El arista Ai Weiwei en su instalación de la Tate Modern
Las autoridades chinas quieren acallar las críticas contra el régimen y evitar el debate internacional abierto en torno a la desaparición del artista Ai Weiwei, detenido el pasado domingo en Pekín, aunque por el momento han decidido no dar ninguna explicación al respecto. Infatigable crítico del Gobierno, el artista ha declarado en alguna ocasión que "Los poderosos quieren evitar que se escuchen las voces críticas. Quieren destruirlos. (Los dirigentes chinos) no quieren comprometerse en ningún debate abierto".Este artista de 53 años, reconocido internacionalmente y que recientemente calificó de "inhumano" al régimen chino, fue detenido el pasado domingo en el aeropuerto internacional de Pekín momentos antes de coger un avión, según confirmó a AFP la esposa del artista, Lu Qing. Extremadamente preocupada ha declarado que: "Registraron su estudio y se llevaron discos de datos y discos duros y todo tipo de cosas, pero la policía no nos dice dónde está ni qué buscan. No sabemos nada de él". Sus ayudantes, que tampoco saben nada de él, afirmaron la intención del artista de viajar a Hong Kong cuando la policía fue a buscarlo a su taller del noreste de Pekín.
La policía de Pekín y el Ministerio chino de Asuntos Exteriores se negaron este martes a hacer comentarios sobre la desaparición de Weiwei. "Cada vez meten a más gente en prisión por el simple hecho de publicar en Twitter o en un blog de Internet", confesó Ai Weiwei a un diario suizo. "Los teléfonos (de los disidentes) se desactivan, se supervisan, sus apartamentos se registran. La policía irrumpe en plena noche, registra sus casas y fabrica pruebas contra ellos para presentar en los tribunales", explicó el artista. Según Ai Weiwei, el régimen chino encarcela a militantes de los derechos humanos "durante muchos años". "Simplemente, desaparecen. Sus allegados dejan de tener noticias y nadie puede contactarlos", prosiguió.
El embajador de la Unión Europea y de Estados Unidos en China han expresado este martes su inquietud sobre la suerte del artista, uniéndose a otros grandes países y a las asociaciones de defensa de los derechos humanos.
Esta no es la primera vez que las autoridades chinas impiden viajar al artista, tampoco pudo asistir a la ceremonia de entrega del Nobel de la Paz de 2010, concedido al disidente chino Liu Xiaobo. En 2009, Ai Weiwei fue golpeado por la policía antes de testificar a favor de un disidente en un juicio. La paliza le dejó un hematoma en el cerebro por el que fue operado de urgencia en Munich, donde había viajado para presentar una exposición. También en el mes de noviembre fue confinado unos días en su casa para que no viajara a Shangai. Actualmente, y hasta el mes de mayo, la Tate Modern de Londres expone su instalación Pipas de girasol, compuesta por millones de pipas hechas de porcelana y pintadas una a una a mano.