Josep Maria Mestres. Foto: Ros Ribas
Estrena este jueves en el Lliure Frank V, una sátira de Dürrenmatt sobre el dinero y el poder
Pregunta.- ¿Cómo definiría esta extraña obra de Dürrenmatt?
Respuesta.- En la obertura musical de la obra, uno de los personajes ya advierte a los espectadores que lo que verán es mitad "tragedia oscura, mitad comedia bufa". Ahí está la dificultad: en pasar de lo grotesco, de lo cómico a lo trágico (muchas veces sin solución de continuidad) y mantener un cierto tono de veracidad con el fin de provocar el interés y la diversión del espectador, pero también un cierto grado de inquietud. Ahí es donde los números musicales son de gran ayuda.
P.- Ha contado también con Obeses, un grupo de rock. ¿Cuánto hay de musical y cuánto de teatro?
R.- No he comprobado exactamente el porcentaje, pero creo que los números musicales conforman el cincuenta por ciento de la duración del espectáculo. Arnau Tordera, el lider de la banda, es además de un espléndido solista, un compositor magnífico y ha hecho un gran trabajo poniendo al día la música original de Paul Burkhard y creando la suya, reelaborando y adaptando las letras de las canciones... ¡un trabajo titánico! Queríamos un grupo como los Obeses que nos ayudara a contar esta historia de banqueros-gángsters con una propuesta musical reconocible y cercana. Ellos están en el escenario, tocando, cantando e interaccionando con los actores, absolutamente integrados en el espectáculo desde el primer día. No tengo más que palabras de agradecimiento por su talento, su dedicación y su entusiasmo.
P.- ¿Qué nos cuenta en estos momentos Dürrenmatt?
R.- Una banca privada gestionada por una banda de gángsters, que tienen como único principio estafar a los clientes, celebra el funeral de su máximo dirigente. A partir de aquí pretenden forzar la quiebra de la entidad bancaria y liquidar los beneficios "adquiridos" durante años de estafas y crímenes. Esta es la historia de estos gángsters que sueñan con ser "gente honesta" sin rehusar a ninguno de sus privilegios. Cueste lo que cueste. Dürrenmatt pone a sus personajes en la disyuntiva de tener que elegir entre una vida en la que pueden encontrar el amor y la honestidad y otra en la que el dinero y la esperanza de enriquecerse son su objetivo vital. Y casi siempre eligen la segunda opción.
P.- ¿Cree que es un autor poco reivindicado en los escenarios en estos momentos?
R.- Puede que no esté tan en boga como merecería. Es cierto que La visita de la vieja dama se incluye a menudo en las programaciones de los grandes teatros del mundo, pero más allá de su título emblemático cuesta encontrar puestas en escena de sus obras. Blanca Portillo montó La avería hace unos años, Carles Alfaro puso en escena Rómulo el Grande, Juan Carlos Pérez de la Fuente hizo lo propio con La visita de la vieja dama. Por otro lado, Los físicos es un texto magnífico y de una actualidad espeluznante que me encantaría llevar a escena... Creo que es uno de los grandes clásicos de la segunda mitad del siglo XX y que ahora tiene muchas cosas que decirnos.
P.- Una obra escrita en 1959 y parece escrita hace un mes...
R.- Uno de los directivos de la banca Frank se lamenta en un momento del espectáculo: "Vivimos, por desgracia, en un estado de derecho. Necesitaríamos un estado de corrupción generalizada o una situación de gran desequilibrio social para ejercer bien nuestra profesión". ¿Actualidad? Toda.
P.- ¿Es la banca el objetivo principal de Dürrenmatt?
R.- Sería reduccionista afirmar eso. Es verdad que la banca está en el punto de mira del autor, pero también lo está el mundo de los negocios, el poder económico global y, por extensión, el sistema político. Y, por encima de todo, Dürrenmatt (y ahí es donde se revela el gran autor que es) está indagando en la condición humana: en el poder mortífero de una ambición desmesurada.