Hola, amigos. 

Podéis empezar a escribir sobre la clarividencia

El ganador de la semana pasada, dedicada al título de los libros, ha sido...: 

Steimberg 

El escritor, autor de cuatro novelas sin título, era padre de un adolescente al que siempre llamaba hijo.

Divertido relato que relaciona con originalidad la incapacidad de un hombre para llamar por su nombre a su propio hijo con una querencia por la publicación de novelas sin título. El relato no tiene mayor trascendencia, en apariencia, pero en el llamado humor blanco, libre de intención crítica, sarcástica o satírica, radica también parte de la mejor sustancia literaria. El humor por el humor, que no reprueba sino que ensalza la vida tal como es, promueve la alegría y la sanidad del espíritu mediante el señalamiento de situaciones o momentos cómicos del valle de lágrimas. La equiparación del título inexistente de los libros con el nombre ausente del hijo es tan astuta que de alguna manera nos habla de cómo nuestra personalidad se proyecta en todo lo que hacemos, pues en cualquier obra humana se pueden rastrear las filias y las fobias de su autor. 

Enhorabuena, Gabriel Pérez Martínez, por el divertido y original relato y por el premio.

Otros micros pudieron haber ganado: 

Mosi 

Cuando la editorial le devolvió el original corregido, solo fue capaz de reconocer como suyo el título.

Celestina 

Desesperado, acudió a la pitonisa para que adivinara el título de su novela. Al día siguiente, volvió a que le predijera el primer capítulo.

El vizconde demediado 

Se le ocurrió un título perfecto para la novela. Y ya no logró acabar ni la primera frase porque nada de lo que escribía estaba a su altura.

Saludos cordiales.