Hoy se inaugura en Madrid la exposición William Blake (1757-1827). Visiones en el arte británico, que presenta más de ochenta obras procedentes de la Tate Britain de Londres. La muestra pone especial énfasis, a través de una selección de obras de Blake, en los temas más significativos de este arte visionario: mitologías propias, fantasías y delirios sobre una particular visión del mundo respecto a temas religiosos, políticos y sociales, la cual será complementada con obras de reconocidos artistas británicos en donde se podrá entender la influencia que ejerció Blake tanto en sus sucesores más inmediatos como en los simbolistas victorianos, y más recientemente en los artistas románticos del siglo pasado.
William Blake (1757-1827) es una de las figuras más importantes en la historia de la cultura británica. A lo largo de toda su carrera mantuvo que el arte era imaginativo y profético y que no debía ser constreñido por ningún dogma académico, social o religioso. Es considerado un artista integral, ya que fue poeta, pintor, impresor e ilustrador, además de mostrar un marcado compromiso con los problemas sociales de su época.
Blake creó su propio sistema cosmológico con el objetivo de transportar al espectador a un mundo de ensueño, a un reino mítico donde las fuerzas del bien y del mal conviven en un conflicto eterno. Su arte tiene un claro carácter imaginativo y profético, descrito a menudo como "visionario". Inspirado por la cultura gótica y el arte de Miguel Ángel, se distingue por la claridad y la fuerza de sus líneas, que, junto a los colores distintivos de su obra, usaba para expresar energías internas y fuerzas de la identidad humana.
Secciones
- Entreclásicos, por Rafael Narbona
- Stanislavblog, por Liz Perales
- En plan serie, por Enric Albero
- A la intemperie, por J. J. Armas Marcelo
- Homo Ludens, por Borja Vaz
- ÚItimo pase, por Alberto Ojeda
- Y tú que Io veas, por Elena Vozmediano
- iQué raro es todo!, por Álvaro Guibert
- Otras pantallas, por Carlos Reviriego
- El incomodador, por Juan Sardá
- Tengo una cita, por Manuel Hidalgo
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