Aurélien Froment
Bonniers Konsthall, Estocolmo. Del 28 de agosto al 11 de octubre
11 septiembre, 2009 02:00Aurélien Froment: Théâtre de Poche, 2009
Es uno de los artistas más prometedores del país vecino. En Suecia lo saben y exponen estos días sus últimos trabajos.
El trabajo de Aurélien Froment tiene como objetivo reflexionar sobre la relación de las imágenes procedentes de muy diversas fuentes. Con un especial interés en el lenguaje y las estrategias cinematográficas, el francés realiza películas, libros, y exposiciones recogiendo material de aquí y de allá en un ejercicio de asociacionismo en el que se genera un complejo magma semántico. Buena parte de su trabajo se inscribe en las relaciones entre el género del documental y el ámbito de la ficción, diálogos en los que el espectador se erige en protagonista fundamental pues la intención del artista es, en gran medida, descubrir el modo en que éste recibe las imágenes y cómo las procesa.
Así, Le Chiffré à la lettre, la otra pieza de la exposición, es una entrevista a un mago francés que habla sobre trucos de ahora y de antes. Es una entrevista a un personaje real y, por lo tanto, tiene mucho de documento. Y, sin embargo, el tema que se trata se encuentra bien arraigado en el territorio de la ficción pues la magia trata en todo momento de engañar al espectador, de jugar de una forma lúdica con su percepción, su comprensión y sus juicios. Y lo cierto es que los juegos de magia son uno de los mejores ejemplos de cómo la ficción se inserta en lo real. No en vano, Froment no es ni mucho menos el primer artista que recurre a los juegos de magia. Hay toda una tradición de engaños y trampas en el mundo del arte que se remonta hasta los orígenes más lejanos, que vive su clímax en la época barroca y que es recogida por diferentes autores y artistas de la contemporaneidad. Baste recordar muchas de las obras y también la actitud ante la vida y el arte que tenía Juan Muñoz, uno de los grandes "jugadores" de nuestro tiempo. El trabajo de Froment se inserta en esta línea, en la que el espectador debe pisar suelo firme y buscar su lugar para no perderse en la maraña de trucos y trampas que le tiende el artista.