Image: Carlos León

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El Cultural

Carlos León

"Practico la pintura como una especie de lujo"

16 septiembre, 2015 02:00

Carlos León

El pintor inaugura la exposición titulada Pink Requiem en la Sala Alcalá 31 de la Comunidad de Madrid.

Cuenta Carlos León (Ceuta, 1948) que "cuando uno se pone a pintar es como si llevara una mochila donde va todo". Toda la experiencia vivida, el bagaje cultural y todo lo aprendido. "El trabajo del pintor es sacar de esa mochila las herramientas y convertirlas en arte". Es lo que ha hecho para la exposición que le dedica la Sala Alcalá 31 bajo el título Pink Requiem.Ha reunido sus piezas más importantes desde los años 80 y ha creado nuevas obras para completar el sentido de su trayectoria. Distintos periodos que "permiten una comprensión" del trabajo de un artista que usa sus manos como herramienta para pintar.

Pregunta.- ¿Cómo ha sido la selección de obras para Pink Requiem?
Respuesta.- Desde el comisariado, que corre a cargo de María de Corral, hemos dado prioridad a mostrar los ciclos y series de obras a las que he dedicado más tiempo, aquellas que he desarrollado más extensamente. Hay obras pintadas en Estados Unidos con acrílicos sobre lona, también hay muestras de mis experimentos sobre otros soportes como por ejemplo el óleo sobre dibond, que es un aluminio tratado en el que vengo pintando desde hace doce años. Incluso otras obras realizadas sobre poliéster traslúcido que a veces van superpuestas y muestran una especie de geometría velada.

P.- ¿De todas esas investigaciones cuál es el soporte que más juego le da?
R.- Fundamentalmente el dibond, el aluminio tratado, porque es un material industrial de una blancura impoluta, sin granos ni absorbencia y para mi forma de trabajar, que pinto con las manos, me permite logros técnicos interesantes. Y desde un punto de vista más conceptual es un material que aporta a mi trabajo una especie de modernidad y contemporaneidad. Como mi trabajo tiene una base muy clásica el dibond subraya el lado más moderno y actual.

P.- Se consigue así el contraste entre clasicismo y modernidad que no tienen por qué ser excluyentes
R.- Es a lo que elude, de hecho, el título Pink Requiem. Pink en inglés, la lengua de la modernidad, réquiem, una palabra en latín y un tanto solemne que alude al mundo clásico. Las he contrapuesto como una ironía, como una declaración de intenciones de lo que es mi trabajo. Por un lado moderno y por otro que tiene una base de clasicismo que cultivo deliberadamente. Es esa contradicción interna lo que hace interesante el trabajo.

P.- Pintar con las manos permite diferentes acabados y texturas. En su opinión, ¿qué carácter le imprime a su obra?
R.- En primer lugar la inscripción del cuerpo sobre el soporte, es decir, sin una herramienta intermedia. Hace que el dibujo sea muy directo y el resultado sea muy especial. No hay el trazo del pincel, el trazo tradicional de una espátula, brocha o rodillo. Es otro feeling, las manos, los dedos y eso le da una cierta singularidad.

P.- Esta muestra tiene dos partes; el recorrido a su trayectoria y las obras de nueva producción para esta exposición.
R.- Sí, desde el momento en que la exposición fue aprobada, hará casi un año, he trabajado pensando en esta convocatoria y hay obras muy recientes pensadas para estas salas. Son una continuación de mi trabajo normal no es que haya hecho piezas que se salgan del ritmo o de las constantes de mi trabajo. Al realizarlas he tenido en cuenta que iban a completar una serie, iba a hacer más comprensible otra, etc. Son obras que considero que han nutrido, complementado, perfeccionado la selección que hemos hecho previamente.

Detalle de Tiempo de vendimia, 2011. ©Carlos León, VEGAP, Madrid

P.- ¿Cómo se incluyen estas nuevas piezas en la exposición?
R.- El recorrido comienza con obras bastante recientes pero no hay una cronología muy estricta. Para un visitante que no conozca mi trabajo creo que la exposición es suficientemente expresiva y completa como para que salga con una imagen bastante eficaz de lo que ha sido mi trayectoria.

P.- En una entrevista concedida a El Cultural el año pasado comentaba que ama la pintura de paisaje. ¿Qué es lo que le gusta de ella?
R.- Tal vez convenía aclarar esto. Hay dos temas fundamentales en mi trabajo. Uno es de orden paisajístico y otro es el tema de la carne, la carnalidad, de lo existencial. El paisajismo que yo practico no es de corte convencional, de pintura figurativa. Hay un noción de fondo de paisaje y un amor por la naturaleza que se traduce en un carácter abstracto pero que aluden o evocan y en algún momento pueden traer un cierto perfume de campo, de jardín. Igual que en otras es la carne, gozosa, la carne doliente, de la herida. Esos son los dos grandes temas y el paisajismo que yo practico; abstracto y no convencional.

P.- ¿Cómo ve el paisajismo actual en nuestro país?
R.- En este momento se observa un cierto descrédito acerca del paisaje. Hay pintores valiosos que están pintando paisajes y parece que hay un predominio de atención de la crítica, del mercado y de la gente por lo urbano y urbanita. Creo que tiene mucho que ver con el creciente empobrecimiento cultural, es un mal síntoma. La cultura ha caído en manos de políticos y agentes culturales que no tienen la formación suficiente en muchos casos y se está equiparando a entretenimiento y ocio, a actividades de tipo circense.

P.- Todo esto hace que se devalúe la cultura
R.- Sí, creo que hay un déficit educacional muy fuerte. Cuando hablan de apoyos a la cultura, siempre digo lo mismo, el mejor apoyo no es subvencionar una escultura en una rotonda sino mejorar la educación, el bachillerato, los planes de estudio. Eso es ayudar a la cultura.

P.- Hablando de educación, su formación estuvo entre Europa y América
R.- Yo llegué a París con 21 años, en el 72, cuando aún estaba muy cerca el mayo del 68. La ciudad seguía impregnada de aquel espíritu insurrecto y era un momento en el que París era un hervidero intelectual. En Estados Unidos estuve bastante después, allí lo importante fue el acceso a grandes colecciones, a grandes museos y el asistir diariamente a las mejores exposiciones que había en el mundo. Tener la posibilidad de ver ocho colecciones de primera durante años redondea bien la formación que uno quiere darse.

P.- ¿Qué aprendió de cada uno de los continentes?
R.- Quizá de Europa un sentido de lo innovador, trasgresor, lo revolucionario y en Estados Unidos un sentido de la eficacia, de las cosas bien hechas y un realismo ante la crudeza de la existencia.

P.- Se dedica a la pintura, ¿se atrevería a investigar en otras disciplinas?
R.- Si practico la pintura y la escultura es porque son las áreas en las que he llegado a encontrarme cómodo pero tengo un enorme interés por todas las manifestaciones del arte más actual como las instalaciones o el uso de nuevas tecnologías. Practico la pintura como una especie de lujo, el hecho de estar un poco en retroceso respecto al interés del público la convierte en más atractiva para mí que las cosas que están de moda y son más actuales.

@scamarzana