Olvido García Valdés: “Sin presupuesto, los proyectos culturales son palabras vacías”
Poeta de la trascendencia, la memoria y la palabra, García Valdés publica 'Confía en la gracia' y la antología 'dentro del animal la voz',
25 enero, 2021 09:00¿Qué libro tiene entre manos?
Suelo leer varios a la vez. Preferentemente, ensayo y poesía. Depende de qué tenga en la cabeza y en qué esté trabajando. Ahora mismo, releo Hotel para erizos, de Guadalupe Grande.
¿Qué le hace abandonar la lectura de un libro?
No abandonar la lectura, pero sí leer solo partes, según por qué me interese.
¿Con qué personaje literario le gustaría tomarse un café mañana?
Con el Maestro Chuang Tse y Jean François Billeter.
¿Recuerda el primer libro que leyó?
No; recuerdo a mi madre leyéndome tebeos. Ella se reía al leerme las tiras de las hermanas Gilda o la familia Cebolleta, y yo miraba los dibujos y estaba en contra. No decía nada, pero aquello no eran cuentos, bien se veía, no tenían final feliz, ni amores, ni bonitos vestidos, ni siquiera parecían tener final…
¿Cuáles son sus hábitos de lectura: es de tableta, de papel, lee por la mañana, por la noche…?
Leo gran parte del tiempo, en papel y en el ordenador.
Cuéntenos una experiencia cultural que cambiara su manera de ver la vida.
Una forma de hablar: un profesor en el Instituto, completamente absorbido en Heráclito; un amigo, casi un anciano, hablando de pintura y escultura, de algunos libros (me regaló Fortunata y Jacinta: ¡qué maravilla, tienes todo Galdós por delante!). Ese modo de hablar, una pasión que se ensimismaba en la vida.
¿Cuándo descubrió que nombrar las cosas es darles vida?
En algunos poetas: Antonio Machado, Rosalía, Dickinson, Vallejo…
Escribe en Confía en la gracia: “voy por el mundo como en un sueño”: ¿Tan incomprensible es la realidad, tan insoportable?
No insoportable. Ese poema acaba así: “viaje en tren, velocidad alta y destino / seguro, sin metáfora, voy y miro y todo es / como si no fuera yo quien lo mirara”. ¿No le pasa? Todo parece irreal de pronto, repetido y diferente; es extraño…
En el preámbulo, leemos: “en ellos cabe todo, pero no todo queda”. ¿Qué queda en verdad?
Ese es el trabajo del poema. Queda lo necesario.
El libro reúne poemas escritos entre 2012 y 2019. ¿Cuál ha sido el criterio de selección?
El momento de montar un libro es interesante. Tiene su química… La sensación de que algo progresivamente, pese a su peculiar inestabilidad, va cuajando. Lo descartado entonces pierde relieve, se borra.
Antes hablábamos de sueños. Su paso por la política ¿fue una pesadilla?
Al contrario; fue un tiempo ilusionante, intenso, y con dificultades objetivas. Asumí recuperar la Dirección General del Libro y Fomento de la Lectura, que había sido suprimida. El problema decisivo fue presupuestario. ¿Cómo poner en marcha proyectos imprescindibles –por ejemplo, un Centro Nacional de Traducción– con los presupuestos del mismo gobierno que había suprimido la Dirección General? La cultura es un incalculable capital simbólico que tiene condiciones y efectos materiales. Sin soporte presupuestario, los proyectos son palabras vacías..
¿Qué le recomendaría hoy al ministro Uribes para reactivar el sector del Libro?
Solo expresarle los mejores deseos para su gestión en ese ámbito complejo –creación, traducción, edición, distribución, librerías, bibliotecas– que conforma cada libro. Por suerte, parece que la pandemia ha incrementado la lectura y las ventas.
¿Le importa la crítica? ¿Le sirve para algo?
Sí, la crítica es una forma exigente de lectura. Pero todos los ecos que me llegan son importantes y los agradezco.
¿Entiende, le emociona el arte contemporáneo?
No puedo separar el arte de la poesía y de mi propio trabajo. Ha sido una compañía, un diálogo constante.
¿De qué artista le gustaría tener una obra en casa?
Eran performances, pero la imagen de una de esas piezas de Ana Mendieta tumbada en la tierra.
¿Qué música escucha en casa?
Antes, muy variada. Ahora casi no siento necesidad de escuchar música.
¿Se ha “enganchado” a alguna serie de televisión?
No veo televisión, escucho la radio. Pero hay amigos entusiastas y me pregunto si no estaré perdiéndome algo.
¿Cree que los dirigentes europeos han estado a la altura durante esta crisis sanitaria y social?
Era una situación inédita, dura. Han ido aprendiendo y actuando al mismo tiempo, y no es fácil. Quedaron al descubierto los engranajes del motor capitalista: ¿priorizar la salud pública?, ¿priorizar la economía?, ¿pensar en la precariedad extrema de mucha gente?, ¿intentar cambiar el modelo de vida? Ese es el asunto.
Una idea para mejorar nuestra situación cultural.
Leer despacio, pensar lo que leemos, leer mejor.