Image: Magüi Mira

Image: Magüi Mira

El Cultural

Magüi Mira

"La Historia ha maltratado a Cleopatra"

11 mayo, 2016 02:00

Magüi Mira

La directora estrena César y Cleopatra en el Teatro de Bellas Artes de Madrid

Vivieron hace más de 2000 años pero su historia sigue vigente y aún hablamos de ellos. Magüi Mira (Valencia, 1944) estrenó César y Cleopatra, con texto de Emilio Hernández, en la última edición del Festival de Teatro Clásico de Mérida y la buena acogida ha hecho que Jesús Cimarro la haya traído a Madrid. "Mérida no se puede sustituir pero se gana en proximidad con los actores y es más arriesgado porque el plus de magia y belleza que aporta el escenario natural de Mérida lo tienen que asumir ellos", dice la directora. Pero la aproximación es una buena noticia para aquellos espectadores que no pudieron asistir al Festival. Ángela Molina y Emilio Gutiérrez Caba encarnan a los Cleopatra y César eternos, ya en el limbo, mientras que Carolina Yuste y Ernesto Arias se meten en la piel de esos mismos personajes mientras vivían. Dos personajes, dos tiempos, cuatro actores. Un cuadrilátero artístico que se desarrolla ahora en el Teatro Bellas Artes de Madrid hasta el próximo 5 de junio.

Pregunta.- Además de la inclusión al elenco de Carolina Yuste y Ernesto Arias, ¿hay alguna novedad más?
Respuesta.- No me gusta hablar de sustitución porque cada actor es singular y único. Somos nuestro propio instrumento y no sonamos igual así que hemos creado con el mismo texto una obra nueva. En el arte no hay comparación posible, ni en la pasión, no se puede comparar. Lucía Jiménez hacía su Cleopatra y Carolina Yuste hace la suya. Cada una ha creado la suya propia y hay que llenarlo de vida. Y hemos trabajado mucho, es algo interesante y ahí andamos. El teatro sobre todo es suma.

P.- En César y Cleopatra se muestran dos partes de los personajes históricos. La eterna y madura y la joven y real. ¿Qué diferencias presentan?
R.- Es un texto mágico, no tiene nada de realista y en ese sentido no se puede hablar de maduración. En cambio, han sido testigos de lo que ha ocurrido desde que tuvieron el poder en su mano. Echan la vista atrás y es lo que nos pasa a todos, hay cosas de las que te sientes satisfecha, otras que cambiarías, otras que te sorprenden por cómo han derivado e involucionado, otras cómo han crecido. Y sobre todo habla del poder, hablan mucho, observan los estragos que hace el poder mal utilizado, un poder que se transforma, que construye y destruye.

P.- Hablan de lo que fue, lo que pudo ser y no fue. Se trata de un tema universal y muy humano, ¿no?
R.- Sí, lo que podemos decir es que ellos observan que el homo sapiens sigue siendo homo pero sapiens... depende.

Imagen de la obra con Ángela Molina y Emilio Gutiérrez Caba

P.- ¿Cómo fue la relación entre ambos? ¿Cómo se transmite eso en la función?
En la ficción se ha dedicado más atención a la historia entre Marco Antonio y Cleopatra que a César y Cleopatra, que fue una relación más corta y anterior porque a César se lo cargó el Senado, lo apuñalaron porque no aceptaban su reforma agraria. Tuvieron una relación de fusión al 100%, muy completa donde había sexo y poder, la verdadera erótica del poder sería sumar los imperios de ambos y conquistar el mundo. Por otro lado la pasión que les unió fue inmensa hasta el punto que César se llevó a Cleopatra de Alejandría a Roma pero la tenía en un palacio aparte. Tuvieron una fusión de poder y de sexo auténtico. Fue una relación rica e interesante. Cleopatra es una mujer que la historia nos la ha trasladado como la puta de César pero era culta, sabía matemáticas, filosofía, hablaba 9 idiomas y en este texto reivindica su posición en la historia que la ha maltratado. En ese limbo de la eternidad es capaz de ver cómo le ha tratado la historia contada por hombres.

P.- Pero la historia está contada desde un prisma en el que tanto el humor como el dramatismo tienen protagonismo
R.- Sí, hay momentos también de tragedia. Su encuentro está lleno de ironía y humor. Están por encima del bien y del mal, se observan a sí mismos cómo vivieron y nos observa a nosotros.

P.- En 1997 encarnó a Cleopatra. ¿Qué ha quedado de ese personaje en usted?
R.- Yo comprendí muy bien a esa mujer que fue capaz de ser la mujer 10, de ser libre y buscar esa libertad. Luchó por gobernar, por transmitir cultura en las tierras que conquistaba y era una sacerdotisa del sexo, que entonces era un arte sagrado.

P.- Hace 2.000 años el arte del sexo era sagrado, hoy en día eso ha cambiado a peor
R.- Solo hay que ver cómo van las mujeres en ese mismo Egipto. Las mujeres seguimos en esa intifada silenciosa para conseguir la famosa igualdad que todo el mundo acepta teóricamente y no se ha conseguido. Queda mucho y nosotros estamos en un lugar privilegiado.

P.- ¿Hoy en día ve muchos césares y cleopatras?
R.- Debería de haber muchos más césares y cleopatras porque fueron dos personas honestas, como yo los he leído. Dependemos de cómo nos lo ha contado la historia pero ¿por qué hablamos aún de ellos en 2016?. Son dos historias y dos personas honestas y por ello debería haber más gente con la máxima de la libertad y por supuesto ocupándose e intentando que ese poder sea justo. Todos somos poliédricos, no existen los seres puros, pero desde ese punto de vista tuvieron valor.

@scamarzana