Louie – 4.2 "Model"
Casi dos años ausente, regresó el genio que ha reinventado la sitcom borrando fronteras. Este espectacular episodio, con la participación de Jerry Seinfeld y una extrovertida modelo, resume la esencia de la disparidad cómica, la incorrección y la audacia de Louis C. K, capaz de darle la vuelta a cualquier situación para introducir el feliz desencanto en su mundo. El plano final lo dice todo: la sonrisa (mirando a cámara) frente a la adversidad.
Fargo – 1.6 "Buridan’s Ass"
No era un remake, sino un spin-off catódico de la película de los Coen, concebido y realizado con un lucidez y brutalidad extraordinarias. Todos los personajes son memorables, pero el villano Lorne Malvo (Billy Bob Thornton) es de otra dimensión. El magistral, insuperable sexto capítulo es una obra de arte, con un tiroteo en la niebla para los anales.
True Detective – 1.5 "The Secret Fate of All Life"
Todos hablan del plano secuencia de ocho minutos con el que terminaba el capítulo cuarto –verdadero salto de fe en las ambiciones televisivas–, pero el siguiente episodio era una lección de narrativa: el falso testimonio de un “caso resuelto” era neutralizado por la verdadera sucesión de los hechos, solo articulada en imágenes para el espectador.
Boardwalk Empire – 5.6 "Devil You Know"
Carpetazo de lujo a la serie más sofisticada de los últimos años. La última temporada, aunque previsible en su desenlace, no ha decepcionado porque ha dado respuesta con impecable calidad a los resortes clásicos del mejor drama criminal. En el antepenúltimo capítulo desaparecían dos importantes personajes con la elegancia que ha caracterizado a esta gran serie.
Mad Men – 7.7 "Waterloo"
El principio del final de la serie, de una década, los años sesenta, que transformaron la sociedad norteamericana acaso como ninguna otra en el siglo XX. Es el año en que la contracultura se hizo cultura de masas y el hombre pisó la Luna. Quizá demasiados cambios para un Don Draper al que vemos por primera vez destronado y desde luego para Bert Cooper, que se despide de los televidentes a su manera.
The Leftovers – 1.3 "Two Boats and a Helicopter"
Confieso que estuve a punto de abandonar, pero la irregular serie de Damon Lindelof, que se sostiene sobre las sombras y las ausencias, da un vuelco con un tercer episodio para enmarcar, que incluso funciona en modo autónomo. El capítulo está dedicado por entero a la peripecia del reverendo Matt Jamison (sublime Christopher Eccleston), y es uno de sus episodios-isla que rompe el formato de la serie y acaba siendo fundamental por las respuestas emocionales que anidan en su interior. Un clásico instantáneo.
Ray Donovan – Aroma de clásico
De una sobriedad formal concebida y ejecutada con convicción, no es en modo alguna una serie revolucionaria, pero eso no impide que Ray Donovan destaque por su personalidad y solidez dramática. Junto al gran Liev Schrieber es además un enorme placer ver a tres gigantes del cine americano compartiendo pantalla: John Voight, Elliot Gould y James Woods.
Juego de tronos – 4.9 "Watchers on the Wall"
El gran acierto del episodio fue concentrarse en una sola de las múltiples subtramas, de manera que el asalto de los salvajes a Castle Black se pudo disfrutar con toda la artillería y la épica que ha ido prometiéndonos la serie a lo largo de los años. Pero más allá del espectáculo y el gigantismo del capítulo, lo más interesante fue que en los pequeños detalles giraba alrededor de dos conceptos: el sacrificio y el miedo. Aplausos para Neil Marshall, que también dirigió el episodio de la defensa de King’s Landing.
The Knick – El bisturí de Soderbergh
Prometía mucho más de lo que finalmente entregó, y es que los personajes y argumentos se deslizaron en el ecuador de la temporada hacia lugares comunes, pero aun así la ambiciosa serie en la que Steven Soderbergh pasea su temblorosa cámara por un hospital neoyorquino en el albor del siglo XX nos deparó momentos brillantes. Especialmente las recreaciones en quirófano, secas y crudas, un enérgico despliegue visual y la extraordinaria ambientación y fisicidad que se apropia de las imágenes.
House of Cards – 2.1 "Chapter Fifteen"
El decimoquinto paso en la escalada a la presidencia de Francis Underwood es acaso el más inesperado, frío y brutal. En una estación de metro, empuja a la periodista interpretada por Kate Mara a las vías del vagón. Libre de cualquier escrúpulo moral en su conquista del poder político, el personaje al que da vida Kevin Spacey es sin duda uno de los retratos más fascinantes de la actual teleficción, capaz de alambicar la sofisticación, la cultura y la inteligencia con el más absoluto primitivismo.
True Blood – 7.4 "Death is Not the End"
Tanto en A dos metros bajo tierra como en True Blood, Alan Ball ha dejado claro que es el autor televisivo más obsesionado con la muerte. Uno de los episodios de la última temporada de True Blood, de la mano de la viuda Arlene y su contacto de ultratumba con el espíritu de su marido, lo dedicó a mostrarnos algo muy propio de las ficciones televisivas: la muerte nunca es el final.
The Big Bang Theory – 7.15 "The Locomotive Manipulation"
Tenía que ser en el día de San Valentín. Después de cuatro años de casta relación con Amy Farrah Fowler, el neurótico Sheldon Cooper por fin cede a su alergia al contacto físico para dar una muestra de afecto. Los fans de la comedia más popular de la pequeña pantalla por fin pudimos ver el primer beso (no robado) de la pareja Shamy. “Si quieres romance, tengamos romance”, dice el mayor inadaptado social de la televisión antes del achuchón más aplaudido del año.
Transparent – Jeffrey Tambor
No es tan fresca ni tan buena ni tan libre como gran parte de la crítica quiere hacernos creer, pero la comedia dramática de Jill Solloway (A dos metros bajo tierra) tiene un poderoso imán en su actor protagonista. El cómico Jeffrey Tambor se lanza sin red al papel del patriarca/matriarca de la familia Pfefferman, que decide revelar su identidad transformista a sus tres hijos, dejar de llamarse Mort para llamarse Maura.
American Horror Story. Freak Show – Vida en Marte
Un momento icónico para el recuerdo. Jessica Lange versionando Life on Mars de David Bowie en el arranque de la cuarta temporada de American Horror Story, que transcurre en un circo de freaks en los años cincuenta. Desde luego, uno de los momentos televisivos más frikies y a su modo espectaculares del año. La versión tuvo tanto éxito que los creadores de la serie la han colgado en iTunes por demanda popular.