Eva García Sáenz de Urturi (Vitoria, 1972), ganadora del Premio Planeta, se convirtió en un fenómeno literario desde su primera publicación. Con la Trilogía de la Ciudad Blanca consiguió alcanzar el millón de lectores, viendo incluso la luz una adaptación cinematográfica de su obra. Tal vez lo único que le faltaba para afianzar su éxito era el reconocimiento que viene ligado a llevarse un premio literario. Podemos afirmar que ya lo ha conseguido.
En la novela que presentó al certamen, Sáenz de Urturi se adentra en la fructuosa vida de Leonor de Aquitania en lo que ella misma define como una mezcla de El nombre de la rosa y Juego de Tronos. Considera que con los primeros años de reinado da por cerrado el ciclo sobre este personaje, aunque ha admitido que "da para una enciclopedia", y ha asegurado que sus futuros proyectos van por otros derroteros.
Pregunta. Imagino que la gira no seguirá las pautas habituales y la gala de entrega del premio resultó también muy atípica. ¿Ha sido un triunfo agridulce, al estar marcado por la pandemia?
Respuesta. La verdad es que tengo una sensación muy ambivalente, porque por un lado es una alegría inmensa y además soy consciente de que es algo que te pasa una vez en la vida, pero por otro lado estamos todos metidos en una situación tan terrible y nefasta que es complicado este año sentir una alegría total. Es muy complicado.
P. Este año hemos tenido dos ganadoras con dos libros protagonizados por mujeres, ¿cree que ha llegado el gran momento de las escritoras?
R. La gran noticia será cuando no se tenga que destacar. El año pasado ganaron, por ejemplo, dos hombres y sus protagonistas también eran masculinos y no se dijo nada al respecto, no se vendió como un gran triunfo porque no había nada que reivindicar. Cuando, dentro de unos años, vuelvan a ganar dos mujeres con novelas escritas con protagonistas femeninas y eso no sea noticia, esa será la buena noticia.
"La buena noticia será cuando vuelvan a ganar dos mujeres y eso no sea noticia"
P. Sus libros siempre han tenido gran acogida entre del público. ¿Este premio supone el reconocimiento también por parte de sus compañeros?
R. Todavía es pronto para saberlo, porque de momento solo lo ha leído el jurado. Hasta que no se publique el día 5 nadie puede hablar de un libro que no ha leído, simplemente de las ganas que puedan tener de leerlo por la sinopsis, o por las pinceladas que pude dar ayer. Pero sí que es cierto que no podría haber tenido mejor comienzo. Ayer hablando con los miembros del jurado, personas cultísimas y entre ellos grandes medievalistas como Eslava Galán, todos decían que estaban absolutamente fascinados por la novela. Rosa Regàs dijo que llevaba años deseando leer una novela que la arrebatase de esa manera, que tenía ganas de volver a leerla porque disfrutó muchísimo la lectura. Otros, hablando del estilo narrativo, destacaron lo difícil que era hacer una novela tan contemporánea y que fuera a la vez histórica. Palabras tan grandes por parte de colegas escritores de ese prestigio es algo que me va a costar mucho asimilar y racionalizar. Lo guardo ahí en un rinconcito de mi memoria y lo rescataré para cuando baje la emoción y pueda asimilar bien todas esas palabras. Verlos tan emocionados al leer la novela me da un palpito de que la novela va a gustar mucho también a los lectores.
P. ¿Cómo se topó con la historia de Leonor?
R. Fue precisamente durante la escritura de mi última novela, La trilogía de la ciudad blanca: Los señores del tiempo, que tuve que documentarme mucho sobre el siglo XII, sobre el Reino de Navarra… Ahí me chocó muchísimo que una princesa navarra, la hija de Sancho el Sabio, Berenguela de Navarra, se casara con Ricardo Corazón de León. Que una navarra fuera reina de Inglaterra. Y cuando descubrí su viaje, que quien llevó a la novia a su boda fue Leonor de Aquitania, que era la madre de Ricardo Corazón de León y ya tenía una edad, me llamó tanto la atención que empecé a tirar del personaje. Vi que era una mujer que había vivido 82 años, que tuvo diez hijos, que fue la única persona de la historia que había sido reina de Inglaterra y reina de Francia. Con 13 años, además, se convirtió en la persona más rica de la cristiandad al morir su padre, imagínate el peso que eso puede suponer. Era una mujer muy precoz, cultísima y me pareció que daba para una enciclopedia.
"Me gustaría que 'Aquitania' se convirtiera en una serie para poder desarrollar todas sus capas"
P. Para documentarse en anteriores obras se llegó a inscribir en la academia de la Ertzaintza, ¿cómo ha sido el proceso para esta novela?
R. En este caso, realicé un viaje a tierras de lo que antes era Aquitania: Poitiers, Burdeos, la Abadía de Fontevrault, que es donde se encuentra su sepultura y el lugar donde murió… Pude dormir durante una semana en una celda de esa abadía y ahí sentí que el espíritu de Leonor estaba muy presente. También di un curso de iluminación, la técnica con la que los monjes que ilustraban los manuscritos medievales. Asigné al marido de Leonor, Luis VII de Francia, este oficio y para sentir lo que él sentía y cómo pasaba las horas estuve formándome sobre pigmentos naturales en iluminación de manuscritos medievales. De esta manera me sumergí un poquito en esos quehaceres diarios.
P. ¿Le gustaría que esta obra fuera llevada al cine, como otras novelas anteriores?
R. Más que al cine, como es tan densa, me gustaría que fuese una serie. Si se condensara Aquitania en una hora, se perderían muchos matices. Además, como pasó en El silencio de la ciudad blanca, se tendría que escoger un género y ahí ya sucedió que se perdieron todos los matices emocionales, todos los sentimientos, que fueron la magia que conquistó a los lectores. No quiero que suceda lo mismo en Aquitania, me gustaría que se le dieran horas, metraje, para que se pueda ver ese juego de tronos que era, que se vean todas las capas que tiene la novela. Hay un triángulo amoroso potentísimo, pero están también las intrigas palaciegas, la investigación medieval, los mensajes encriptados… Para desarrollar todas esas capas tendría que ser una serie.
P. Ha comentado que este capítulo de su vida ya quedaba cerrado. ¿Qué terrenos quiere explorar en sus futuras novelas?
R. Pues no lo sé, porque ahora mismo tengo un jetlag de 900 años. He estado dos años y medio viviendo en la Edad Media y conociendo su vida cotidiana, ahora tengo que volver al presente y desempolvarme la ficción. También necesito un poco de tiempo, si es que pueda tenerlo con esta gira, para volver a llenarme creativamente y para volver a plantearme qué me apetece escribir ahora. Empecé Aquitania hace dos años y medio, el mundo era otro entonces y yo también era otra. Creo que todos hemos cambiado este año, se ha ralentizado todo, hemos puesto todo en perspectiva y creo que la ficción no será la misma para los escritores cuando la abordemos dentro de un año, dentro de dos. Creo que es muy prematuro, dejamos pendiente esta pregunta para dentro de un año, creo que entonces te podré responder.