Fotograma de Count on us, de Marina Abramovic.

Fundació Foto Colectania, Barcelona. Del 26 de junio al 28 de julio

El videoarte es un gran paraguas bajo el que caben múltiples técnicas, formatos y un sinfín de preocupaciones éticas y estéticas. Para demostrarlo, a la fundación Foto Colectania le bastan ocho piezas, pero no ocho cualquiera. Todas proceden de la prestigiosa colección de Martin Z. Margulies. El neoyorquino es conocido internacionalmente por ser uno de los mayores coleccionistas de arte contemporáneo especializados en fotografía, pero su colección de vídeos no se queda atrás.



Desde el 23 de febrero al 16 de junio, Colectania exhibió una amplia muestra de las fotos de este coleccionista en "La morada del hombre". Desde hoy y hasta el 28 de julio, la experiencia se completa con "Chorus", una selección de 8 vídeos elegidos por el propio Margulies y la conservadora de su colección, Katherine Hinds, realizados entre 1987 y 2007. Una horquilla de veinte años que permite observar, según los organizadores, la evolución del medio.



"A Margulies lo que más le gusta del formato vídeo es la capacidad de evocación de la imagen en movimiento", explica la coordinadora de la exposición, Irene Mendoza. Destaca, además, que el coleccionista adquirió todos los vídeos poco después de su creación, "lo que demuestra que está muy al día de todo lo que ocurre en el arte contemporáneo". Y es que Margulies es, asegura, uno de esos coleccionistas que está perfectamente documentado sobre todas y cada una de las piezas que compra, y que disfruta compartiéndolas con la sociedad a través de su centro Warehouse ("almacén" en inglés) de Miami, donde se organizan actividades gratuitas para todos los públicos.



Diversidad de géneros

De los vídeos que componen "Chorus", varios pertenecen al terreno de lo conceptual, como Sleepwalkers, de Doug Aitken, cinco cortometrajes interconectados que cuentan la historia de una noche en la vida de cinco neoyorquinos: los actores Donald Sutherland y Tilda Swinton, los músicos Cat Power y Seu Jorge, y Ryan Donowho, actor y músico. El cortometraje, "de una estética exquisita", afirma Mendoza, se proyectó en 2007 sobre la fachada del MoMA, siendo una de las obras más vistas en el museo neoyorquino hasta la fecha.





Tráiler de Sleepwalkers, de Doug Aitken

También conceptual es el vídeo Tiger Oder Löwe, de Peter Friedl, en el que un tigre vivo pelea con una serpiente de trapo en la sala de la Kunsthalle de Hamburgo donde se expone el cuadro de Delacroix Tigre y serpiente, reflexionando de esta forma sobre el valor añadido del movimiento frente a la imagen estática.



El género de la performance está presente a través de una de sus grandes figuras, la controvertida Marina Abramovic. La muestra, de hecho, toma su título de la serie Chorus de la artista serbia. Aunque está compuesta por cinco vídeos, aquí se exhibe uno de ellos, Count on us, en el que un coro escolar interpreta una canción sobre las Naciones Unidas, mientras Abramovic los dirige ataviada con un disfraz de esqueleto, un acto de reflexión política a través de un lenguaje simbólico. También se exhibe The Way Things Go (1987), la más antigua de las obras de la muestra y una de las más importantes de su época, firmada por los pioneros del medio Peter Fischli & David Weiss, que recrea una espectacular reacción en cadena realizada con materiales diversos como bloques de madera, ruedas y combustible.





Fragmento de The Way Things Go, de Fischli & Weiss

Los vídeos The Simpson Verdict y Turning Point, de Kota Ezawa y Jacco Olivier, respectivamente, exploran el género de la animación desde diferentes perspectivas. El primero de ellos utiliza software básico de dibujo y animación para reconstruir el momento en el que O.J. Simpson escucha el veredicto que lo declaró culpable de asesinato en uno de los juicios más célebres de la historia reciente de Estados Unidos. El de Jacco Olivier es una animación creada a partir de bocetos realizados con pincel. Por separado, es difícil descifrar cada fotograma, pero juntos reproducen los movimientos de un oso polar nadando.





Turning point, de Jacco Olivier

La muestra se completa con Pink Constellation (2001), de Martin Kersels, producto de la instalación de una habitación de adolescente colocada dentro de una superestructura giratoria, en la que la actriz se mueve por las paredes y el techo, creando un espacio imaginario; y George Street Bus Stop (2001), de Beat Streuli, una pieza observacional que muestra a varias personas esperando el autobús y sus reacciones físicas y gestuales a un hecho tan cotidiano como irritante en un día de intenso calor.