Hola, amigos.
El otro día vi una película que os recomiendo: Anatomía de un dandy, dirigida por Charlie Arnaiz y Alberto Ortega. Va de Francisco Umbral. En lo substancial, la película no desvela nada especialmente novedoso ni insólito acerca del tipo (salvo que no hayas leído nada de su obra, quizás), pero sí nos proporciona un contexto, una indagación y una hipótesis razonable acerca de su personalidad: no tenía. Se la comió el personaje. Detrás de las gafas, la bufanda y el aspaviento no había nada o casi nada, solo una vanidad desatada (y mucho talento literario, claro). Lo que tuvo de íntimo y personal se lo llevó su madre cuando murió, primero, y su hijo, después. De ahí, seguramente, que dos de sus mejores libros estén basados en la madre y en el hijo.
El dandi (con i latina) es, según el diccionario de la RAE, un hombre que se distingue por su extremada elegancia y por sus buenos modales. No sé si Umbral era un dandi en tal sentido, recordemos “vengo a hablar de mi libro”, pero qué más nos da ahora: fue un gran lírico. El dandi, a partir del lunes, como tema de la semana.
A ver qué sabéis hacer con ello.
Mientras tanto, veamos quiénes son los finalistas de la semana dedicada al peine:
Gape
Ya no veía a su amiga imaginaria, pero seguía llevando entre las manos el peine con el que la peinaba.
Repelón
Todas las noches cogía el peine y se cepillaba el pelo despacio, una y otra vez, morosamente, hasta que oía a su marido roncar.
Alfonsoaladerecha
Antes de llamar, el cartero sacaba su peine y se atusaba el pelo. Ella lo observaba todo por la mirilla, engalanada con su mejor vestido.
La Marca Amarilla
La mañana en que mamá me clavaba las púas del peine al peinarme, sabía que papá no vendría esa noche a dormir.
Polonuevo
En el acuerdo de divorcio, él, que era calvo, se empeñó en quedarse con el peine de oro que le habían regalado en la boda.
Blondinki
Al poco de vivir juntos, vio su peine usado sobre el lavabo. Fue ahí que sintió usurpada su intimidad, como si le hubieran leído el diario.
Galapa
No entendía por qué llevaba un peine en el bolsillo de la camisa: el interrogador era calvo. A lo largo de la noche lo descubrió.
Gatusso
Todos los días cepillaba con esmero la larga melena de su hija adolescente con la esperanza de poner orden en su desordenada cabeza.
Doncel
Una y otra vez se pasaba el peine por sus largos cabellos junto a la ventana. Allá abajo esperaba impaciente el caballero.
Cánovas
Después de dos horas luchando por conseguir peinarle un rizo rebelde sobre la frente, satisfecho, la introduce en la incineradora.
Antonio Pérez Prado
A pesar de todo el dinero gastado en implantes, pronto comprobó que su soltería no tenía nada que ver con su calvicie.
Lou Lubesnick
Observa que en el tocador de su esposa hay un peine dorado que nunca había visto. Otro motivo para que a él se le siga cayendo el pelo.
Petunia
Aunque partió tres peines intentando deshacerle todos los nudos del pelo, el difunto quedó perfecto para el velatorio.
Norman Foster
Solo el peinado del novio destacó más que el vestido de la novia.
Implante
Le dijeron que su aspecto mejoraría con los implantes; tras la intervención, le extrañó que le dieran un cepillo de dientes y no un peine.
Galapa
Habíamos olvidado meterle su peine en el bolsillo del traje. Tuvimos que pedirle al de la funeraria que volviera a abrir el ataúd.
Noelia F
Solo tenía ocho años cuando, decidido, cogió el peine y las tijeras para despedirse de aquella niña triste del espejo.
Galapa
Cuando el delantero vio la repetición en la pantalla gigante del estadio, se acercó al banquillo para que le dejaran un peine.
Ava
Se mantuvo impasible durante todo el funeral. Fue al ver su peine sobre la mesilla de noche, cuando por fin rompió a llorar.
Avión
Su avión se estrelló; tras muchos meses en la isla pensó que quizás habría sido mejor meter en la maleta unas tijeras que un peine.
Y uno, de regalo:
Induvar
Solo usaba el peine al entrar en la cafetería, las de la oficina no lo motivaban.
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Gracias.
Saludos cordiales