Jorge Herralde. Foto: Joan Manuel Baliellas

El fundador y director de Anagrama recibe este lunes la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes.

El año pasado, desde la perspectiva de los galardones literarios (que tanto ayudan a la venta de libros), tuvo tres grandes protagonistas. Patrick Modiano recibió el Premio Nobel de Literatura, Rafael Chirbes el Premio de la Crítica y el Nacional de Narrativa por En la orilla y John Banville el Príncipe de Asturias. Los tres forman parte del catálogo de Anagrama, construido con mimo durante 45 años por Jorge Herralde (Barcelona, 1935), el editor independiente más exitoso del país. Este lunes recibe la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes, días después de que se haya hecho público el fichaje de quien está destinada a sustituirle al frente de la editorial, Silvia Sesé. Sin embargo, el relevo no se producirá hasta el 2 de enero de 2017. El editor atiende a El Cultural para hablar de galardones, relevos, éxitos, de la situación del mundo editorial... De la muerte de su colega José Manuel Lara Bosh, Herralde ha manifestado que éste "siempre se sintió un editor, siempre amó los libros y se preocupó por su futuro". "Recuerdo que, bromeando, él, que era un lector voraz, me dijo que quería retirarse y montar una pequeña editorial independiente, como editor artesanal, y al final dijo que tendríamos que crear una nueva editorial Herralde-Lara con la que dejaríamos a la gente patidifusa", relataba el director de Anagrama.



Pregunta.- ¿Qué significa para usted recibir la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes?

Respuesta.- Lo primero que quiero decir es que, como me ha ocurrido con todos los premios que he recibido, la Medalla de Oro ha sido completamente inesperada y naturalmente lo agradezco. Pero considero que quizás la edición pertenece más al género artesanal que al artístico pero de todas formas, el auto-artesanado y la emoción artesanal son muy importantes.



P.- Esta distinción es un reconocimiento a su larga y exitosa trayectoria como editor...

R.- Matizo: es reconocimiento a mi trayectoria pero yo solo soy el representante de todos los grandes autores que se han reunido en el sello. En realidad, es un premio para los autores y después para mí pero simplemente como el pastor que apacienta a las ovejas, por usar una metáfora rural.



P.- En cualquier caso, es un momento que incita a hacer balance de su trayectoria... ¿Cuál cree que es el factor que ha hecho de Anagrama una referencia en el sector editorial español?

R.- El hecho de tener un proyecto coherente y diverso que, desde el inicio y sin bajar la guardia en ningún momento, ha aspirado a la excelencia y a la curiosidad intelectual en muchos ámbitos. Desde mi punto de vista, no hay ningún libro que chirríe y sí grandísimos autores... Podría citar a muchos pero, por ejemplo, tenemos una Biblioteca Nabokov, que reúne prácticamente toda la obra de este gran autor, y tantísimos autores españoles y Latinoamericanos de gran nivel.



P.- ¿Hay algo de lo que se encuentre especialmente orgulloso en todos estos años?

R.- Más que orgulloso, me siento feliz de haber podido llevar a cabo un oficio que me parece maravilloso.



P.- ¿Cuáles son las cualidades básicas que ha de tener un editor?

R.- Básicamente, pasión por editar, amor a los libros, curiosidad inagotable, tesón no menos inagotable y suerte, tan necesaria en la edición como en tantos otros ámbitos. Sin embargo, siempre se puede provocar el aterrizaje de la suerte con un catálogo acogedor.



P.- Son 45 años al frente de Anagrama...

R.- Y unos 3.500 títulos...



P.- En todo este tiempo el panorama del mundo del libro ha cambiado mucho...

R.- Radicalmente, pero es un tema que merecería un librito o varias horas de conversación.



P.- ¿La profesión de editor requiere ahora el dominio de nuevas cualidades?

R.- En el mundo del libro siempre ha sido imprescindible tener cintura para adaptarse a los nuevos tiempos sin modificar la esencia de la editorial. Ahora puede que sea aún más importante por los grandes cambios tecnológicos. Yo soy de la vieja escuela pero en la editorial tenemos una serie de colaboradores que están perfectamente al tanto de todo. Centenares de nuestros libros están ya en versión digital. Parecía que, impulsado por la prensa y los fabricantes de los aparatos, el digital iba a ser el definitivo carril alternativo al libro de papel... pero no es así ni mucho menos.



P.- Anagrama acaba de fichar como adjunto a la dirección a Silvia Sesé, procedente de Destino. ¿Por qué se han decidido por ella?

R.- Por conocimiento e intuición. Conozco a Silvia Sesé porque lleva más de 20 años en el oficio. Estuvo 15 años en Círculo de Lectores y allí se encargó de la edición especial ilustrada con fotos de mi primer libro, Opiniones mohicanas. Me gustó mucho su trato y su forma tan pulcra y cuidadosa de trabajar. Después nos hemos ido viendo a lo largo de los años en la Feria de Frankfurt y en fiestas y también he seguido su labor en Destino. Entre los posibles perfiles, el suyo me parecía el más adecuado. Por ejemplo, descarté de entrada excelentes nuevos editores independientes que tienen un proyecto ya consolidado y que, legítimamente, se sienten orgulloso de él como Luis Solano con Libros del Asteroide. A mí, en su día, me propuso José Manuel Lara Bosch incorporarme con Anagrama a su grupo pero, aunque me pareció un halago, me sentía muy a gusto siendo independiente.



P.- ¿Es seguro que abandonará su cargo el 2 de enero de 2017, cuando Anagrama finalice el proceso de fusión con Faltinelli?

R.- Es seguro que abandonaré la dirección general y daré un paso a un lado. Por lo demás, no hay nada previsto. Según el acuerdo podría continuar para colaborar en algún aspecto.



P.- 2014 fue un gran año para la editorial...

R.- Un año espléndido. El Premio Nobel para Modiano, los Premios de la Crítica y el Nacional de Narrativa para Rafael Chirbes, el Príncipe de Asturias para Banville... y suma sigue. Un año espectacular pero con el tipo de libros que publica Anagrama no porque hubiéramos fichado un gran bestseller. Han sido autores tan literarios y a priori tan poco comerciales como Chirbes o Modiano o Banville.



P.- ¿Cómo valora el éxito que está acaparando Milena Busquets?

R.- Nadie podía pensar que arrasaría de tal forma. Es un libro encantador, inteligente, muy auténtico. Logra fusionar el humor y el dolor con desenvoltura. Es un cóctel perfectamente armonizado.



P.- ¿Ha descubierto algo últimamente que le haya seducido de una manera especial?

R.- Sucede a menudo. Ahora, por ejemplo, una primera novela de un joven escritor de 25 años que se llama Carlos Fonseca, Coronel Lágrimas, que saldrá en febrero o marzo. Ricardo Piglia me dijo que Fonseca era el alumno más brillante que había tenido en Princeton y que mirara su novela con cariño. Y así lo hice.



P.- ¿Cómo valora los datos de la agencia ISBN según los cuáles la publicación de libros ha disminuido en España un 2,5 % en el último año?

R.- Aún así el ritmo de publicación es brutal. Ha bajado muy poco respecto a la demanda porque no se puede prohibir a nadie que publique un libro. ¡Yo no me dejaría!



P.- Según este registro el libro digital también experimentó un retroceso del 6,2 % aunque supone el 26 % del total. ¿Se consolida o está perdiendo fuerza?

R.- Sube lentamente en España y en toda Europa. Creo que el libro de papel va a resistir y que el digital puede seguir subiendo pero todo muy entrecomillado. Hacer de futurólogo es un oficio extremadamente arriesgado en estos momentos de cambios tan bruscos.



P.- ¿Cómo valora en general el momento que atraviesa el mundo editorial?

R.- Es un momento difícil porque se han unido, por una parte, la crisis brutal generalizada de la economía junto con el temor o el falso temor al libro electrónico. Sin embargo, lo que puede ser más decisivo es el cambio de hábitos de los jóvenes. Antes, a los 18 años, la mayoría pasaba de leer las obras de la biblioteca que había en su casa a construir sus propias bibliotecas, aunque fuera comprando libros de bolsillo. Ahora parece que pasan directamente a los videojuegos.



P.- ¿Tiene esto solución?

R.- La gente es libre.