Carsten Höller (centro), junto a Paloma Botín y Vicente Todolí.

Son las doce y el ruido de las sierras de calar sigue cortando la espesa humedad de la noche santanderina. Los operarios trabajan a destajo en la bahía, frente a los jardines de Pereda. El tiempo apremia: dentro de un año, en el verano de 2014, debería estar listo el edificio diseñado por Renzo Piano que albergará el Centro Botín, nuevo emblema de la fundación homónima que preside el banquero Emilio Botín.



Justo hace un año se presentó el proyecto, de modo que nos encontramos en el ecuador del trayecto y, aunque todavía queda mucho por concretar, la fundación ha decidido convocar a los medios en la mañana del viernes para adelantar algunos detalles del futuro programa del centro. Por ejemplo, que el encargado de inaugurar el centro será un artista de prestigio internacional: el belga de origen alemán Carsten Höller, conocido sobre todo -y le sorprende que sea así- por los sinuosos toboganes que instaló en la Tate Modern de Londres en 2006.





Vista de Test Site, de Carsten Höller, en la Tate Modern de Londres, 2006.



Con peto, boina y sandalias, el artista hizo su aparición en la sede principal de la Fundación Botín, muy cerca del histórico edificio del Banco de Santander. Poco ha podido adelantar de su futura exposición: "Hoy nace realmente el proyecto. Hasta ahora hemos hablado de hipótesis y no sabré cómo será la exposición hasta que no lo concretemos todo un poco más". Lo que sí se sabe ya es que la exposición, por ser la primera del centro, no debe alterar demasiado el espacio diáfano al borde del mar concebido por Piano para no robarle protagonismo. "La exposición no tendrá paredes. La idea es crear un espacio dentro del espacio utilizando esculturas". Por ahora sólo tiene una "sensación" de lo que será la exposición: "Será un mundo independiente, como entrar en la cabeza de alguien".



La interacción de sus obras con el público -como atestiguan sus famosos toboganes- es un elemento fundamental en el trabajo del artista: "Mis obras no son piezas terminadas, no están hechas exclusivamente para ser vistas como un cuadro. Son propuestas artísticas que generan en el visitante experiencias psicológicas y corporales muy concretas", explica Höller, que vive y trabaja entre Estocolmo y Ghana. De hecho, piensa que las exposiciones deben ser como un campo de pruebas: "Si las dinámicas que se generan en ellas funcionan, deberían funcionar a gran escala e integrarse en la vida cotidiana", asegura.



Al artista le entusiasma la arquitectura del centro: "Es un edificio precioso, que no tapa la vista al mar, sino que la enmarca. Sólo he construido una casa en mi vida y se le parece mucho, así que me encanta", asegura.





Maqueta digital del futuro Centro Botín, diseñado por Renzo Piano.



La Fundación Botín fue creada en 1964 por Marcelino Botín Sanz de Sautuola y Carmen Yllera, su mujer, es la fundación privada española con mayor capacidad de inversión y tiene como objetivo impulsar el desarrollo económico, social y cultural de la sociedad, principalmente la de Cantabria. De acuerdo con esta misión, el Centro Botín se convertirá en su caballo de batalla, ya que será "el proyecto más global, más local y más social de la fundación", como dijo Emilio Botín cuando comenzaron las obras. Su hija Paloma, vocal del patronato, ha explicado esta triple vocación: "Es el más global porque será un centro de arte de referencia en España, parte del circuito internacional de centros de arte de primer nivel; el más local, porque será un nuevo punto de encuentro en el centro de Santander, desde el que se potenciará con las artes la vida de la ciudad; y el más social, porque será un lugar pionero en el mundo para el desarrollo de la creatividad a través de las artes". Además, añadió, "será una forma magnífica de celebrar nuestro 50° aniversario".



El Centro Botín estará ligado a las actividades de formación e investigación de la fundación. Así, en palabras de Vicente Todolí, que preside su comisión asesora de artes plásticas, "será el único museo del mundo con un programa ligado a talleres de artista". La fundación lleva casi dos décadas realizando estos talleres con artistas tan importantes como Juan Uslé, Gabriel Orozco, Paul Graham, Juliâo Sarmento, Miroslaw Balka, Antoni Muntadas, Jannis Kounellis y Mona Hatoum. A partir de la apertura del centro, se celebrarán dos veces al año, duplicando así su frecuencia. Tienen una duración de 15 días y el artista selecciona a 15 participantes de entre todos los solicitantes, que este año, para el de Tacita Dean que concluye este viernes, han sido más de 300, explica Todolí.



La segunda planta del edificio, la principal, estará dedicada a las grandes exposiciones temporales, como esta de Höller. Según Todolí, habrá dos al año, con su correspondiente taller previo, y sus protagonistas serán "de la misma talla internacional" de Höller.



La primera planta, por su parte, albergará la colección permanente de la Fundación Botín, formada por las obras que la fundación ha adquirido de los artistas que han dirigido los talleres anteriores y también de los becarios más destacados que han pasado por la fundación.



La comisión explicó que, si bien el 80% del arte exhibido será contemporáneo, el centro "no tendrá barreras para mirar hacia el pasado". Así, también organizará exposiciones "atemporales sobre materias que también son de interés para el arte de hoy", como la que actualmente se muestra en la actual sala de exposiciones de la fundación sobre el arte de Altamira.



La semana que viene la fundación anunciará el nombre del director artístico del centro, que será elegido por la comisión asesora entre cuatro candidatos que han llegado a la fase final de una convocatoria pública gestionada por una asesoría británica.