De nombre de pila Antonio Ángel Custodio Sergio Alejandro María de los Dolores Reina de los Mártires de la Santísima Trinidad y de Todos los Santos, era uno de los escritores más ilustres de la literatura española, reconocido a finales del siglo XX y principios del XXI por su obra completa.

    El poeta se apartó de la vida pública años atrás y ha fallecido en la sede de su fundación, ubicada en el antiguo convento del Corpus Christi de Córdoba. Repasamos la trayectoria vital y profesional del cordobés con sus instantáneas más recordadas.

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    La infancia de Antonio Gala

    Antonio Gala nació el 2 de octubre de 1930 en Brazatortas, provincia de Ciudad Real. Su nombre ya dejó claro que estaba destinado a ser un joven fuera de serie. Era Antonio Ángel Custodio Sergio Alejandro María de los Dolores Reina de los Mártires de la Santísima Trinidad y de Todos los Santos Gala Velasco. Finalmente por la mejor opción: acortarlo en Antonio Gala. 

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    Los estudios de Antonio Gala

    A los nueve años se trasladó a Córdoba, y allí comenzó su fascinación por Garcilaso, San Juan de la Cruz y Rainer Maria Rilke. A los 15 años ya había estudiado Derecho en la Universidad de Sevilla y después la de Filosofía y Letras, la de Ciencias Políticas y Económicas en Madrid. Se licenció de todas ellas.

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    Su paso por la clausura

    Después de estudiar, empezó a prepararse las oposiciones al Cuerpo de Abogados del Estado. Tuvo que abandonarlo por las presiones de su padre. Ingresó en la Orden de los Cartujos, la cual se basaba en los votos de pobreza, castidad y  obediencia. La pasión por la literatura emanaba ya desde su hábito religioso, y fue expulsado de la orden, tal y como contó en Ahora hablaré de mí (2000).

    Fundación Antonio Gala
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    Portugal, la generación del 50 y su premio Adonáis

    Su nuevo destino fue Portugal. A finales de la década de los 50 regresó a España, cuando los "hijos" de la Guerra Civil como Rafael Sánchez Ferlosio, Juan Goytisolo, Francisco Umbral, Carmen Laforet, Jaime Gil de Biedma y Alfonso Sastre, entre otros, tocaron la cúspide de la literatura española.

    En 1959 ganó el Premio Adonáis por su obra Enemigo íntimo y empezó como profesor de Historia del Arte y Filosofía hasta 1962. Su siguiente parada era Florencia (Italia). Allí permaneció casi un año y publicó su conjunto de poemas La deshonraEn 1963 comenzó su etapa de dramaturgo con Los verdes campos del Edénobra por la cual recibiría el Premio Calderón de la Barca y el Ciudad de Barcelona.

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    Las obras y el bastón de Gala

    Las siguientes obras de Gala fueron El caracol en el espejo (1964)El sol en el hormiguero (1966), Noviembre y un poco de yerba (1967), Los buenos días perdidos (1972) y Anillos para una dama (1973). Sin embargo, este último año sufrió en Madrid una perforación en el duodeno. Rozó la muerte, pero todavía no era su momento. Fue entonces cuando empezó a usar bastón, objeto característico de Gala y con el que reunió una colección de hasta 3.000 ejemplares.

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    'El manuscrito carmesí' y su resto de obras

    Sus obras continuaron, como Las cítaras colgadas de los árboles (1974), Petra regalada (1980), El cementerio de los pájaros (1982), El hotelito (1985), Séneca o el beneficio de la duda (1987), La truhana (1992) y Los bellos durmientes (1994).

    En 1990 escribe El manuscrito carmesí, una de sus obras más conocidas y por la que obtuvo el Premio Planeta. A esta le siguió La pasión turca (1993) y La regla de tres, en 1996.

    Sus obras literarias se caracterizaban por un estilo poético en las que exploró temas como el amor, la pasión, la religión, la política y la sociedad.

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    'El manuscrito carmesí' y el resto de obras

    Su fama en el mundo de la literatura prosiguió con Las cítaras colgadas de los árboles (1974), Petra regalada (1980), El cementerio de los pájaros (1982), El hotelito (1985), Séneca o el beneficio de la duda (1987), La truhana (1992) y Los bellos durmientes (1994).

    Fue en 1990 cuando llegó El manuscrito carmesí, una de sus obras más conocidas y por la que obtuvo el Premio Planeta. A esta le siguió La pasión turca (1993) y La regla de tres, en 1996. Por aquel entonces, la segunda fue una de las novelas más leídas en España. Sus obras literarias se caracterizaban por un estilo cuidado y poético, en las que exploró temas como el amor, la pasión, la religión, la política y la sociedad.

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    Antonio Gala y Jesús Quintero

    En 1991, el periodista Jesús Quintero, o conocido como El Loco de la Colina, y Gala se reunieron durante 13 noches para hablar sobre el amor, la felicidad, la vida, el dolor, la soledad y la muerte.

    En Trece noches,Quintero, con micrófono en mano, y Gala, con miles de historias en su mente, reflejan sus conversaciones nocturnas sobre todos esos temas. "No os molestéis, conozco la salida" fue su frase más icónica.

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    El periodismo y Gala

    Su visión fue más allá de la literatura, también llegó al periodismo: publicó artículos en medios de comunicación como El País y El Mundodonde mantuvo la columna La tronera por casi 20 años. Afirmó ser un hombre de izquierdas. Participó en programas de televisión y radio, y fue un destacado activista en defensa de los derechos humanos y el medio ambiente.

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    El fin de Gala

    Posteriormente creó la Fundación Antonio Gala, dedicada a apoyar a los jóvenes artistas. En 2011 recibió el Premio Quijote de Honor a toda una vida, concedido por la Asociación Colegial de Escritores de España (ACE). Ese mismo año confesó que padecía un cáncer "de difícil extirpación", el mismo por el cual ha fallecido este 2023.  Durante los últimos tres lustros ha vivido voluntariamente en el convento cordobés del siglo XVII donde creó la fundación, y donde ha fallecido.

    El legado de Gala persistirá durante décadas y será reconocido como uno de los grandes escritores de España.

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