Laura Kumin. Foto: Juan Carlos Arévalo.

La bailarina y pedagoga inaugura esta tarde en el centro cultural Conde Duque el 29° Certamen Coreográfico de Madrid, que dirige desde su primera edición, y que este año luce un programa lleno de actividades pedagógicas para difundir el interés por la danza entre todos los públicos.

El Certamen Coreográfico de Madrid, encuadrado en el Festival Internacional Madrid en Danza, es una de las citas más longevas de la danza en la capital. Se trata de un concurso para nuevas obras de danza y ballet contemporáneos, abierta a coreógrafos españoles y extranjeros residentes en España. Al frente se encuentra la bailarina y pedagoga estadounidense Laura Kumin, afincada en España desde los años ochenta. Fue cofundadora de la Escuela de Danza y Teatro Contemporáneo de Madrid y en 1985 se inició como periodista y crítica de danza, colaborando desde entonces con numerosas publicaciones como El País o El Cultural. También ha colaborado con diferentes organismos públicos y privados como la Consejería de Cultura de la Comunidad de Madrid, el Teatro Pradillo, el INAEM, o la Fundación ARCYL; además de realizar colaboraciones con varias instituciones y proyectos de danza y artes escénicas en España, Europa y Estados Unidos y de impartir talleres y cursos intensivos. En 1987, junto a Margaret Jova, fundó el Certamen Coreográfico de Madrid, que dirige en solitario desde el año 2001.



Pregunta.- ¿Cuál es el motor de este certamen y qué novedades trae la edición de este año?

Respuesta.- Nuestro cometido es apoyar el talento potencial. El jurado no solo valora lo que ve en escena, sino que dedica horas y horas a hablar con los coreógrafos, interesándose por sus proyectos futuros, y a deliberar. Este año continuamos con un proyecto iniciado en la edición anterior llamado Me, myself and I, en el que se presentan obras nacientes en formato solo. También tenemos como novedad un proyecto pedagógico con un instituto de educación secundaria que hemos desarrollado desde principio de curso con un grupo de 30 alumnos del bachillerato artístico, que están iniciándose en el proceso creativo a través del cuerpo. Y estoy muy satisfecha porque hemos podido invitar para esta edición al proyecto de Toni Jodar Explicadanza, que enseña la historia de la danza moderna y contemporánea en cuerpo y palabra. Estará por primera vez en Madrid este miércoles a las 18 horas en Conde Duque y la entrada es gratuita.



P.- Con casi tres décadas de certamen, ¿cómo surgió esta iniciativa? R.- Lo creamos desde la absoluta inocencia Margaret Jova y yo. Éramos dos bailarinas estadounidenses con bagaje en la danza contemporánea a las que la danza española nos trajo a este país. Vimos que había una generación de jóvenes creadores en Madrid que tenían poca visibilidad. Como había ya un par de festivales, decidimos crear un certamen. Tuvimos la suerte de contar desde la primera edición con el apoyo de la Sala Olimpia [hoy Teatro Valle-Inclán] y el Centro de Nuevas Tendencias Escénicas; del Ayuntamiento, de la Comunidad de Madrid y del Ministerio de Cultura. El primer año recibimos 40 solicitudes y no sabíamos si le iba a interesar al público, así que pusimos las entradas gratis. Fue muy gratificante ver una cola que daba la vuelta a la esquina.



P.- ¿Qué busca el jurado del certamen?

R.- Buscamos una voz de autor, creadores que tengan algo especial que decir, aunque la pieza presentada no esté perfecta. La tendencia general en los últimos años es menos narrativa, el lenguaje es más plural y abunda la temática social, en consonancia con los tiempos actuales.



P.- ¿Qué le motivó para dar el salto desde Estados Unidos a España?

R.- Mis padres tenían una escuela de artes escénicas y plásticas. Mi madre era profesora de ballet y su mejor amiga, de danza española. Vino a nuestra escuela a dar unos talleres y así empezó todo. La escuela sigue existiendo hoy, aunque sin mis padres, y tiene su propia compañía de danza española. Hoy vivimos en España tres exalumnas de la compañía original. Yo acabé aquí el conservatorio, y como la compañía de Gades no aceptaba a extranjeros, empecé a impartir clases de danza contemporánea. Cuando tuve que dejar de bailar por una lesión, comenzó mi etapa de gestora cultural.



P.- ¿Cuál es la situación de la danza en España? ¿Es la gran olvidada de las artes escénicas?

R.- España es rica en creadores y pobre en público, ya que hay pocos sitios con una programación estable de danza. En otros países donde la danza es parte normal de la educación reglada, esa distancia con el público no existe. La danza es un lenguaje universal, así que no se puede esgrimir como argumento que no se entiende. Hay un público potencial muy grande aún por activar.



P.- ¿Cómo convencería a ese público potencial que aún no ha eclosionado para que se asome al Certamen Coreográfico de Madrid?

R.- Les diría que el no es solo un evento para profesionales de la danza, sino un foro interesante para quienes quieran conocer a una variedad de creadores jóvenes que serán muy importantes en el futuro, como demuestra la historia del certamen.



P.- Usted trabajó para la Comunidad de Madrid. ¿Cómo valora el papel de las instituciones a la hora de volcarse con el mundo de la danza?

R.- Hay instituciones con muy buenas intenciones, pero es preocupante la vulnerabilidad de la cultura frente a la política. Desde hace muchos años echo de menos políticas culturales a largo plazo, que se pueda planificar el futuro sabiendo que el nuevo equipo no echará por tierra sistemáticamente lo anterior. Hay personas en algunas instituciones que tienen esa preocupación, pero la estructura dificulta su labor. Otro aspecto preocupante es la falta de programación regular de danza, para que el público tenga la oportunidad de ver la danza como algo cercano. Sería también una salida para estos profesionales que se están formando y que tienen que salir fuera para poder desarrollar su talento. Es una inversión que perdemos.