Image: Árbitros en el coliseo del arte

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Arte

Árbitros en el coliseo del arte

Bienal Internacional del deporte en el arte

16 mayo, 2001 02:00

Dora García: La lección respiratoria, 2001. Vídeo.

Universidad de Valencia. La Nau. Valencia. Hasta el 24 de junio.

En la Grecia clásica, los deportistas eran inmortalizados por el arte como dioses en los que se encarnaba el ideal de belleza. Desde entonces, arte y deporte han corrido por caminos separados, hasta coincidir aclamados por la postmodernidad en las celebraciones de la sociedad del espectáculo. Sin embargo, aun cuando deportistas y artistas vuelven a ser ensalzados por su condición heroica, los ideales que los personifican ya no los unge en el podio del Olimpo. Deporte y arte comparten, en la actualidad, una simple actuación espectacular. Eventos de todo tipo reclaman a sus participantes (artistas y deportistas) para intervenir en una competición que les asegura la aclamación de los medios de masas. Lanzados a un entrenamiento que los curte en la fama pasajera, sus proezas pasan a ser exhibidas como modelos de superación en la sociedad de masas.

Desde que, a finales del siglo XIX, ya en las exposiciones universales los políticos descubrieran la rentabilidad promocional del arte, su actuación estelar ha sido reclamada en bienales y efemérides hasta constituirse en instrumento celebrativo fundamental. Pero si bien la proliferación de estos eventos, entendidos como un costoso espectáculo mediático, está siendo revisada críticamente en Europa en los últimos años, esta situación no parece haber sido entendida en los despachos de la mercadotecnia cultural.

La Bienal Internacional del Deporte en el Arte (BIDA 2001), infelizmente coincidente con la flamante Bienal de Valencia -según han enjuiciado algunos voceros de la Consejería de Cultura de Valencia-, sin los fastos y pretensiones de aquélla, presenta una cuidadosa selección de artistas, al amparo de una modesta dotación presupuestaria. Auspiciado por el Consejo Superior de Deportes, el proyecto BIDA se muestra ahora renovado y movido por un espíritu nuevo. Frente a intervenciones anteriores, en ésta su decimotercera edición, los artistas parecen tomar definitivamente el pulso al deporte, propiciando un seductor acercamiento. Una lista de veintiún artistas -entre los que se encuentra lo más granado del arte español de las generaciones más jóvenes, a los que se suman otros tantos artistas internacionales, alguno de ellos presente también en la Bienal de Venecia-, hacen una exhibición del arte hecho deportivamente y a escala humana.

Ana Laura Aláez, Eugenio Ampudia, Roderick Buchanan, Ana Busto, Carmen Cámara, Campanilla, Yamandú Canosa, Circo Interior Bruto, Javier Codesal, Darío Corberira, Alex Francés, Dora García, Julio Jara, Rogelio L. Cuenca, Domingo Sánchez Blanco, Salla Thika e Isidro Valcarcel conforman el heterogéneo equipo de artistas que, seleccionado por Marta Moriarty y Antonio Areán, ponen en juego la escurridiza pelota del arte. Desde la complicidad, arte y deporte se dan la mano en fotografías, vídeos, proyecciones e instalaciones, y llevan al espectador a entrar en un campo sin árbitros, ni reglas fijas, en el que, a veces, se exige su intervención.
Con esta diversidad de disciplinas, los comisarios del proyecto muestran un estadio de libertad en el que los artistas agudizan el ejercicio del ingenio, produciendo las obras para la presencia deportiva que requiere la ocasión. De esta forma, el bello claustro de la Universidad de Valencia se convierte en un coliseo en el que se ha dado el pistoletazo de salida para que arte y deporte corran finalmente juntos. Sobre un resplandeciente césped artificial, crecen todo tipo de habitáculos en los que tienen lugar las más diversas prácticas artístico-deportivas. Allí se encuentran las acciones poéticas, las críticas sociales y políticas, las que ejercitan las formas y los conceptos, y las que se ocupan del movimiento de los sentidos. Entre lo lúdico y lo trascendental, en definitiva, el arte y el deporte se ponen de acuerdo para exhibir su destreza física y espiritual.