Luis Eduardo Aute (Manila, Islas Filipinas; 1943), a sus 72 años, sigue tan activo como siempre. En estos momentos compagina la gira de celebración de los 50 años que ya han trascurrido desde que grabó su primera canción con la composición de los temas para un nuevo disco. Además prepara una nueva película de dibujos animados ("prefiero decir dibujos en animación", puntualiza) y presenta un nuevo libro de poemigas, El sexto animal (Espasa), en el que con su habitual ironía y mordacidad le da la vuelta a las palabras para provocar en el lector vértigos y descomposturas. El libro es su sexta entrega de estos peculiares aforismos o juegos de palabras e incluye una serie de fotografías y dibujos con el sexo como tema principal.
Pregunta.- ¿Qué son exactamente los poemigas?
Respuesta.- Los llamo así porque no sé muy bien lo que son. Sencillamente es un término que hace referencia a juegos de palabras, algunas veces aforismos, algunas veces greguerías... Por eso se me ocurrió lo de poemigas, porque en todo caso pudieran ser como migas poéticas.
P.- ¿Cómo funciona el proceso creativo de estos poemigas? ¿Normalmente cuál es el origen?
R.- El origen es muy diverso, son ocurrencias. En cualquier momento se me aparece por ahí un embrión de algún juego conceptual con una palabra y siempre lo apunto. Después, según las voy acumulando, releo las notas e intento sacarle el máximo jugo a aquellas que tienen posibilidades de desarrollo. Es como un juego.
P.- ¿Qué sensaciones pretende generar en el lector?
R.- No me planteo mucho que puede pensar el lector. Para mí no son más que pequeños juegos que escribo para mí y en todo caso me gustaría provocar algún pequeño vértigo en cuanto a su lectura. Ese podría ser un objetivo. Me encanta descubrir entre estas palabras otras que puedan significar lo contrario de lo que enuncian en una primera lectura.
P.- ¿El humor es un factor importante?
R.- Es esencial, no podría hacerlo de otra manera. En clave de humor cualquier reflexión es mucho más amplia y mucho más profunda.
P.- ¿Considera que estos poemigas se insertan dentro de una tradición?
R.- En la tradición de los aforismos, de los juegos de palabra, de máximas... tiene un poco de todo eso.
P.- ¿Por qué sus poemigas están tan vinculados a la palabra animal?
R.- El primer libro se titula animaLuno porque ya entonces pensaba que iba a haber posteriores animales. La palabra animal es para mí muy sugerente. Para empezar, en varios idiomas se utiliza para designar lo mismo: inglés, francés, español... En la Iglesia decían que los animales no van a ningún sitio cuando mueren porque no tienen alma. Las personas buenas van al cielo, las malas al infierno, los niños sin bautizar al limbo, aunque creo que el limbo ya no existe... Los pobres animales no van a ningún sitio y a mí me parece una barbaridad porque la palabra viene precisamente del latín anima.. Por tanto no hay nada más 'almático' que un animal. Además, si cambias de orden las letras de animal puede formar Manila, que es la ciudad donde nací, y también es palíndroma. Si la lees de izquierda a derecha es lámina y en la primera edición de animaLuno había unas láminas con dibujos míos. Por todas estas razones.
P.- ¿El sexo es una parte importante de este libro, también en la fotos e ilustraciones que incorpora El sexto animal?
R.- Si porque quitándole la 't' a sexto, lo que nos queda es el sexo animal. Pero creo que sobre todo el sexo está en las ilustraciones, en las fotos y en los dibujos, no tanto en los textos. Es curioso el tema de las ilustraciones. Estaba en un hotel en Puebla, México, y al meterme en la bañera empecé a mirar los mármoles de la habitación y las vetas insinuaban vaginas muy claramente. Me sorprendió y por eso hice las fotos y a partir de ahí los dibujos imitando las vetas del propio mármol. Es muy parecido al juego de los poemigas porque intentaba encontrar una imagen menos rigurosa a partir de una primera visión de una determinada imagen.
P.- Fernando Beltrán le compara en el prólogo con una hormiga aunque al poeta y al músico tradicionalmente le ha correspondido la imagen de la cigarra...
R.- A mí me parece muy bien. Me gustan mucho las hormigas y me complace que se me identifique con ellas.
P.- En parte del libro se produce una oposición entre dios y la ciencia...
R.- Este es un proceso largo que arrancó en animaLuno y en todos los libros posteriores he reflexionado sobre el concepto de Dios y el yo y la ciencia como una manera de entender la trascendencia de una forma muy parcial.
P.- En el apartado 'Mercápolis' parece arremeter contra el nacionalismo, el capitalismo, la clase política, las grandes corporaciones, los lobbys... ¿Qué opina de cómo marcha el mundo?
R.- Está en tránsito. Tengo la sensación de que acaba toda una época y viene otra distinta que no se sabe bien que va a ser. A la vista está que el neoliberalismo feroz es un fracaso rotundo. Estamos viendo todo lo que está ocurriendo. Ese 1% de población mundial que tiene más dinero que el 99 % restante. La desigualdad está creciendo de forma salvaje, estamos volviendo al medievo, otra vez con las cruzadas contra el infiel, con los alquimistas intentando convertirlo todo en oro, con los señores feudales... El capitalismo y el neoliberalismo ya han quedado trascendidos y estamos descubriendo de nuevo el feudalismo. Ahora las epidemias se prefabrican... Sin embargo, me divierte mucho ver a los neoliberales defendiendo sus teorías de forma tan radical cuando es obvio que es un rotundo fracaso.
P.- ¿Cómo valora la nueva situación política en España?¿Es optimista con la nueva izquierda de Podemos?
R.- Es un revulsivo que tenía que llegar antes o después... Vamos a ver qué sucede. Creo que es un aire fresco necesario, desde el movimiento 15M han cambiado mucho las maneras. Ahora vamos a ver si los contenidos también cambian.
P.- En uno de los poemigas dice sentirse como un marciano más que español o europeo o ciudadano del mundo...
R.- Me siento de otro planeta cuando veo todo lo que ocurre aquí. Cada vez me identifico menos con estas nomenclaturas históricas que hemos heredado y que están ya obsoletas.