Imagen de la película Turkish Delight

Son viajes ideales, viajes soñados, pero esta vez desde la ficción. Porque viajar es también un placer cuando se hace desde las páginas de un libro, la imagen sugerente de un cuadro, una fotografía, desde la butaca de un cine. Y así, nos vamos al Nueva York de Paul Auster, al Sáhara de El paciente inglés, al Cape Cod de Edward Hopper...

Trabajo acumulado y escapar del año nómada que tuve en 2015 me llevan este verano a disfrutar de mi casa en Ámsterdam. Es el entorno perfecto para concentrarse. Cuando llueve, puedes trabajar sin remordimientos y cuando el sol, bajo y escaso, asoma por las cornisas de las construcciones del siglo XIX en el barrio de Oud-West, no hay excusa para pegar el culo a la silla. Turkish Delight de Paul Verhoeven (basada en la novela Turks fruit de Jan Wolkers) retrata el Ámsterdam de 1973. Tiempos previos a la reciente invasión de la ciudad por el turismo de masas (unas más culturales que otras), nos muestra un Ámsterdam relajado, de tiempo elástico y apenas coches en las calles, donde el peatón es el amo.



Esas cortinas de agua templada, tardes ligeras de ropa y atardeceres interminables propios de esta latitud. Lagos en vez de playas, canales y embarcaderos en su hora mágica. El tiempo dilatado del verano se hace más complejo gracias al abanico meteorológico que nos vuelve más atentos al momentum e invita a aprovechar los días más luminosos. Bicicletas de madrugada, y tomar el camino más largo entre casa y el estudio: porque sí.

Carlos Irijalba (Pamplona, 1979) se graduó en la Universidad del País Vasco y UDK Berlín. En la actualidad reside en Ámsterdam, donde llevó a cabo una residencia artística en la Rijksakademie hasta el año pasado, cuando trajo sus trabajos a Pamplona y Madrid. Ha sido galardonado con la Beca Guggenheim Bilbao de fotografía 2003 y la beca de Artes plásticas Marcelino Botín 2007/08, año en el que presentó en Valencia su exposición Devices. Su trabajo analiza el paradigma occidental mediante experiencias relativas al tiempo, el territorio y la construcción colectiva de lo real. Ha expuesto recientemente en centros internacionales como el Herzliya Museum Israel o el LMCC de Nueva York.