En su anterior trabajo, que además fue su debut, Bull Mountain, Brian Panowich (Fort Dix, Nueva Jersey, 1972) contaba la violenta y adictiva historia de la familia Burroughs en las duras montañas de Georgia. Ahora, Como leones, extiende la cartografía física y humana de aquella novela y, aunque puede leerse de modo independiente, se disfruta más si se ha leído la primera.
El libro nos cuenta la historia del sheriff Clayton Burroughs, que en Bull Mountain se enfrentó a su familia de traficantes y terminó con ellos. Este conflicto le dejó duras secuelas que apenas le permiten avanzar en su día a día y, sobre todo, estar en paz con su mujer Kate y su hijo. La culpa que siente, el miedo a convertirse en su padre, las heridas psicológicas y físicas que le laceran se combinan con varias tramas: el sentimiento de venganza de Carroza Viner, otro clan rival, el restablecimiento de la ruta de la droga a través de las montañas, conducido por los moteros socios de la familia, y la búsqueda del dinero enterrado por Halford, el hermano de Clayton.
Como leones combina con extraordinario aliento el drama familiar y el noir a partir de la construcción de imágenes y sensaciones poderosas, en un mundo áspero, masculino, erigido sobre la base del miedo, donde destaca la fuerza representativa de mujeres como Kate, Twyla o Vanesa.
Panowich despliega un estilo seco y preciso, en una novela cruda, pero tremendamente emocional, en la que se mide a la perfección la intriga y todo un agresivo catálogo de las emociones y debilidades humanas mediante una historia enérgica e intensa. Es muy difícil evadirse de la sacudida que genera esta ficción.