Vista de Tuiza en el Palacio de Cristal
Tuiza. Para levantar una jaima, preparar una boda y esquilar cabras. Significa trabajo colectivo (generalmente entre mujeres) en hassanía, dialecto árabe que se habla en el noroeste del Magreb, en Mauritania y en el Sahara Occidental. Cada vez que se hace un trabajo para la comunidad la gente se apoya desinteresadamente. Tuiza es, también, la palabra que da título a la nueva intervención del artista Federico Guzmán (Sevilla, 1964), que convierte el Palacio de Cristal del Retiro de Madrid en una jaima saharaui organizada por el Museo Reina Sofía y en coproducción con Fundación Donostia/San Sebastián, Capital Europea de la Cultura 2016.Pero tuiza es mucho más: "se trata de la metáfora perfecta para este proyecto" en el que el artista ha colaborado "con mujeres refugiadas saharauis en un taller con las melhfas" (vestimenta tradicional saharaui). Estas telas, por su parte, han sido elaboradas por mujeres de Bojador y la jaima en la que Guzmán convierte el espacio, se trata de un lugar en el que se llevarán a cabo actividades de los países de la jaima como ciclos de cine, poesía, el ritual del té y conciertos. Tuiza es el trabajo en equipo que ha realizado para dar voz a "esa misma cultura que está siendo aplastada en un intento de hacerla desaparecer y de ser apropiada por parte del gobierno de Marruecos", explica el artista.
Además, el Palacio de Cristal ofrece unas posibilidades peculiares que enriquecen el proyecto. Por un lado está mimetizado en el parque y esto mismo "supuso un reto a la hora de competir con las proporciones de esta arquitectura", explica Guzmán. Por otro lado, se crea un interesante "diálogo histórico que se establece entre el edificio de carácter colonial (que se creó provisionalmente a finales del XIX para una exposición comercial con Filipinas con la intención de traer los productos y la naturaleza de la colonia a la metrópoli) con la jaima beduina que sería como el pabellón de un país que no ha tenido su independencia habitando en un sueño colonial, en un juego de narraciones inacabadas de la historia", analiza.
Interior de la jaima del Palacio de Cristal
-¿Cuál es la relación entre el arte y la identidad cultural?
-Lo que ha aprendido con ellos es que la identidad cultural es tan importante como su propia supervivencia. Todo refuerza la identidad de este pueblo pero no como identidad cerrada, monolítica y anclada en el pasado sino como una identidad que se construye en el diálogo intercultural. Abrimos diálogos con un pie en Europa y otro en África. Es una conversación de igual a igual que tiene carácter no de buscar una pureza cultural sino la promiscuidad, el mestizaje, el estar abierto a la idea de que las culturas están incompletas y es a través del diálogo intercultural donde se completan las unas a las otras.
Porque el arte también sirve como herramienta para dar a conocer y denunciar situaciones así como para "abordar la realidad desde otras formas de entendernos, relacionarnos y habitar en el mundo".