Durante su gestión, supuestamente el museo valenciano llegó a pagar por un cuadro 15 veces más de su valor real
Una jueza valenciana ha imputado a la exdirectora del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), Consuelo Císcar, a cuatro subdirectores del museo durante su etapa y a un empresario por el sobreprecio en la compra de obras de arte y publicaciones, según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV). La titular del juzgado ha levantado el secreto de la causa abierta por prevaricación, falsedad y malversación de fondos públicos. Los cuatro subdirectores imputados son Juan Carlos Lledó, del área de administración y finanzas; Juan Bría, de gestión interna; Norberto Martínez, de publicaciones, y del área técnico-artística, Raquel Gutiérrez. El empresario imputado es el administrador de la entidad Valsatrans y Logística del Arte.
Según la jueza, las diligencias practicadas hasta el momento revelan indicios de "la existencia de hechos delictivos cometidos en el seno de la administración del IVAM, tanto en la adquisición de obras de arte como en la contratación de publicaciones". Los investigados tendrán que declarar próximamente, aunque no está fijado el calendario de comparecencias, según el TSJCV. El juzgado de instrucción número 21 de Valencia inició este verano una investigación de la gestión del IVAM en la época en la que estaba dirigido por Consuelo Císcar, entre los años 2009 y 2013, a instancias de la fiscalía anticorrupción. A su vez, la fiscalía había recibido por dos vías, el propio IVAM y UGT, el informe de una auditoría realizada en el museo por interventores de la Generalitat. El informe alertaba, entre otras cosas, de compras de obras de arte por un importe hasta 15 veces superior al valor de mercado. Tras recibir esta documentación, la fiscalía decidió investigar las supuestas irregularidades detectadas en relación con el pago de obras de arte, honorarios de comisarios de exposiciones, gastos de viaje, de alojamiento y de comidas.
El informe de la Generalitat señaló que cinco obras adquiridas durante el mandato de Císcar se compraron con un sobrecoste de entre el 45,2 y el 1.520% respecto a su valor de mercado. El mayor corresponde a la obra Della bestia triunphante, del portugués Julio Quaresma. El IVAM abonó 32.400 euros cuando valía 2.000 según un tasador independiente. En total, se pagaron 205.120 euros por estas obras cuyo precio de mercado era de 97.500. Las propuestas de compra y su precio partían, según el informe, de la propia directora general.
Respecto a las exposiciones, la auditoría remitida al fiscal ponía de relieve que el IVAM no disponía de una normativa escrita para organizarlas y la elección de los comisarios y su remuneración se realizaba "de forma discrecional por la directora gerente [...] sin realizar análisis previo para determinar la correcta estimación de sus honorarios". Igualmente, señalaba como "irregularidades más significativas" en el capítulo de publicaciones la contratación de los servicios de edición de los 20 números de la revista Cuadernos del IVAM, con un coste de 2,3 millones de euros, donde hubo fraccionamiento y adjudicación directa a una empresa "sin motivar adecuadamente la específica necesidad".
En cuanto a otros servicios, el informe hablaba de "gastos de viaje y alojamiento satisfechos a personas que no tienen relación laboral con el IVAM", por casi 38.000 euros; falta de justificación suficiente del motivo del desplazamiento para otros 58.000 euros; pagos de cerca de 3.000 euros de alojamiento para invitados a un simposio antes de su inauguración y después de su clausura; o un gasto de 990 euros "en concepto de comida de periodistas de ARCO en el que no se ha aportado la factura".
Tras este informe, la actual dirección del IVAM, que encabeza José Miguel García Cortés, remitió alegaciones en las que recordaba que este equipo tomó posesión de su cargo el 23 de septiembre de 2014 y adoptó como primera medida la destitución de los cuatro subdirectores del instituto por no merecer la confianza necesaria para el ejercicio de sus responsabilidades.
Císcar accedió a la dirección del IVAM en 2004 en sustitución de Kosme de Barañano y con anterioridad a su llegada al museo de arte moderno había ejercido importantes cargos políticos en la administración del Partido Popular, como los de secretaria autonómica y directora general de Cultura. A lo largo de su gestión recibió apoyos y críticas, anque estas últimas arreciaron en los últimos tiempos por el caso de la compra de obras de arte a Gao Ping, -presunto cabecilla de la trama de blanqueo de capitales desarticulada en la Operación Emperador- y por la situación de su marido, el exconsejero Rafael Blasco, que cumple seis años de cárcel por el fraude de las ayudas a proyectos de cooperación en Nicaragua.