Marina Núñez. Ilustración: Luis Parejo

Marina Núñez. Ilustración: Luis Parejo

El Cultural

Marina Núñez: "Con la crisis el artista es el único profesional que no cobra por sus exposiciones"

25 septiembre, 2015 02:00

¿Qué libro tiene entre manos?
Glamourama de Bret Easton Ellis, y acabo de terminar Vestido de novia de Pierre Lemaitre. La novela negra me relaja, que los enigmas tengan solución es magnífico, aunque sea simple.

¿Qué libro abandonó por imposible?
Ninguno, los malos o malísimos me los esprinto en diagonal, aun sorprendida de semejante pérdida de tiempo.

¿Con qué escritor o artista le gustaría tomar un café?
Con ninguno que no conozca ya. No soy mitómana, y además sería muy fatigoso intentar parecerle medio inteligente o al menos no aburrirle mucho...

¿Recuerda el primer libro que leyó en su vida? ¿Y qué película fue la primera?
Además de los tebeos semanales, puede que fueran los libros de Guillermo Brown, muy divertidos. La primera película que se me clavó en el cerebro fue El hombre lobo, con unos 7 años. No creía en él, pero igualmente me morí de miedo durante años.

¿Cuántas veces va al teatro al año?
Pocas, no sé por qué pero muchas veces me distancia, me cuesta implicarme, veo actores, no a sus personajes.

Cuéntenos la experiencia cultural que le cambió su manera de ver la vida.
Leer novelas. Me daba acceso a todo lo interesante, me sentía rica y poderosa, como si pudiera atravesar paredes.

¿El arte contemporáneo es una nebulosa sin reglas?
Ahora es un mundo más amplio en argumentos y procedimientos, pero por supuesto sí hay criterios, un sistema de teorías, instituciones, personas que deciden qué se permite, qué se premia, qué se excluye. Pueden no ser sustanciales, sino modas de unos años, pero no deja de haberlos, muchas veces férreos.

¿Quién manda en el mundo del arte?
Sé quiénes no mandan nada: los artistas. Por ejemplo, con la crisis hemos vuelto a ser los únicos profesionales que no cobramos nada por trabajar en las exposiciones que supuestamente protagonizamos. Es surrealista.

¿Quién es su artista preferido?
Lo primero que he pensado es que es imposible elegir uno, y lo segundo Kafka.

¿Nos revela su peor experiencia en el mundo del arte?
Lo peor son los montajes de la exposiciones, cuando todo se rompe, se despega, se pixela, se apaga, se derrumba. Y no puedo tomármelo con buen humor, la verdad, incluso si sonrío un poco por cortesía me pesan las mejillas.

¿Qué música está escuchando? ¿Es de iPod o de vinilo?
iPod, y la que me pone Luis, que por suerte es bajista y va paliando mi incultura.

¿Le importa la crítica? ¿Le sirve para algo?
Sí me importa. Para mí el propósito del arte es comunicar, y los críticos no son el único público, pero son especialistas. Me sirve especialmente cuando me muestra aspectos que no había percibido, buenos o malos. Y a veces me alienta, lo que también es muy importante.

¿Es usted de las que recela del cine español?
He recelado, pero ya no. Creo que ha cambiado muchísimo el panorama en cuanto a los temas, ahora bastantes me interesan, antes era algo excepcional.

Alguna obra de teatro que la dejara clavada en la butaca...
Angélica Liddell, hasta los cimientos.

¿Cuál es la película que más veces ha visto?
Probablemente Lo que el viento se llevó. O puede que Apuntes al natural, de Scorsese, porque me ha venido muy bien para hablar de algunas leyendas sobre el artista.

¿Qué libro debe leer urgentemente el presidente del Gobierno?
Uf, lo mismo da. Haber sufrido a Wert es la prueba de que un libro no sería suficiente, ha sido algo ridículo en todos los sentidos: grotesco, pequeño, vergonzoso.

¿Le gusta España? Denos sus razones.
Claro que me gusta, estamos en un lugar geográfico, cultural, económico y políticamente privilegiado, por mejorable que sea el panorama en tantos sentidos.

Menos IVA y más...
...lucidez. Sin pedir demasiada altura intelectual, o peras al olmo, España es un país que se define, simbólicamente, de manera muy marcada por su cultura y debería entenderse su valor económico.