Ilustración: Ulises

Cultivador del ensayo, la poesía, la música, Luis Alberto de Cuenca (Madrid, 1950) sabe mucho y se mueve con talento entre clásicos y modernos. Publica ahora Bloc de otoño (Visor), 123 poemas de los últimos 5 años.

¿Qué libro tiene entre manos?

Insert Coin, una colección de cuentos de mi amigo José Luis Garci publicada por Reino de Cordelia.



¿Ha abandonado algún libro por imposible?

Muchísimas veces. ¡Hay tantos libros imposibles!



¿Con qué personaje le gustaría tomarse un café mañana?

Con Lope de Vega, Goethe o Mingote: gente corriente, pero genial.



¿Recuerda el primer libro que leyó?

Los caballeros de la Tabla Redonda, de la maravillosa colección Araluce.



¿Cómo le gusta leer, cuáles son sus hábitos de lectura?

Cómodamente retrepado en mi butaca favorita.



De quién se fía para escoger sus lecturas?

De Borges, don Jorge Luis.



Cuéntenos alguna experiencia cultural que cambió su manera de ver la vida.

El descubrimiento de la Epopeya de Gilgamesh.



¿De qué libro de la historia de la literatura le hubiera gustado ser autor?

Del Manuscrit trouvé à Saragosse del conde Potocki.



¿Hay algún género literario que a usted, que toca tantos palos diferentes, no le interese en absoluto?

Las memorias, los diarios, los epistolarios, ese tipo de literatura.



Bloc, blog, cuaderno, redes sociales... ¿Le disgusta que sean éstas las reinas de la fiesta?

En absoluto. Es absurdo oponerse a un enemigo superior en número y en armamento.



Las redes se llevan muy bien con los jóvenes poetas. ¿Le gustan los derroteros de la "última" poesía española? ¿Qué jóvenes le interesan?

No sigo las redes sociales. Pero estoy seguro que de toda esa poesía saldrán, ya han salido, poetas estupendos y estupendas.



Nos cuenta en Bloc de Otoño, su nuevo libro de poemas, que hace unos meses consiguió, por fin, la primera edición de Sonata de otoño, de Valle. Sabemos que es gran bibliófilo. ¿Cuál es la joya de su biblioteca?

Soy un simple aprendiz de bibliófilo. Digamos que la joya de mi biblioteca es la primera edición de Drácula (1897), de Bram Stoker. Más por el contenido que por la rareza del ejemplar: no es difícil encontrar ese libro en el mercado.



¿Entiende, le emociona, el arte contemporáneo?

Escribí alguna vez que cambiaba todo el arte contemporáneo por un bajorrelieve asirio de tema cinegético o bélico.



¿De qué artista le gustaría tener una obra en casa?

De Caspar David Friedrich o de Paul Delvaux (hay excepciones a la regla de mi repulsa del arte contemporáneo).



¿Qué música escucha habitualmente?

Escucho poca música. Mi compositor favorito, junto a Bach, es Heinrich Schütz.



¿Le importa la crítica? ¿Le sirve para algo?

Para nada en absoluto. Ninguna crítica me va a hacer cambiar de opinión respecto de un producto cultural de cualquier tipo.



¿A su juicio, la crítica literaria en España ha pecado más por exceso que por defecto?

Desde fuera, y siendo el de la crítica literaria un género por el que no siento el más mínimo interés, me parece que por defecto más que por exceso.



¿Cuál es la película que ha visto más veces?

Scarface, de Howard Hawks.



¿Qué es lo que más, y lo que menos, le gusta de España?

Lo que más me gusta de España es España. Lo que menos, los españoles.



Denos una idea para mejorar la situación cultural de nuestro país.

Implantar una enseñanza media para todos (y todas, como se dice ahora) en que hubiera al menos tres años obligatorios de latín y griego. Las humanidades clásicas serían lo único que podría mejorar la salud cultural de este país.