Ilustración: Luis Parejo

Es el eterno profesor, el crítico mordaz y el rey del tuit. Además, Guillermo Solana (Madrid, 1960) cumple una década como director artístico del Museo Thyssen-Bornemisza. El gran embajador del impresionismo en Madrid.

¿Qué libro tiene entre manos?

Leo muchos libros a la vez: ensayos, teoría. Y escucho audiolibros en inglés, especialmente de historia. Acabo de terminar la versión audio de Munich 1938 de David Faber, un relato minucioso de los esfuerzos de Chamberlain y otros por apaciguar a Hitler.



¿Qué libro abandonó por imposible?

Entre otros el Ulises. Los hermanos Karamazov logré terminarlo por pura terquedad. Y todavía me repele.



¿Con qué escritor o artista le gustaría tomar un café mañana?

Me hubiera gustado conocer a Thomas Mann. Entre los vivos, por ejemplo, a Paul Auster.



¿Recuerda el primer libro que leyó en su vida? ¿Y qué película fue la primera?

En el verano de 1968, yo quería leer una novela de personas mayores. Me gustaría que hubiera sido otra cosa, pero lo primero que encontré fue Las cuatro plumas. Una de las primeras películas que recuerdo es El Libro de la Selva de Disney.



¿Cuántas veces va al teatro al año?

Me lleva mi mujer cinco o seis veces al año.



Cuéntenos la experiencia cultural que le cambió su manera de ver la vida.

Descubrir el Tristán de Wagner es la experiencia artística que más profundamente me ha afectado.



¿El arte contemporáneo es una nebulosa sin reglas?

El pluralismo absoluto es una novedad sin precedentes. Wölfflin decía que, en la Historia del arte, "no todo es posible en todas las épocas". En nuestra época, por primera vez, todo es posible...



¿Cuál ha sido la última exposición que ha visitado? Vuelva a ejercer de crítico, como antaño.

Van der Weyden en el Prado. Es tan difícil lograr reunir esas pocas joyas (Berlín, Amberes, El Escorial, el Prado). Y el resultado es absolutamente perfecto y maravilloso.



¿Qué cambiaría del sistema del arte si pudiera?

Las subastas históricas con precios récords me parecen muy horteras y el culto a los precios récord fomenta en el público una concepción deplorable del arte y de los artistas.



¿Si existiera de nuevo el Salón des Refusés, a qué artistas invitaría?

A unos dibujantes exquisitos y desconocidos.



¿Debe entrar la moda en los museos?

Entró hace tiempo y no me parece mal: el diseño de objetos es un campo de creación tan digno como la arquitectura, por ejemplo.



¿Qué música está escuchando? ¿Es de iPod o de vinilo?

Me da por temporadas y escucho a un músico obsesivamente. Por ejemplo, Shostakovich. Siempre digital. Mi discoteca de vinilo la regalé hace mil años y ahora me da pena.



¿Se imagina haciendo otra cosa distinta a lo que hace ahora?

Claro: dando clases. Me imagino más dando clases que haciendo lo que hago ahora.



¿Le importa la crítica? ¿Le sirve para algo?

Me sirve en los campos que no conozco.



¿Es usted de los que recela del cine español?

Creo que no más que del de otro país. Y aprecio mucho a Fernando Trueba.



¿Alguna obra de teatro que le dejara clavado en la butaca?

Hum... ¿Vale la Lulu de Alban Berg?



¿Cuál es la película que más veces ha visto?

2001 de Kubrick.



¿Qué libro debe leer urgentemente el presidente del Gobierno?

Sólo treinta páginas: Qué es metafísica, donde Heidegger define al Hombre como "el que guarda el sitio a la Nada" (Platzhalter des Nichts).



¿Le gusta España? Denos sus razones...

Me gusta El Escorial y el Museo del Prado, pero no las fiestas taurinas.



Regálenos una idea para mejorar la situación cultural de nuestro país.

Inversión masiva en educación accesible a todos.



¿A qué personaje de la vida pública no soporta?

A los que son famosos porque son famosos.