Paula Achiaga
La tecnología, la cartografía, el paisaje, el interior del cuerpo, la memoria, la abstracción... son conceptos que marcan el recorrido de la exposición que Darío Urzay (Bilbao, 1958) acaba de inaugurar en el Museo Colecciones ICO de Madrid. Comisariada por el crítico y profesor Ramón Esparza, la muestra recorre a través de una treintena de cuadros de gran formato los últimos diez años de la producción este artista, uno de los nombres fundamentales del arte español actual. Bifurcaciones, que así se titula la exposición, gira, según ha explicado el comisario, en torno "a la complejidad de la mirada en la cultura contemporánea y hace referencia a esas decisiones que, grandes o pequeñas, forman parte del proceso de creación artística". Un Darío Urzay entusiasmado ha recorrido la exposición deteniéndose en cada cuadro, en cada fotografía, explicando los vídeos y proyectos con pasión. Así, ha explicado que han elegido las obras que marcan puntos de bifurcación en su trayectoria y ha insistido en la importancia que tiene el espectador que, colocado frente a su obra, "finaliza la pieza, es el que termina de construirla. Porque vemos con todo el cuerpo y no sólo con los ojos. La distancia con la que el espectador observa el cuadro es muy importante a la hora de asumir la obra". Lo que le lleva a reflexionar sobre la abstracción que "no está en el objeto sino en el sujeto que mira".

Un extraño e hipnótico autorretrato, una enorme pieza melliza de la que puede verse en la colección del Guggenheim Bilbao, el díptico perteneciente al Reina Sofía, el proyecto Sajazarra, un vídeo que muestra su proceso creativo a partir del cartón utilizado para cubrir el suelo del estudio y agua con pigmentos congelada, todo nos ayuda a adentrarnos un poco más en el universo de Darío Urzay.
Y para quien quiera saber más, mañana, jueves 24 de septiembre, comisario y artista debaten sobre la obra de éste en el Auditorio del ICO, calle Los Madrazos, 36.