estrenó en Málaga con una buena acogida del público y que todavía puede verse en el teatro Infanta Isabel de Madrid todos los lunes y martes.



Pregunta.- ¿Por qué es importante recuperar la figura de Miguel de Molina?

Respuesta.- Aparte de sus muchos valores artísticos, se trataba de hacer un poco de memoria histórica. Miguel de Molina fue uno de esos hombres exiliados que salieron del país con la guerra civil y queríamos recuperar la memoria. En la función él dice que al menos sabe dónde está enterrado, cosa que también marca la diferencia.



P.- Después de la guerra tuvo que exiliarse porque le dijeron que para quedarse debía dejar los escenarios y eso era matarle en vida. Pagó cara su rebeldía

R.- Claro, él era un artista y el escenario era su vida tanto artística como económica. Quería seguir cantando y entreteniendo a la gente, ser libre y hacer su profesión. Lo pagó caro pero no tanto como Lorca, por ejemplo. Dentro de lo malo intentó ser positivo y pudo hacer su carrera en Argentina donde se convirtió en mito. No quiso regresar porque las heridas que se llevó no terminaron de cicatrizar.



P.- Además, fue uno de los primeros hombres en dedicarse a la copla.

R.- Era un momento en el que la copla era algo puramente femenino y Miguel de Molina llegó e inventó las camisas de cola, los volantes. Trajo esa estética, es un personaje absolutamente moderno para la época.



P.- ¿Cómo ha configurado la pieza?

R.- El texto lo escribió Ángel Ruiz. Miguel de Molina llega a una rueda de prensa para hablar o contar su verdad a un grupo de periodistas. Ese es el nido en el que reposa la función y él va contando cosas de su vida y momentos de la vida de España. Hemos intentado darle la mayor teatralidad posible porque su biografía puede ser muy contada, hay momentos más alegres, más tristes, cómicos, etc. Creo que era fácil teniendo las coplas del artista.



P.- ¿Cómo ha sido trabajar con Ángel Ruiz?

R.- Ya habíamos trabajado antes en varias ocasiones. Realmente es un artista maravilloso y ha sido muy fácil, también toda la producción. Tengo que romper una lanza a favor de Jorge Javier Vázquez que ha sido un productor ejemplar en el sentido de que nos ha dejado completa libertad para hacer el espectáculo y tal y cómo lo queríamos y nos ha facilitado la labor. En un hombre de televisión con un perfil muy distinto pero que adora el teatro. Me sorprendí mucho porque había visto todas mis obras y su espacio está lleno de otras cosas muy diferentes pero tiene un espacio para el teatro. Eso es muy de agradecer porque contamos con muy poca ventana en la televisión. Y cuando la hay es en la segunda cadena, a las 12 de la noche, está relegado a un horario de mínima audiencia. Pero los productores de teatro lo están pasando tan mal con el IVA y la falta de subvención, no se puede afrontar. Los programas no quieren llevar a la gente del teatro a no ser que sean estrellas y el teatro que durante décadas tenía su star system ha desaparecido dejando paso a un sistema de gente que viene de otros sitios.



P.- Volviendo a la pieza... se hace mención al orgullo gay. Él era homosexual y en su momento era muy delicado decirlo, de hecho le valió alguna que otra paliza. ¿Esta pieza se entiende también como un pequeño repaso a una época de España?

R.- Claro, hablamos de los años 30. Este señor era homosexual y se notaba. Nunca habló mucho de su vida privada, siempre decía que su pasión era el teatro pero vivió su vida como quiso, muy bien hecho. Y en aquel momento mostrarse tan abiertamente homosexual no era como hoy en día que hay algunos derechos y se ve de otra manera. Es una figura a reivindicar.



P.- También se habla de Concha Piquer

R.- Se mencionan a muchos personajes de la época porque Miguel de Molina conoció a personajes muy interesantes como Lorca o Concha Piquer. Con ella tuvo una rivalidad histórica, ella era una superestrella de la copla y Ángel Ruiz en la obra explica cómo vivió Miguel de Molina la historia. Cuenta su versión y reconoce los méritos inmensos de la artista aunque también cuenta algunas cositas acerca de ella que tienen mucha gracia.



P.- Resulta curioso que Miguel de Molina sea uno de los artistas más reconocidos y a la vez uno de los más desconocidos. ¿A qué cree que se debe esto y qué es lo que deberíamos conocer de su persona?

R.- Como persona que fue un hombre luchador, valiente y que siempre miraba al futuro, nunca se quedó anclado y luchó por lo que quería conseguir. Ese tipo de figuras me causan admiración, me dan ganas de vivir y es un ejemplo de que a pesar de las adversidades y dificultades porque cuando uno tiene ilusión y ganas de trabajar se puede salir adelante. Su vida fue muy dura pero lo que deja su figura cala en el espectador.



P.- ¿Fue el propio Ángel Ruiz quien escogió las canciones para la pieza?

R.- Sí, él vino con la obra ya cerrada. Ya había interpretado a Miguel de Molina en alguna otra ocasión pero estuvo abierto a las sugerencias que le hice. El espectáculo fluye maravillosamente. Es una obra de conjunto con la música al piano, David Blanco, el equipo de producción etc, se nota el cariño que se ha puesto en el espectáculo.



P.- La obra ya fue estrenada en Málaga. ¿Ha habido cambios en la pieza respecto a entonces?

R.- Todo está igual. Cada vez que pasan las funciones el actor se va sintiendo más cómodo, él es muy riguroso. Aunque es una rueda de prensa con público y todos los días pasa lo mismo a no ser que alguien le hable pero él, que es un entretenedor nato, responde. Es un showman. Se ha mantenido y cada vez que me paso por el teatro, ellos mantienen la pieza y está donde tiene que estar. Va variando con la magia del teatro que es el público, una pieza fundamental que hace de cada día un día irrepetible. Hay colas de gente y tenemos una gira apoteósica por delante.