Isabel Allende: "Mi patria está en mis libros y en mis amores"
Isabel Allende se embarca en el legendario Winnipeg con Largo pétalo de mar, relato de amores y sombras, aventuras y nostalgias, que ha logrado seducir a miles de lectores.
9 septiembre, 2019 23:19¿Qué libro tiene entre manos?
Ordesa de Manuel Vilas y City of Girls de Elizabeth Gilbert
¿Qué le hace abandonar la lectura de un libro?
Si llevo veinte páginas y me aburre, si está mal escrito, si el tema no me interesa.
¿Con qué personaje le gustaría tomar un café mañana?
Si se trata de un personaje de la literatura en general, creo que me gustaría tomar café con Sheherazade. Si se trata de un personaje de mis libros, Inés Suárez.
¿Cuáles son sus hábitos de lectura: es de tableta, de papel, lee por la mañana, por la noche…?
Leo en papel cuando espero que vuelva Roger de la oficina para cocinar juntos, y en tableta al amanecer cuando la habitación está oscura, para no despertar a Roger y las perras; también en los viajes, para no acarrear un cargamento de libros. Escucho audiolibros en el automóvil.
Cuéntenos alguna experiencia cultural que cambiara su manera de ver la vida.
Una visita a “los tesoros del Vaticano”, en la pubertad. Cuando vi aquel despliegue escandaloso de pompa y lujo, mientras afuera se alineaban los mendigos, tuve un remezón profundo. Creo que en ese momento perdí la fe y empezó mi obsesión por la igualdad y la justicia.
Largo pétalo del mar narra el exilio de una pareja tras la guerra civil. ¿Cómo descubrió la historia del Winnipeg?
La historia del Winnipeg es conocida en Chile, pero me interesé por ella cuando vivía en Venezuela, donde hice amistad con uno de los viajeros de ese barco legendario, Víctor Pey. Muchos años más tarde, cuando quise escribir esa historia, él me ayudó con su testimonio personal.
¿Acaba el exilio alguna vez? O dicho de otro modo, ¿ha encontrado al fin su patria? ¿Cuál es?
Mi patria está en mis libros y en mis amores. Físicamente, puedo decir que tengo un pie en California y el otro en Chile. Mi corazón no está dividido por haber sido siempre trasplantada, simplemente se agrandó para darle cabida a la gente y los espacios que quiero.
¿A qué puede deberse la falta de generosidad actual con migrantes y refugiados?
Temor y propaganda nacionalista que alimenta ese sentimiento. Tememos al otro, al diferente, a los cambios. Nos refugiamos en nuestra tribu y no vemos la necesidad o el sufrimiento de otros, tampoco vemos las ventajas de la diversidad, ni cómo los migrantes aportan a sociedades que están envejeciendo y que cada vez tienen menos niños.
¿Qué haría falta para que regresase al fin a Chile?
Volvería a Chile siempre que pudiera llevar a Roger, a mi hijo Nicolás y a mi nuera Lori. No me gusta la dirección que ha tomado este país donde vivo. Trump representa lo más negativo de los Estados Unidos, que siempre ha estado bajo la superficie y ahora tiene poder y altoparlantes para propagar a todo volumen sus odiosos mensajes.
¿Le importa la crítica, le sirve para algo?
Nunca me ha importado mucho. Lo importante para mí es la lealtad y el entusiasmo de mis lectores, cuyo número no es nada despreciable.
¿Entiende, le emociona el arte contemporáneo?
Depende. Me gustan la danza y el teatro contemporáneo, también algo de pintura, pero entiendo menos la música contemporánea.
¿Qué música escucha en casa?
Vivo en silencio. Si escucho música, es siempre clásica.
¿Cuál es la película que ha visto más veces?
Shakespeare in Love.
¿Le gusta España? Denos sus razones.
En España me han sucedido acontecimientos fundamentales. Primero, le debo alguno de mis ancestros y mi lengua. Allí conocí a Carmen Balcells, la madraza que fue mi agente varias décadas. Allí se han publicado todos mis libros con éxito. Allí me refugié con un amante en 1976, escapando de mi marido. Allí vivió y se enfermó mi hija Paula, que después murió en California. Me gustan los españoles en general y algunos en particular. Me gustan la comida, los pueblos, las montañas y mucho más.