Arte

Los recuerdos invisibles de Mitsuo Miura

14 marzo, 2013 01:00

Mitsuo Miura (Iwate, Japón, 1946) vino a España con 19 años y aquí se quedó. Y el Prado tiene la culpa. Vio una exposición del museo madrileño en Tokyo y el artista nipón, todavía en su etapa de formación, quedó impresionado por las técnicas del óleo de los grandes pintores españoles. "Del óleo sólo había estudiado el impresionismo francés", confiesa Miura. Aquella fascinación y las historias que le contaban sus padres, que mantenían relaciones comerciales con Canarias, le impulsaron a viajar a nuestro país.

Una vez aquí, un cúmulo de cosas le hizo quedarse: "Desde aquí era más fácil viajar a Europa, y me gustaban las costumbres españolas, a las que me adapté rápido", explica.

Miura pasea habitualmente por el Parque del Retiro y visita las exposiciones temporales que organiza el Museo Reina Sofía en el Palacio de Cristal: "Cada vez que visitaba una exposición aquí, nacía dentro de mí un monólogo con esas obras de autores desconocidos para mí, y pensé que sería estupendo convertir este espacio en un contenedor para depositar esos pensamientos". De ahí el título de esta exposición que ahora presenta: Memorias imaginadas, a caballo entre lo pictórico, la instalación y la ambientación, como él mismo explica en el vídeo. Se trata de un juego de perceptivo, pues ha dispuesto por todo el interior del edificio una serie de círculos en el suelo y en el techo que actúan como bases de "columnas transparentes o invisibles".

Aunque su trabajo suelen tener un fuerte componente geométrico muy ligado al minimalismo, Miura asegura que esta circunstancia no es intencional: "Casualmente mis obras tienden a ello, pero en el fondo de mi idea no hay un planteamiento geométrico", asegura.



El juego entre la inexistencia y la transparencia y el uso de colores planos desvaídos remite a la condición etérea y difusa de la memoria, efecto que se ve amplificado por el carácter diáfano del propio edificio.