1.

En los primeros días de octubre regresan las series del otoño y se acumulan los compromisos del televidente. Lo cierto es que una vez terminada la verdadera Edad de Oro de la ficción televisiva –el final de Mad Men fue definitivo– es difícil encontrar grandes motivos para seguirle el rastro a tantas series. Pareciera que la industria catódica, con su reproducción de canales por cable y plataformas on­line ya se dedica manifiestamente a replicar y estirar éxitos precedentes, en una preocupante metástasis con la industria de Hollywood, anclada en remakes, secuelas, precuelas, etc.

De momento, aunque sin un genuino entusiasmo, más bien con curiosidad, en los próximos días estas son las series a cuyos regresos estaré atento:

Homeland. Temporada 5 – 4 de octubre

Me intriga comprobar hasta qué punto la reinvención de la serie, que resurgió de sus cenizas en la pasada temporada, puede mantener el pulso de la actualidad sin traicionar su desarrollo. Lo que ha trascendido es que el relato se recupera dos años después de donde nos quedamos, en aquél extraño regreso al hogar, y que Carrie ya no trabaja para la CIA, sino para una empresa privada en Berlín. La temporada por lo visto convertirá en tramas dramáticas asuntos como ISIS, Vladimir Putin, los atentados de Charlie Hebdo y las filtraciones de Snowden.

The Affair. Temporada 2 – 4 de octubre

Aupada con el Globo de Oro a Mejor Drama, el regreso de The Affair se enfrenta al desafío de perpetuar las tensiones narrativas que genera la exposición de dos puntos de vista sobre un mismo acontecimiento. En su abierto desenlace, el verano de los amantes Noah y Allison terminaba y se abría toda una línea de investigación en torno a un homicidio.

The Leftovers. Temporada 2 – 4 de octubre

Probablemente la serie de la que más podemos esperar, pero también la que más decepciones puede generar. Precisamente porque la serie de David Lindelof es la más audaz de todas ellas, la que más desafíos de tono y de relato se propone, hasta el punto de que la materia de la que está hecha es el fuera de campo constante, los fantasmas de un mundo que desapareció y los muertos vivientes que permanecen en él.

American Horror Story. Temporada 5. – 7 de octubre

La pasada temporada, que acontencía en un circo de freaks en los años cincuenta, no fue seguramente la mejor de esta serie antológica, pero al menos daba muestras de un vigor formal que ha desaparecido de la mayoría de las apuestas televisivas. La quinta temporada, AHS Hotel, está protagonizada por nada menos que Lady Gaga y transcurrirá en el Hotel Cortez de Los Angeles, construido en los años 30, donde un detective y padre de familia investiga una cadena de horribles asesinatos.

The Walking Dead. Temporada 6 – 11 de octubre

¿Y qué podemos esperar de los muertos vivientes de Robert Kirkman a estas alturas? ¿Hasta dónde se pueden forzar los mecanismos de supervivencia? ¿Qué nuevas o viejas relaciones pondrá en marcha la nueva temporada? Según ha revelado uno de sus artífices, esta nueva temporada tendrá varios flashback para conocer el pasado de determinados personajes. De lo que no hay duda es que The Walking Dead seguirá satisfaciendo el mismo placer culpable de siempre.

Fargo. Temproada 2 – 12 de octubre

Nuestra confianza es plena en esta serie de sangre y nieve, precuela catódica de la película de los Coen. El reparto para esta segunda temporada –que renueva los escenarios, personajes y tramas de la primera– lo forman Ted Danson, Hank Larsson, Patrick Wilson y Kristen Dunst, y la historia transcurrirá en 1979, prácticamente tres décadas antes de la primera entrega. Seguirá la historia de Lou Solverson, el padre de la detective Molly que protagonizaba la primera temporada, y que descubrimos que había sido policía en el pasado antes de montar un restaurante.

The Knick. Temproada 2 – 16 de octubre

Ya expliqué la gran contradicción que anidaba en el corazón de esta serie por lo demás bien interesante, y que residía en la incompatibilidad entre la dirección y la escritura. Mientras Steven Soderbergh propone algo realmente ambicioso en la vertiente formal, un enérgico despliegue visual del Nueva York del año 1900, las historias cruzadas del hospital que actúa de centro gravitatorio del drama acababan deslizándose hacia las convenciones. Veremos si en esta segunda entrega se encuentra un mayor equilibro entre forma y contenido.

2.

Realmente los estrenos que me producen mayor interés son los de la serie Vinyl de Martin Scorsese y la miniserie de Woody Allen, pero no será hasta 2016 que podrán verse. La primera, centrada en la industria del rock de los años setenta, viene a reempelazar a Boardwalk Empire; de hecho, el guionista es Terrence Winter. La segunda es aún toda una incógnita. El propio director neoyorquino ha dicho que la producción de la serie está siendo la peor de sus pesadillas, aunque el secretismo, como siempre alrededor de sus proyectos, es hermético. No sabemos título, ni reparto, ni de qué va. Solo que serán seis episodios y la produce Amazon. Aquí transcribo lo que el propio Woody Allen me contó sobre la serie cuando le pregunté por ella el pasado mes de mayo:

–¿Cómo va con la serie para Amazon?

–Esta siendo una pesadilla. Amazon vino hace dos años y me ofreció hacer una serie. Nunca he querido hacer televisión porque nunca veo televisión. Por las noches salgo con mi mujer, llegamos tarde, como mucho veo algo de baloncesto, y algo de Charlie Rose, ya está. El caso es que durante dos años Amazon llamó insistentemente a mi puerta. Cada vez la oferta era mayor y mayor, hasta que era tan lucrativa y en términos creativos me daban tanta libertad, que no pude decir que no. ‘No nos digas lo que quieres hacer’, me decían. ‘Simplemente danos seis horas y media. Puede ser lo que sea: contemporáneo, antiguo, en blanco y negro, comedia, drama, en Francia, en América, puedes actuar o no...’. La gente me decía que cómo podía rechazar algo así, que eso ocurre una vez en la vida, que hago tantas películas que puedo perfectamente hacer seis horas de televisión, etc. Pero ha sido una pesadilla. Realmente. Dije que sí. Y pronto descubrí que no iba a ser fácil. Estoy luchando y luchando. No sé cómo va a salir. Espero no avergonzarme a mí mismo, que no decepcione a la gente que está entusiasmada con esto. Pero no estoy disfrutando ni un momento del proceso.

–¿Qué es lo que le está resultando tan difícil?

–Sobre todo la estructura. La necesidad de tener que terminar cada episodio en un punto alto, para que el espectador regrese, es una estructura narrativa a la que no estoy acostumbrado. Y los episodios son de entre veinte o treinta minutos. Simplemente no son los tiempos con los que suelo trabajar.

–¿Conoce la serie de Louis C. K.?

–Nunca he visto su show. Adoro a ese hombre. Trabajó en una de mis películas, y estoy pensando en una película para hacer juntos, me encantaría volver a trabajar con él, porque creo que es un tipo muy gracioso y muy adorable, muy cálido, pero no veo televisión así que...

Creo que si podemos esperar algo grande de esta serie es precisamente porque no va a estar contagiada por todo lo que vemos y se ha visto antes, que va a ser una creación original y exclusiva de Woody Allen en un medio que desconoce, y que por eso mismo podemos esperar algo distinto del genio que, con Irrational Man, ha demostrado que aún está en buena forma.