La designación de Ernest Urtasun (Barcelona, 1982) como nuevo ministro de Cultura del gobierno presidido por Pedro Sánchez no sorprendió a nadie este lunes, pues era el gran favorito para el nombramiento desde la semana anterior. El perfil esencialmente político de este economista y diplomático, muy en la línea de la nueva composición del Ejecutivo, se encuentra muy alejado de la cultura, pero son muchos los que piensan que puede contrarrestar este déficit con otras aportaciones. Sus desafíos son, en todo caso, numerosos y elevados.
El Cultural se ha puesto en contacto con distintos agentes implicados en el sector de la cultura española en nuestro país —artistas, galeristas, escritores, editores, cineastas, productores, empresarios, gestores culturales, etc.— para conocer qué esperan del nuevo ministerio los propios protagonistas.
La culminación del Estatuto del Artista, la tramitación de la nueva Ley del Cine, la reforma del INAEM , la bajada del IVA cultural, una mayor celeridad en la aplicación de medidas y en la resolución de problemas en cada una de las áreas o intentar una vez más la aprobación de una Ley de Mecenazgo son solo algunas de las tareas que deberá encarar Urtasun. También el respeto al Código de Buenas Prácticas, a tenor de las recientes destituciones en el Centro Andaluz de Cultura Contemporánea o el Festival de Otoño. Estos son los testimonios.
Antonio Muñoz Molina, escritor
La tarea que debería cumplir un Ministerio de Cultura en España sería sobre todo resaltar y apoyar la dimensión de fuente de riqueza segura y sostenible que constituyen los bienes y actividades culturales en el sentido más amplio: el valor económico formidable de la industria del libro, el de la industria audiovisual, las posibilidades nunca de verdad aprovechadas -por falta de políticas de estado- del español como lengua global.
Y en ese marco, correspondería al Ministerio de Cultura favorecer el desarrollo y el fortalecimiento de los medios públicos de comunicación, ahora tan deteriorados, como RTVE, dándoles una verdadera dimensión difusora y educativa, como ocurre en los países civilizados.
Tampoco estaría mal que un buen ministro de Cultura obligara a las autoridades del gobierno a hacerse discretamente visibles en lugares donde nunca se las ve, salvo en actos oficiales: que al presidente se le vea alguna vez asistiendo por su cuenta a una función de teatro o de ópera, o al cine.
Y algo más: acabar con el enchufismo en las instituciones culturales públicas, favorecer su gestión profesional, a salvo de los vaivenes y los favores políticos. Etc, etc...
Jesús Cimarro, empresario y productor teatral
Todo esto se lo trasladé hace unos días al propio presidente de Gobierno. Entre las prioridades básicas está la subida del presupuesto en Cultura al 1%, que es lo que marca Europa. E instar desde el Gobierno a que en las Comunidades Autónomas lleguen hasta el 2%.
Luego está la bajada del IVA cultural en las contrataciones que se hacen con las administraciones públicas. Otros puntos son completar el desarrollo del Estatuto del Artista en la Ley de Contratos Públicos en lo relativo a actividades culturales, la Ley de Enseñanzas Artísticas, la reforma del INAEM… Son cinco o seis cosas que están en vilo y que a ver si en esta legislatura se pueden llevar a cabo.
Daniel García Andújar, artista
Reconocer la riqueza y diversidad del actual ecosistema cultural y artístico, garantizando la autonomía del sector y la libertad de expresión de los creadores, motores principales de la producción cultural y artística, así como el derecho de todos los públicos para escoger entre la amplia y diversa variedad de propuestas. Para ello hay proyectos muy avanzados que deberían ponerse en marcha de forma inmediata. Es imprescindible desempolvar la “Estrategia para las Artes Visuales” desarrollada por el Gobierno de España, consensuada por todo el sector y que nunca se llegó a implementar.
[Estos son los retos a los que se enfrenta Ernest Urtasun, el nuevo ministro de Cultura]
También es muy urgente poner en marcha el Centro Nacional Público de Producción Artística en Tabacalera, que permitirá liderar el cambio de modelo en el sector, de un modelo especulativo a uno productivo. Revisar el texto de Estatuto del Artista, con apenas incidencia en el sector de las artes visuales, aprobarlo definitivamente y promoverlo en Bruselas como normativa comunitaria. Revisar y consensuar con el sector un nuevo de Código Buenas Prácticas…
Raquel Lanseros, poeta y presentadora de ‘Un país para leerlo’
Creo que la primera medida verdaderamente prioritaria es seguir apoyando todo lo que tiene que ver con el fomento de la lectura, apoyando a editores, distribuidores y libreros, y potenciando una red de bibliotecas atenta a las novedades pero también sensible a la tradición literaria de siglos pasados.
El ministro tendría que fomentar además la cultura en todos los ámbitos, es decir, debería adoptar medidas que ayudasen a los museos, al cine, al teatro, a las librerías y bibliotecas tanto en lo que se refiere a la gestión como a la creación.
Nerea Fernández, galerista y presidenta de la asociación de galerías ArteMadrid
La falta de internacionalización de los artistas españoles es gravísima, pero si dentro del país no hay un mayor respeto a los artistas y galeristas, es difícil que este aspecto mejore. Sería importante conseguir el tipo de IVA reducido en el arte para incentivar el coleccionismo, que es muy frágil en este país. Los museos también tienen que tener un mayor soporte; muchos están en situaciones muy difíciles.
También pedimos que se respete el código de buenas prácticas para que los directores de instituciones no sean cargos políticos y se sostengan en el tiempo para poder llevar a cabo programaciones de calidad. Además, hay que frenar la tendencia a la privatización de espacios. Hay centros culturales en los que los artistas no cobran por exponer. La cultura sigue adelante por las ganas, el entusiasmo, la vocación y el amor por lo que hacemos.
Antonio Moral, ex director del CNDM y actual director del Festival de Música de Granada
En el campo de la música, que es aquello es de lo que puedo hablar, creo que hace falta que le den una nueva orientación al INAEM para solucionar los diferentes problemas que tiene desde hace años. Y a ver si saca por fin la Ley de Mecenazgo, que tan importante es para el mundo de la cultura, pues en todas las legislaturas anteriores se quedó aparcada sin aprobar.
Marcos Giralt Torrente, novelista
Los desafíos del nuevo ministro son muchos pero resultan para mí prioritarios la aprobación de una vez del Estatuto del Artista y el desarrollo de una Ley de Mecenazgo decente que, entre otras cosas, incentive las donaciones y proteja los legados.
Tampoco estaría mal desarrollar los mecanismos necesarios para que los principales museos nacionales y autonómicos sean autónomos, y evitar el intervencionismo político, como el sucedido recientemente en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo.
Manuel Borrás, editor de Pre-Textos
Yo solo espero de él, como esperaría de cualquier otro ministro del partido que fuera, cultura, honestidad, cordura, imparcialidad y el coraje necesario para saber fijar jerarquías distinguiendo el grano de la paja, la cultura de ese sucedáneo por el que la prensa y los impostores de la cultura se sienten tan atraídos y embelesados. Y de paso, se agradecería que fuera buena persona.
Valerie Delpierre, productora de cine
Afianzar, concretar, impulsar. Estos deberían de ser los tres ejes del nuevo ministro de cultura para con el cine. Entre las tareas del ministerio se encuentra la de permitir mantener el apoyo a una cinematografía diversa y con una voluntad paritaria. Seguir apoyando la producción de películas para que convivan sensibilidades más artísticas y otras con clara vocación comercial y de internacionalización.
En lo pendiente están la Ley del Cine, desde la reivindicación del productor independiente, y el Estatuto del Artista. Son dos iniciativas que se quedaron sin resolver y son imprescindibles para poder mirar a un futuro inmediato con más garantías legales y laborales.
Y si tiene voluntad política, podrá encontrar la complicidad necesaria desde las productoras para idear, junto con el ICAA, un nuevo modelo que pase por una agencia estatal, permita dotar del sector de mayor estabilidad presupuestaria, encontrando vías de financiación complementarias y que abarque todo el proceso cinematográfico, desde la escritura al estreno en salas y otras ventanas de explotación.
Idoia Fernández, presidenta del Consorcio de Galerías española de Arte Contemporáneo
Es necesario que el Estatuto del Artista tenga en cuenta a los artistas plásticos, que han sido los grandes olvidados. Hay leyes que esperamos desde hace mucho tiempo, como la de Mecenazgo.
También somos el único sector del mundo cultural que no tiene un IVA reducido, sufrimos una discriminación. También pedimos que haya una mayor atención por parte de la Administración para resolver los problemas que surgen, que no se enquisten durante siglos.
Chus Visor, editor de Visor
Como siempre, se ha designado como ministro de Cultura a alguien que no tiene nada que ver con este mundo… No sé, creo que el último fue Semprún, pero ni Rajoy ni Esperanza Aguirre ni Iceta tenían al asumir el cargo ni idea de los desafíos y problemas del sector. Por eso creo que lo importante es que se sepa rodear de gente experta que conozca de verdad este mundo y se deje aconsejar. También va a necesitar contar con una partida presupuestaria adecuada, porque sin dinero es imposible solucionar nada.
Solo así podrá afrontar problemas como la confusión que existe sobre qué es cultura. Parece que todo lo es, y no, los conciertos en el Wizink Center no son cultura, son espectáculos pero no cultura. Por eso creo que lo primero que debería hacer es separar la cultura de esos espectáculos de masas. Con todo, creo que Iceta lo ha hecho razonablemente bien, por eso que apuntaba al principio, porque se ha sabido rodear de un equipo de gente informada que ha encauzado los problemas. De Urtasun cabe esperar lo mismo.
Juan Casamayor, editor de Páginas de Espuma
Lo primero que puede pedirse a alguien que va a ostentar y defender la política cultural de un país es que extreme su capacidad de diálogo y debate con sus muy distintos interlocutores.
Para el mundo del libro, un compromiso en el fomento de la lectura a través del fortalecimiento de las redes de bibliotecas y la renovación de sus fondos, en la consolidación de una política real de lectura en la infancia y la adolescencia –bibliotecas de aula y sus correspondientes licitaciones en todos los niveles de la educación-, en un profundo plan de apoyo a las librerías (y a las nuevas librerías de proximidad), un sistema de becas para creación en escritura, traducción e ilustración -similar al Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA) en México- y en ayudas al sector para la internacionalización y renovación tecnológica.
Personalmente un deseo que debe ser hecho realidad a corto plazo: el Premio Nacional de Cuento, más necesario que nunca tras los premios de Cristina Fernández Cubas y Luis Mateo Díez.
Nuria Amat, escritora
He sido muy crítica en los últimos años con el independentismo en Cataluña y con la irrupción de Podemos en la escena política catalana. Cataluña tiene una frontera invisible con el resto de España desde entonces, así que desconfío de la procedencia política del nuevo ministro [eurodiputado por Catalunya en Comú].
A mí me gusta el socialismo de antes, el culto, el que hizo la Transición. No obstante, creo que se trata de una buena elección. Es un socialista de formación europea con los ojos abiertos y la mente diáfana. Espero que no genere división, que no sea sectario con cuestiones como la lengua española y la catalana y, sobre todo, que viva en el mundo de hoy.
Eloy Tizón, narrador
Un reto que considero imprescindible por parte del nuevo Ministerio de Cultura es abordar la creación de un Premio Nacional de Cuento, específicamente de este género literario, en igualdad de condiciones a los ya existentes premios nacionales de Poesía, Cómic, Teatro, Fotografía, Diseño o Danza, entre otros. ¿Por qué el cuento (aún) no lo tiene? Esto supondría un reconocimiento oficial muy beneficioso de la importancia que la narrativa breve posee para muchos de nosotros, como lectores y creadores.