Pedagoga de formación e ilustradora de profesión, a Cornelia Funke (Dorsten, 1958) le aburrían las historias que tenía que dibujar, así que un buen día, además de usar los pinceles, decidió comenzar ella misma a crear narraciones que tuvieran “fabulosas criaturas, lugares de aventura y héroes inusuales”. El resultado está presente en algunas de las sagas de literatura infantil más exitosas de los últimos años, como las iniciadas con Corazón de tinta (2004) y Reckless. Carne de piedra (2010). Mientras continúa inmersa en el desarrollo de sus mundos, en los últimos meses la escritora alemana ha colaborado con Guillermo del Toro en la escritura de la novela El laberinto del Fauno, que desarrolla diez historias secundarias sobre los elementos clave de la película del director. “Soy una absoluta admiradora del trabajo de Guillermo, ya que demuestra que la fantasía muestra la realidad a veces más claramente que cualquier otra narración”, explica Funke.
Algo que aplica a sus propias historias, como este La copa de plomo y oro, un cuento de Navidad ambientado en el universo de Reckless. Es invierno en la ciudad de Londra y la joven Tabetha sobrevive buscando tesoros en las fangosas orillas del Támesis a pesar de la nieve. El día de Nochebuena, un desconocido le ofrece tres monedas de plata a cambio de que encuentre y le entregue el trozo que completaría un objeto mágico de valor incalculable: la misteriosa copa de plomo y oro... Un planteamiento que sigue el estilo de los mejores clásicos del género (Nochebuena, un objeto misterioso, un desconocido siniestro…) demostrando que, como reconoce Funke, quien ya prepara una segunda parte, las historias de siempre nunca mueren: "de vez en cuando, todos los escritores le dedicamos un homenaje amoroso a esos cuentos con los que crecimos".
Pregunta. ¿Cuáles fueron estas influencias, qué leía Cornelia Funke de niña?
Respuesta. En mi camino hacia la escritura las narraciones de mi abuela me influyeron tanto como Michael Ende, C. S. Lewis y Mark Twain. También, el hecho de que mi hermano me pidiera que le contara nuevos episodios de Star Trek todas las noches en una época donde no existían aún internet ni el vídeo. Desde siempre he amado leer y contar historias. Cuando era niña mi padre y yo cruzábamos dos puentes cada semana para llegar a la biblioteca local de nuestro pueblo.
"No podemos imaginar nada que no se haya creado en este planeta, por lo que toda buena fantasía está inspirada en este mundo y en esta realidad"
P. Cómo nacieron todos esos lugares mágicos como la Orilla del Cielo, Mimameidr, el Mundo de Tinta o el templo de Garuda? ¿De dónde nace su inspiración?
R. En mi opinión, no podemos imaginar nada que no se haya creado en este planeta, por lo que toda buena fantasía está inspirada en este mundo y en esta realidad. La belleza y el terror de este mundo son tan vastos e ilimitados que dan lugar a un millón de historias por segundo. La clave es saber encontrarlas
P. Asegura que "solo los cuentos de hadas le dan al mal una forma adecuada" y sus historias están pobladas por elfos, sirenas, trolls… ¿Qué nos enseñan estos seres mágicos sobre nosotros mismos?
R. En esta época de pensamiento abstracto, olvidamos con demasiada facilidad cuánto pueden contener de real estas criaturas alegóricas y con qué frecuencia pueden representar la realidad de nuestra existencia. Un ser inmortal, una sirena, un elfo o un enano guardan en su interior nuestros deseos, nuestro miedo a la muerte, nuestro anhelo de ser parte de la naturaleza de nuevo, nuestra lucha entre el amor y el odio... En definitiva, estos personajes portan toda la verdad de nuestra existencia, pero en narraciones arquetípicas e intemporales que nos permiten comprender el mundo y a nosotros mismos con más facilidad y más belleza.
P. En este sentido, sus historias también demuestran que los mayores monstruos somos nosotros, los humanos. ¿Es así?
R. Sí, stoy absolutamente de acuerdo. Nuestra crueldad contra los miembros de nuestra especie y nuestra falta de compasión por otras criaturas con las que compartimos este planeta es en muchos casos atroz. Nuestra especie demuestra ser bastante inútil, de hecho, es profundamente destructiva contra todo aquello que se aleja de sus propósitos. Por supuesto, la crueldad también existe de muchas formas en la naturaleza, pero la hemos llevado a tal nivel que deberíamos comenzar a preguntarnos cuándo la creación decidirá poner fin al experimento de la Humanidad. No sería una sorpresa.
"No es la Tierra la que necesita salvarse. Este planeta nos sobrevivirá, así que la pregunta correcta es si la Tierra nos matará como especie"
Precisamente, uno de los temas subyacentes y más repetidos en las obras de Funke es la conservación del medio ambiente y de la naturaleza, aunque la escritora considera que en contra de lo que se dice, "no es la Tierra la que necesita salvarse. Este planeta nos sobrevivirá, así que la pregunta correcta es si la Tierra nos matará como especie", reflexiona. "Todos los días demostramos nuestra inmadurez y nuestra capacidad para destruir y envenenar la Tierra. El tiempo dirá si nos hacemos más sabios a tiempo para sobrevivir. Lamentablemente extinguiremos la mayoría de las otras especies hasta entonces. Pensamos que podemos jugar a Dios y reconstruir el mundo, pero qué aburrido sería vivir en un mundo definido solo por los caprichos humanos".
P. La literatura infantil y fantástica son géneros menospreciados en muchos casos. ¿Se van reduciendo los prejuicios con los años o siguen ahí?
R. Esa clase de prejuicios siempre han existido y existirán, pero me gusta dedicarme a géneros que de alguna manera son parias y desvalidos. Escribo para niños, para la gente pequeña, así que siempre esperé ser menospreciada. Y en cuanto a la fantasía, a quienes quiero como lectores son sólo aquellos que se atreven a entrar al Laberinto. No quiero ser parte del establishment de la literatura, ya que es algo que me tomo muy en serio como para ello. Soy como esa chica del cuento de Andersen El traje nuevo del Emperador que grita: ¡pero si está desnudo!
P. La literatura actual parece ir en contra de la ficción y siempre busca hechos reales que apoyen las historias, ¿por qué es necesario reivindicar la ficción y la imaginación?
R. Esa gente es la misma que después, sin darse cuenta, introduce ficción en estos hechos o necesita apoyarse en ella para crear las historias. La imaginación y la ficción son tan inherentes al ser humano que son imposibles de enterrar y este mundo está tan lleno de milagros y criaturas que no hace falta adornar mucho los hechos. En realidad, mientras no estén manipuladas con fines políticos e ideológicos, me parece bien que la gente saque las historias de donde quiera.
"Mi generación y las anteriores no tienen argumentos para defender que la forma en que nos enseñaron y criaron produjo mejores resultados que la actual"
P. ¿Cuál cree que es el papel de la literatura en la formación de la juventud? ¿Ve peligrar la educación clásica por el avance de la "cultura de las pantallas"?
R. Oh, la educación clásica... ¿a dónde nos llevó eso? No fue la actual la generación que causó el colapso climático con su codicia. Ni tampoco fue la generación joven la que causó dos guerras mundiales ni el colonialismo desatado. Mi generación y las anteriores no tienen argumentos para defender que la forma en que nos enseñaron y criaron produjo mejores resultados. El terrible nacionalismo y el racismo que se agita en este momento son monstruos del pasado, no del futuro.
P. ¿Cuáles son las cualidades que más valoras en los niños y los jóvenes lectores?
R. Además de su innata curiosidad, me fascina que no tienen la ilusión, como tantos de los llamados adultos, de que saben exactamente qué son. Los lectores más jóvenes todavía se atreven a hacer las grandes preguntas: ¿cuál es el sentido de la vida? ¿De dónde venimos? ¿Qué pasa después de la muerte? ¿Cómo pueden la belleza y el terror convivir en este mundo? Los más pequeños todavía se atreven a imaginar y cuestionar las formas en que el hombre ha modelado el mundo.
P. ¿Qué consejo daría a quien aspira a convertirse en escritor de literatura infantil?
R. Le diría que nunca escriba el primer borrador de una historia en el ordenador. Que lo haga a mano, en papel o en un hermoso cuaderno. Mi experiencia es que el ordenador te engaña haciéndote creer que las palabras están listas para ser impresas, pero que un bolígrafo hace que tu mano sea mucho más juguetona y permite pulir lo escrito una y otra vez.