Image: Juan Mayorga

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El Cultural

Juan Mayorga

"De la crítica espero que me enseñe algo"

6 marzo, 2015 01:00

Juan Mayorga. Ilustración: Luis Parejo

Acción, emoción, pensamiento y poesía resumen el ideario creativo de Juan Mayorga (Madrid, 1965), Premio Valle-Inclán de Teatro por La paz perpetua que ahora ensaya Reikiavik con Daniel Albaladejo y Elena Rayos.

¿Qué libro tiene entre manos?
Crimen y castigo.

¿Algún libro lo abandonó por imposible?
Lo abandoné tanto que ni su título recuerdo.

¿Se ha salido de alguna obra de teatro o de algún cine?
Tendría que suceder algo muy grave, en el escenario o fuera de él, para que yo me consintiese molestar a un actor mientras trabaja. Del cine escapo a veces sin salir de la sala, poniéndome a pensar en mis cosas.

¿Con qué personaje de la cultura le gustaría tomarse un café mañana?
Con Bansky mientras hace una pintada.

¿Cuántas veces va al teatro al año?
Suelo ir todas las semanas y siempre menos de lo que quisiera.

Cuéntenos la experiencia cultural que le cambió su manera de ver la vida.
Doña Rosita la soltera, de García Lorca, en montaje de Jorge Lavelli protagonizado por Nuria Espert. No sólo porque me dio a descubrir el teatro como arte de la imaginación, sino porque puso a aquel muchacho ante el mayor misterio de la vida, que es el misterio del tiempo. El maestro Lavelli luego montaría tres piezas mías en Francia, de modo que aquella noche del 81, sin saberlo, nos estábamos citando para veintiséis años después.

¿Entiende, le emociona, el arte contemporáneo?
Me emociona Bill Viola, a quien no sé si entiendo. Detesto a Jeff Koons, a quien entiende cualquiera. Por poner dos ejemplos.

¿Cuál ha sido la última exposición que ha visitado? Ejerza por favor de crítico, en dos o tres líneas.
Metamorfosis, en Casa Encendida. Una exposición, como una obra de teatro, ha de ser acción, emoción, pensamiento y poesía. Ésta tenía todo eso.

¿De qué artista le gustaría tener una obra en su casa?
Me gustaría tener en mi pared el Angelus Novus de Paul Klee. Sería, además, un modo de tener en casa a Walter Benjamin.

¿Qué música está escuchando? ¿Es de ipod o de vinilo?
Estoy escuchando Berlin, de Lou Reed, en un CD que compré al salir del bello espectáculo que sobre él armó Andrés Lima.


Desde su reflexión en El Crítico, ¿le importa la crítica en sus propias carnes? ¿Le sirve para algo? En el teatro y en la vida, entiendo la crítica como un gesto de amistad. Cuando empecé, esperaba de una crítica a mi obra el elogio o la absolución. Hoy espero que me enseñe algo. Acerca de la obra, acerca de sus vínculos con otras obras, acerca de su relación con mi tiempo y con otros tiempos. También espero que me ayude a corregir la obra, a rehacerla.

¿Es usted de los que recela del cine español?
Amo el buen cine de cualquier nacionalidad. Echo de menos a Víctor Erice.

¿Cuál es la película que más veces ha visto?
Ladrón de bicicletas.

¿Le gusta España? Denos sus razones.
Me gusta y me duele. Es un país increíblemente hermoso y profundamente injusto.

Regálenos una idea para mejorar la situación cultural.
Mejorar la escuela pública.

¿A qué personaje de la vida pública no soporta?
José María Aznar, un tonto que quiso hacer historia.

¿La mejor Marca España?
Los españoles decentes, que son mayoría.

¿Ve usted mucho Don Juan en la España del siglo XXI?
Veo sobre todo mucho Ciutti, el servidor de don Juan y cómplice de sus canalladas.

¿Cómo cortaría la hemorragia provocada por el IVA cultural además de bajándolo?
Como trabajador de la cultura, lo que me toca para combatir la política anticultural del gobierno es exigirme más cada día a mí mismo.

¿Como autor de El arte de la entrevista, qué opinión le merece ésta?
En una entrevista, el más importante es el tercero. No el que hace las preguntas, ni el que las contesta, sino el que lee o escucha unas y otras. Ojalá ese tercero dé por útil esto que entre usted y yo hemos levantado.