Emilio Lledó: "De los museos sale uno mejor persona"
"Sobre todo me duele el tiempo perdido"
6 abril, 2018 02:00Emilio Lledó. Ilustración: Ulises
¿Qué libro tiene entre manos?
El libro de Doris Moreno, Casiodoro de Reina. Libertad y Tolerancia en la Europa del Siglo XVI, Centro de Estudios Andaluces, Sevilla 2017.
¿Ha abandonado algún libro por imposible?
A la busca del tiempo perdido de Proust (que acabé finalmente 40 años después).
¿Con qué personaje le gustaría tomarse un café mañana?
Pues no lo sé... Sí, con don Benito Pérez Galdós.
¿Recuerda el primer libro que leyó?
Fue el Primer Diccionario Etimológico de la Lengua Española, de Don Roque Barcia, Madrid 1880. Me lo regaló un soldado de las brigadas internacionales que estaban acampadas en Vicálvaro. Tenía 9 o 10 años y me impactó muchísimo. Antes había leído a Salgari, Julio Verne, y muchos tebeos, que los pintaba yo mismo.
¿Cómo le gusta leer, cuáles son sus hábitos de lectura? ¿Relee más que lee?
Ahora releo más que antes, sobre todo los clásicos.
Cuéntenos alguna experiencia cultural que cambió su manera de ver la vida.
La visita en mi época de estudiante al Museo del Prado, que me llevaba mi padre, y la lectura de Juan de Mairena de Machado.
¿Sigue pensando que el ejercicio profesional de la educación es el más importante y gratificante de los oficios?
Para mí lo ha sido, sin duda.
¿Cómo trataría de convencer al ministro de Educación de la utilidad y la necesidad del estudio de las Humanidades?
No hacen falta muchos argumentos para convencer a cualquier persona inteligente.
¿Cuáles han sido sus mejores maestros?
Don Francisco López Sancho, maestro de la República, en Vicálvaro, en 1937, y los filólogos clásicos de Madrid como, por ejemplo, Galiano y Adrados.
¿Ha aprendido también de sus alumnos?
Mucho y siempre. Pero recuerdo de manera especial a los emigrantes andaluces, casi todos campesinos, que llegaban a Alemania en la posguerra española. Yo estaba en Heildeberg y me reunía con ellos en una cafetería para enseñarles las primeras nociones de alemán. Nunca he visto tanta pasión, tanta luminosidad en los ojos, eran valientes y listísimos, por emplear una palabra común. Ellos me hacían recordar ese verso tremendo de Lope: “España, madrastra de tus hijos verdaderos”.
¿El tiempo le está haciendo más radical o más melancólico ante el panorama de la Universidad de hoy?
Las dos cosas. Sobre todo me duele el tiempo perdido.
¿De qué libro de la historia de la literatura le hubiera gustado ser autor?
No lo sé, hay tantos.... Pero hay uno que he leído catorce veces. Es el Quijote.
¿Entiende, le emociona, el arte contemporáneo?
Sí, a veces me inspira. Y me recuerda mi larga estancia en Berlín, con museos tan estupendos.
¿De qué artista le gustaría tener una obra en casa?
Prefiero verlos en los museos. Además, de los museos sale uno mejor persona, con los ojos alegres.
¿Qué música escucha habitualmente?
Normalmente clásica, con algún “clásico moderno” como Luigi Nono.
¿Le importa la crítica? ¿Le sirve para algo?
Sí, siempre enseña.
¿Cuál es la película que ha visto más veces?
Tiempos modernos, de Charles Chaplin.
¿Qué es lo que más, y lo que menos, le gusta de España?
Me gusta el mar, y la gente, y la sabiduría popular que descubro en los campesinos andaluces. No me gusta que la costa, tan hermosa, haya caído en manos de la codicia de los depredadores, que la han destrozado.
Denos una idea para mejorar la situación cultural de nuestro país.
Invertir de verdad en la escuela y en los maestros.