Hola, amigos. 

Podéis empezar a escribir sobre las insurrecciones. 

El ganador de la semana pasada, dedicada a los reyes magos, ha sido...: 

Chausiku 

En la ciudad sitiada nadie vio ―tampoco él― reyes ni camellos. Pero al despertar por la mañana halló a los pies de la cama una peonza.

Hacía falta también algún relato épico en este género nuestro de lo súper mínimo. Aquí no sabemos muy bien cuál es la ciudad sitiada ni en qué época se sitúa su devenir histórico, ni falta que hace, pues lo que nos seduce es su aureola mítica, intemporal. En ese contexto solo la magia de los reyes magos es capaz de sortear el asedio de la ciudad y dejar su regalo al niño innominado. Y solo la magia de una escritura sobresaliente puede darle ese aire mítico a la misteriosa ciudad y a la misión cumplida por los reyes. La ambigüedad del punto de vista no permite saber si los reyes magos son ellos, en persona, o han sido encarnados por un padre, una madre o un familiar amoroso. Pero la magia es la misma. Puesto que, finalmente, en medio de la guerra, en mitad de la desolación, alguien regala al niño un pequeño mundo de felicidad, simbolizado en una peonza. 

Ni Julien Gracq lo habría hecho mejor. 

Enhorabuena, Joaquín Valls Arnau, por el relato, estupendo, y por el premio.

Otros micros pudieron haber ganado: 

Kiano 

En la carta que halló bajo la almohada, firmada por los tres reyes magos, se disculpaban con ella por no poder pasar por su casa aquel año.

Conectado 

"Baltasar, Gaspar y Melchor", respondió el rebelde jovenzuelo, dispuesto a romper cualquier norma.

Namibio 

Cuando sus padres le dijeron que los Reyes no existían, preguntó, llorando, que qué pasaba con Papá Noel, el ratoncito Pérez y Dios.

Lavender 

-Me lo ha dicho mi madre.

-¿Pero cómo van a ser los padres? Los míos no tienen dinero para comprar tantos regalos.

Saludos cordiales