Hola, amigos. 

La pandemia está poniendo a prueba nuestra paciencia, nuestra santa paciencia. El Santo Job debe de estar contemplándonos desde las alturas con asombro y complacencia, pues somos émulos plausibles de su figura, me dijo el otro día un buen amigo. Los que creemos en el Santo Job como ejemplo más figurativo que histórico también nos acordamos mucho de él estos días de confinamientos, restricciones y torpezas políticas. Y me ha extrañado que la cola y la paciencia, tan hermanados siempre, no hayan salido juntos más a menudo durante esta semana que va llegando a su fin. Sobre la paciencia escribiremos a partir del lunes, por tanto, que se merece una semana para ella sola. 

Entretanto, veamos quiénes son los veinte finalistas de la semana dedicada a las colas: 

Carol Anne 

No sabía exactamente para qué hacía cola toda aquella gente, pero, por si acaso, se colocó al final de la misma.

Chachapoyas 

Le dijeron que pidiera cita previa para no hacer cola. El segundo día lo consiguió.

Avatar

El héroe venció la fila interminable de adversarios y esperó su recompensa. Mientras, en la pantalla, surgían dos palabras.

-Game over.

Rehén 

El soldado fue apresado y enterrado hasta el cuello. Vio la fila de hormigas andando hacia él.

A ras de suelo no le parecían tan pequeñas.

Soy yo 

Aguardan en la cola sin prisa. Al llegar su turno cada alma entrega con cierta pena el cuerpo usado.

Torivino

Le gustaba desbaratar cruelmente con el pie las largas hileras de hormigas. Una tarde apareció su cuerpo extrañamente aplastado.

MJR 

A medida que avanzaba en la cola para entrar al mitin del fanático líder político, más se arrepentía de estar allí.

Pato M.

Cuando, después de dos horas de cola, llegó a la ventanilla preguntó qué era lo que tramitaban allí.

Chachapoyas 

Se ofreció voluntario para ser fusilado el primero. El indulto del zar llegó poco después de que sonaran los disparos.

Teo

Se puso en aquella cola porque le dijeron que era la atracción definitiva. Tras mucho esperar llegó y fue arrojado a una profunda sima.

Amorfo 

La fila era inmensa. De repente, los individuos enmudecieron y, fusionándose unos con otros como vértebras, la serpiente empezó a reptar.

Joven 

En la cola un joven le pidió que le dejara pasar: "Es que no tengo tiempo", se justificó, a lo que el anciano respondió: "¿Y yo sí?"

Chamorro

El director frunció el ceño cuando el nuevo maestro dijo a sus alumnos que no era necesario que formaran una fila para entrar en clase.

Pilar Ruiz 

La culpa de su insomnio la tenían las ovejas, incapaces de mantenerse en fila durante el recuento.

Noelia Fuentes 

Le gustaba soñar en la cola del cine. Cuando llegaba su turno y verificaba que no tenía dinero, regresaba a su banco, repleto de cartones.

Doro

Toda su vida odió hacer esperar. Cuando llegó a las puertas del Paraíso y vio la cola le llevaron todos los demonios.

Pilar Alejos

La soledad de doña Mercedes era menor desde que había descubierto las colas del supermercado.

Sergio C 

Se reconocieron en la cola de entrada al infierno y lamentaron no haber pecado más.

Huelgo 

En la cola donde el escritor firmaba ejemplares no había nadie, sin embargo daba una vuelta a la manzana en la que estaba su musa.

Aurora Rapún

Lo colocaron al final de la larga cola. Cuando empezó a vislumbrar las puertas del cielo, fue retrocediendo hasta verlas desaparecer.

Y uno, de regalo: 

Watusi 

Llamo para avisar de que llegaré tarde. Que no me preocupe, me dice, tocándome el hombro desde detrás de la fila.

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Gracias. 

Saludos cordiales