Image: Javier Arce

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El Cultural

Javier Arce

18 enero, 2016 01:00
"He pintado con mi sangre porque siento que estoy dando parte de mí"
El artista vuelve a la galería Siboney de Santander hasta el 20 de febrero con Engaña, un proyecto que alude a la historia y memoria del lugar

La Engaña son unas construcciones arquitectónicas, conformados por poblados, barracones y una serie de túneles en el pueblo Vega de Pas (Cantabria). Los túneles formaban parte de lo que iba a ser la unión por tren de Cantabria con el Mediterráneo pero las obras se prolongaron durante 17 años frente a los 52 meses previstos. La infraestructura llega hasta Cantabria pero una vez allí, aun sabiendo que no nunca sería concluida ni utilizada, siguieron con la obra, a cargo de los presos republicanos. Esta es la historia que subyace en la exposición Engaña de Javier Arce (Santander, 1973) en la galería Siboney con una escultura a ras del suelo y 14 dibujos con imágenes reales. Además, esos dibujos están enmarcados con materiales cogidos del lugar y pintado con la sangre del propio artista. "Me sacaron 20 tubos de sangre y parece que es pintura al óleo o acuarela", explica.

Pregunta.- ¿Cómo surgió la idea de hacer esta exposición?
Respuesta.- Fue a través de unas charlas con unos amigos y una visita posterior al lugar. Tenía que conocer el sitio, que es bastante impactante en el sentido físico, visual y emocional. El entorno es fuerte a nivel paisajístico.

P.- ¿Cómo han sido esas visitas?
R.- Han sido varias. Pasó un tiempo desde la primera visita hasta que decidí iniciar el proyecto. A partir de ahí surge la idea de recoger los trozos de cemento armado del túnel, llevarlos al estudio y luego a la galería. Pasó un tiempo hasta que se fue formando el proyecto en sí y ahora la muestra se conforma por unas imágenes y dibujos que han sido tomadas o bien por mí o encontradas en medios digitales o archivos de personas de la zona.

P.- La temática de la exposición tiene carácter real y social.
R.- El trabajo que llevo haciendo los últimos años es bastante íntimo y muy vinculado con la vivencia mía del lugar donde vivo y a la vez con un carácter más global.

P.- ¿Qué sentimientos tuvo en las visitas a La Engaña?
R.- El sitio tiene unas connotaciones políticas muy fuertes. Es inevitable. El proyecto tiene esa arqueología política y poética por lo que conlleva el mismo paisaje, la memoria y la geografía del lugar.

P.- ¿Se podría decir que se trata de hacer memoria histórica, del lugar y de la gente que trabajó en los túneles?
R.- Complemente. No lo veo como una exposición de homenaje sino de reivindicación y de un recuerdo de lo sucedido.

Uno de los dibujos pintandos con sangre de la exposición Engaña

P.- En la instalación conviven escultura y dibujo. ¿Cómo conjugan ambas disciplinas?
R.- La galería es pequeña y permite hacer una instalación compuesta por una escultura en el suelo. Son los bloques de hormigón que se utilizaron en el sitio, bloques reales. Los he dispuesto el suelo y se nota que es un cemento de muy mala calidad porque en su día hicieron todos lo posible para ahorrarse dinero. A la vez hay 14 dibujos de imágenes reales llevadas al papel con la peculiaridad que he utilizado mi sangre para pintarlos.

P.- ¿Su sangre? ¿Y tienen un carácter dramático los dibujos?
R.- Los dibujos son, aunque hay ciertos artistas a los que no les gusta la palabra, muy bonitos, que, por otro lado, era mi pretensión. Las escenas son bastante duras y el hecho de utilizar mi sangre aporta una apariencia de acuarela. Un rojo que se convierte en marrón. Cuando he estado ahí he sentido que todos somos parte de lo que sucedió o yo, al menos, me sentí así y pintando con mi sangre es como que estoy dando parte de mí. Es una manera de reconocer y avanzar.

P.- Me decía que su arte se ha vuelto más intimista en los últimos tiempos. Cuéntenos por qué.
R.- Principalmente creo que es porque he estado viviendo de un lado a otro pero desde hace unos años estoy asentado en Cantabria, cerca de la zona de La engaña. No es que uno se aleje de las cosas sino más bien se toma distancia frente a ellas. Hay otro tipo de vinculaciones con las cosas más locales y lo compagino con las ciudades, con el viajar y trabajar en diferentes lugares. Esto lo interiorizas un poco pero teniendo en cuenta lo que pasa fuera. En los últimos proyectos, tanto el que hice en Nueva York como en San Francisco, se nota un cambio en ese sentido.

P.- También está en la Galería T20 de Murcia. ¿Qué expone allí?
R.- Se llama Keep politics out of this picture y tiene mucho que ver con lo dicho antes. Hay dibujos y esculturas en las que combino la vivencia de elementos personales con elementos muy povera. Son materiales encontrados en la cabaña y hay un guiño a otras cosas más generales o globales como a una revista geopolítica y el New Yorker, etc. Es la combinación de elementos.

P.- ¿Hacia dónde camina el arte?
R.- Creo que depende de lo que uno quiera y busque. Creo que a nivel nacional intuyo que hay unas directrices muy marcadas, una serie de patrones que es hora de cambiar. Lo poético siempre ha estado ahí y creo que esa combinación de la reivindicación y lo político con ese carácter del arte y de la poesía, de evocar sentimientos debería de ser el camino. A mí al menos me gustaría.

@scamarzana